¿Has probado alguna vez un vino de Oporto mirando cómo el sol se pone tras los puentes del Duero? ¿O has sentido la brisa atlántica golpearte la cara mientras disfrutas de unos pintxos en el Muelle de Getxo contemplando cómo tu barco parece un gigante varado junto a la ciudad? Estas experiencias solo las vivirás en un crucero por la Costa Atlántica de Europa.
A diferencia del bullicioso Mediterráneo, el Atlántico ofrece una experiencia más auténtica y menos saturada. Aquí los ritmos son distintos.
Las ciudades han crecido mirando al mar bravo, no a las tranquilas aguas azules del Mare Nostrum, y eso se nota en su carácter, en su gastronomía, en sus tradiciones.
Burdeos tiene esos bulevares tan elegantes que te hacen sentir en una película francesa. Bilbao… uf, qué transformación. De ciudad industrial a referente de diseño, con esos muelles viejos ahora convertidos en zonas de moda. Y Oporto… esas callejuelas que suben y bajan como si estuvieran borrachas, con la ropa tendida entre balcones.
Son tres mundos completamente diferentes a tiro de piedra. El Mediterráneo en verano es un hervidero de gente, todos apretujados en las mismas calas. Aquí todavía puedes girar una esquina y sentirte el primer viajero que pisa esa plaza. Raro, pero cierto.
El Mediterráneo te seduce rápido, pero el Atlántico te enamora para siempre.
Según comentan nuestros lectores, hay algo especial en estas costas atlánticas que engancha. Como nos decía un crucerista gallego. No podría haberlo expresado mejor.
✱ APUNTES PARA CRUCERISTAS:
- La temporada de cruceros va principalmente de abril a noviembre, siendo mayo-junio y septiembre-octubre los meses óptimos.
- Los puertos más populares son Lisboa, Vigo, La Coruña, Bilbao, Burdeos y Oporto.
- El clima atlántico es cambiante. Prepárate para vivir casi todos los climas en un mismo día.
- La gastronomía es un auténtico festival: mariscos gallegos, pintxos vascos, vinos de Burdeos y pasteles de Belém.
- Las distancias entre puertos son cortas, lo que significa más tiempo en tierra y menos navegación nocturna.

¿Cuándo es mejor viajar por la Costa Atlántica en crucero?
Elegir cuándo hacer un crucero por el Atlántico es crucial. El clima aquí no es tan estable como en el Mediterráneo o Caribe, y eso marca completamente la experiencia.
Primavera (abril-junio): La opción del experto
La primavera en el Atlántico es una delicia. Temperaturas suaves, entre 15-22°C, con días que se alargan poco a poco. En mayo los viñedos revientan de verde, un espectáculo total. Y lo mejor: pocos turistas, nada de colas kilométricas ni precios inflados.
Nuestros lectores suelen comentar que mayo es especial. Las lluvias van a menos, el mar comienza a calmarse y muchos pueblos celebran sus fiestas tradicionales. Perfecta combinación.
Verano (julio-agosto): La opción popular
Nada que ver con el horno mediterráneo. Aquí el termómetro rara vez pasa de 30°C. Esa brisa constante del Atlántico lo cambia todo. ¡Y qué agradecida es esa brisa cuando estás en cubierta!
Eso sí, olvídate de la tranquilidad. Agosto es… agosto. Europa entera de vacaciones, precios por las nubes y colas en cada esquina. La ventaja: noches más largas y todos los eventos culturales imaginables.
Otoño (septiembre-octubre): La opción secreta
Pregunta a los cruceristas veteranos: septiembre se lleva la palma. El tiempo sigue siendo fantástico (17-25°C), la masa turística ha vuelto a casa, y los precios vuelven a la cordura.
Y la vendimia… qué maravilla. El Duero y Burdeos en plena actividad, con un paisaje que comienza a teñirse de oro y rojo. Las fotos salen solas.
Consejo de crucerista
Mayo o septiembre, sin duda. Te ahorras agobios y sacas la cartera menos veces.
Los más veteranos eligen septiembre: agua templada como en verano (20-22°C) pero con ese aire fresco que provoca esas nieblas matutinas sobre el mar. Pura magia cuando el barco entra en puerto.

Puertos que no deberías perderte
Cada puerto en esta ruta atlántica tiene su propia personalidad. Una mezcla única de historia, gastronomía y paisajes que difícilmente encontrarás en otras rutas de crucero.
Lisboa: La ciudad de las siete colinas
Lisboa es puro privilegio crucerista: el barco atraca prácticamente en el centro. Ya sea en Santa Apolonia, Alcantara o Jardim do Tabaco, estarás a un paseo de todo.
Lo primero que te impacta es la luz. Dorada, intensa, casi palpable. Para aprovechar al máximo tu escala, empieza en el Barrio Alto, baja por el Chiado hasta la Praça do Comércio, y piérdete por Alfama, el barrio más antiguo.
✱ Importante: Lisboa es empinada. MUY empinada. A los 10 minutos andarás buscando uno de sus famosos tranvías amarillos. El 28 es el más turístico (3,80€ billete), pero siempre va hasta arriba. Truco local: usa el 24, mismo recorrido y prácticamente vacío.
No te vayas sin probar un pastel de Belém en la pastelería original (a 10 minutos en tranvía). Cuestan 1,50€ cada uno. Te lo digo por experiencia: compra al menos dos, porque uno sabe a poco.
Vigo: La puerta a las Rías Bajas
Otro puerto privilegiado: 200 metros andando y estás en pleno centro. Su bahía natural la hace uno de los puertos más seguros de Europa, incluso con temporal.
La ciudad tiene partes industriales, pero su centro histórico y puerto pesquero rebosan encanto. Lo que brilla aquí es la gastronomía: marisco excepcional!. En O Berbés o la Calle de las Ostras puedes comer ostras recién abiertas por 12-15€ la docena.
Si tienes tiempo (6+ horas), no lo dudes: excursión a las Islas Cíes o a Baiona. Los cruceristas del Club recomiendan compartir taxi para ir a Baiona (unos 10€ por persona ida y vuelta).
✱ Dato: Vigo está creciendo como puerto. En 2025 esperan 120 escalas y 300.000 pasajeros. Las excursiones buenas vuelan, aviso.
La Coruña: Balcón del Atlántico
Te recibe con su Ciudad de Cristal, edificios con galerías acristaladas que brillan bajo el sol. La terminal está a solo 10 minutos del centro. Otra joya de accesibilidad.
La Coruña es perfecta para caminar. Recorre el Paseo Marítimo (el más largo de Europa, 13 km) hasta la Torre de Hércules, el faro romano más antiguo del mundo en funcionamiento (entrada 3€).
La sorpresa: la playa urbana de Riazor. ¿Arena blanca en plena ciudad? Sí, y con agua cristalina. Si el tiempo acompaña, báñate. Eso sí, el Atlántico no es el Mediterráneo – el agua rara vez supera los 18-20°C incluso en agosto.
✱ Consejo de viajero: si llueve (y en Galicia siempre cabe esa posibilidad), lleva impermeable ligero. Cuando los gallegos te digan que es «orballo» que «no moja, embellece», no les creas. Moja, y mucho.
Bilbao (Puerto de Getxo): Tradición y vanguardia
El crucero atraca en Getxo, a 10 km de Bilbao. No te dejes engañar: el propio Getxo merece unas horas con sus mansiones indianas y el Puente Colgante (Patrimonio UNESCO).
Para ir a Bilbao tienes autobús lanzadera gratis hasta la estación de metro de Neguri, y desde allí la línea 1 al centro en 20 minutos. La ciudad mezcla tradición vasca con futuro. Además del Guggenheim, descubre el Casco Viejo y sus bares de pintxos.
Quien va a Bilbao y no come pintxos, no ha estado en Bilbao. Según los miembros vascos del Club de Cruceristas, imprescindibles: bar El Globo (por sus gildas), Baster (tortilla de bacalao), y Gure Toki (risotto de idiazábal). Unos 3-4€ por pintxo.

Los tesoros que no te puedes perder
Después de analizar muchos comentarios de lectores cruceristas y nuestros proipios cruceros, hemos identificado esas experiencias que realmente marcan la diferencia. ¿Qué ver cuando no puedes verlo todo? Aquí van los imprescindibles.
El Guggenheim de Bilbao: El milagro arquitectónico
No es solo un museo, es el símbolo del renacimiento de una ciudad. Este edificio de titanio transformó Bilbao de ciudad industrial en declive a referente cultural mundial. Y cumple 27 años en 2025, aunque sigue pareciendo del futuro.
La entrada cuesta 13€ , pero vale cada céntimo. No hace falta ser experto en arte para disfrutarlo; el propio edificio ya merece la visita. Desde el puerto de Getxo: 25 minutos en metro (línea 1 hasta Moyúa.
✱ ¿No eres muy de museos? Al menos date un paseo por el exterior y pasea junto a la ría y sus preciosos puentes.
La Ribeira del Duero en Oporto: Un anfiteatro de colores
Este barrio histórico a orillas del Duero, Patrimonio UNESCO, quita el aliento. Casas de colores apiladas imposiblemente, callejuelas empedradas que serpentean, y las bodegas de vino justo enfrente, en Vila Nova de Gaia.
Lo mejor según viajeros veteranos y nuestros lectores: cruzar el puente Don Luis I por arriba (vistas increíbles) y visitar alguna bodega. Taylor’s (24€ con degustación) tiene jardines con vistas panorámicas, pero Cálem (18€) es menos turística y más auténtica.
Las opiniones coinciden: no hay nada como tomar un café en la Ribeira viendo la vida pasar, con esa sensación de estar en un decorado de película.
Las Rías Bajas desde Vigo: El Caribe gallego
Error común: quedarse solo en Vigo. Las Rías Bajas, con sus aguas turquesas y playas de arena blanca, son lo que hace único este destino. ¿Caribe? ¿Para qué ir tan lejos?
La excursión estrella según todos los foros: Islas Cíes (34€ ida y vuelta en barco desde Vigo). Las «Islas Canarias gallegas» tienen algunas de las playas más bonitas de España, como la Playa de Rodas. Imprescindible reservar con antelación: acceso limitado a 2.200 personas/día.
La Route des Châteaux en Burdeos: Francia en estado puro
Burdeos es la puerta a una de las regiones vinícolas más prestigiosas del mundo. La «Route des Châteaux» recorre el Médoc, donde se concentran bodegas legendarias.
Las excursiones de las navieras rondan 90-120€, incluyendo visitas a 2-3 châteaux con degustaciones. Por libre, tours locales desde 65€, pero requiere más planificación, o las opciones en español de Shore2Shore. Algunos châteaux parecen castillos de cuento; otros son diseño minimalista puro.
Aviso de cruceristas experimentados: mucho cuidado con estas visitas. El vino es demasiado bueno y, entre cata y cata, es fácil volver al barco con una alegría excesiva y la tarjeta de crédito humeante.

Itinerarios populares: Las mejores combinaciones
El Atlántico ofrece una versatilidad única para todo tipo de cruceros. Desde escapadas de fin de semana hasta travesías completas, estas son las combinaciones que más triunfan.
Mini-cruceros (3-5 días)
Perfectos para novatos o escapadas cortas. La ruta Lisboa-Vigo-Oporto es la estrella en este formato. Ocasionalmente programados por las navieras en primavera y otoño. Lo bueno: precios competitivos y poca navegación entre puertos. Lo malo: se agotan rapidamente.
Atlántico Ibérico (7 días)
El clásico. Suele incluir Lisboa, Oporto, Vigo, La Coruña y Bilbao. A veces suma Santander o Gijón, dependiendo de la temporada y el tipo de naviera. La mayoría salen desde Southampton (Reino Unido), y ultimamente desde Oporto. La ventaja: equilibrio perfecto entre navegación y tiempo en puerto.
Ida y vuelta desde Inglaterra (7-10 días)
Muy populares entre británicos pero cada vez más entre españoles. Salen de puertos ingleses y visitan ciudades portuarias de España y Portugal, ofreciendo una introducción perfecta a la cultura y gastronomía ibéricas sin necesidad de vuelos.
Reposicionamiento transatlántico (12-15 días)
Cuando los barcos cambian de temporada entre el Caribe y Europa, suelen hacer escala en estos puertos atlánticos. Ofrecen la experiencia única de cruzar el océano con paradas en Azores, Madeira y la costa ibérica. El secreto mejor guardado: precios increíbles por día (a veces menos de 70€ por noche).
Reubicación europea (8-12 días)
Itinerarios que conectan el Mediterráneo con el Báltico y fiordos, pasando por la costa atlántica. Ideales para quienes quieren ver mucho en un solo viaje. A veces incluyen escalas en Marruecos y Gibraltar para añadir variedad.
Combinación con islas atlánticas (10-14 días)
Rutas que mezclan la costa peninsular con Canarias, Azores y Madeira. Perfectas para primavera u otoño, cuando el clima es ideal en todos estos destinos. Ofrecen un contraste fascinante entre culturas continentales e insulares.
Según nuestros lectores, el itinerario más valorado es el de 10 días que permite «catar» todos los sabores atlánticos sin prisas. Ideal si es tu primera vez en esta región.

Curiosidades que te sorprenderán de la Costa Atlántica
Recogemos algunas de las curiosidades más interesantes sobre la Costa Atlántica europea que hemos recopilado a través de nuestros viajes, guías locales y comentarios de viajeros expertos en nuestro Club de Cruceristas.
El mar que sube y baja (mucho)
En el Mediterráneo, las mareas apenas se notan, unos 30-40 centímetros como mucho. En el Atlántico, son otro mundo. La diferencia entre pleamar y bajamar puede superar los 4 metros en Bilbao o Burdeos.
Este fenómeno natural extremo crea paisajes muy diferentes según la hora del día. Playas que desaparecen y reaparecen, barcos que quedan depositados en la playa, y puertos que transforman su fisonomía cada seis horas. Un espectáculo natural que muchos cruceristas destacan en sus comentarios sobre la región.
Los guardianes de la «Costa da Morte»
¿Te imaginas un edificio construido por los romanos que sigue funcionando hoy? Pues ahí tienes la Torre de Hércules en La Coruña. Construida en el siglo I, sigue guiando a los navegantes 2000 años después. ¡Casi nada!
Y no es casualidad que haya tantos faros en esta costa. Las aguas entre Galicia y Portugal se conocen como «Costa da Morte». Con ese nombrecito ya te haces una idea… Corrientes traicioneras, acantilados mortales y nieblas repentinas han mandado al fondo cientos de barcos a lo largo de la historia. Por eso los faros aquí no son simples postales para turistas, son auténticos salvavidas.
Burdeos: el puerto que no ve el mar
«¿Ya hemos llegado a Burdeos?» Esta pregunta se repite en muchos cruceros mientras navegan… ¡97 kilómetros río arriba! Sí, has leído bien. Burdeos está lejísimos de la costa.
Los cruceros pequeños tienen suerte y pueden llegar hasta Port de la Lune, en pleno centro, pasando bajo el espectacular Pont Jacques Chaban-Delmas, que se levanta para dejarlos pasar. Todo un espectáculo. Los grandes barcos (la mayoría), sin embargo, se quedan en Le Verdon-sur-Mer, a muchos de kilómetros.
Esta rareza portuaria tiene su explicación: Burdeos creció gracias al comercio del vino, y los barriles bajaban por el Garona hasta los barcos. La ciudad se hizo importante, pero el mar seguía igual de lejos. Un caso único en el mundo de los cruceros.
365 maneras de comer bacalao (y contando…)
El bacalao es el rey indiscutible de la gastronomía atlántica. Los portugueses presumen (y mucho) de tener ¡365 recetas distintas! Una para cada día del año. En cada puerto encontrarás su versión: «à Brás» en Portugal, al pil-pil en Galicia, a la vizcaína en Bilbao…
Lo más curioso del asunto: por estas aguas no hay ni un triste bacalao. Ni uno. Históricamente lo pescaban en Terranova, a más de 4.000 kilómetros de distancia. Lo traían salado para que aguantara el viaje y así, de rebote, crearon toda una cultura gastronómica. Globalización del siglo XV, vamos.
Las casas como un arcoiris
Las edificaciones coloridas son características de toda la costa atlántica, especialmente en Portugal. Este fenómeno arquitectónico tiene raíces prácticas: tradicionalmente ayudaban a los pescadores a identificar sus hogares desde el mar.
En algunas comunidades pesqueras tradicionales, existía incluso un código cromático: diferentes colores identificaban distintas profesiones u orígenes familiares. Lo que comenzó como una solución práctica es hoy uno de los atractivos visuales más fotografiados de ciudades como Oporto o Lisboa.
Consejos prácticos para tu crucero por la Costa Atlántica
Estos son los consejos más valiosos para disfrutar al máximo de esta ruta:
El clima atlántico: Cuatro estaciones en un día
Si hay algo que caracteriza el clima atlántico es su impredecibilidad. Nuestros lectores asiduos a esta ruta insisten: prepárate para todo.
La clave está en el método cebolla: varias capas que puedas poner y quitar según cambie el tiempo. No dejes en casa:
- Una chaqueta impermeable ligera (la estrella del equipaje)
- Un paraguas plegable compacto
- Calzado cómodo e impermeable
- Una prenda de abrigo ligera incluso en verano
- Gafas de sol (el sol atlántico, cuando sale, es cegador)
Las estadísticas lo confirman: incluso en julio y agosto puedes tener días de lluvia y temperaturas que bajan a 15-16°C por la tarde. Pero también días magníficos de 25-28°C. El Atlántico no es previsible, y eso forma parte de su encanto.
Mareos: El Atlántico no es un lago
Los datos de la Sociedad Española de Medicina Marítima indican que el 25% de los cruceristas experimentan algún tipo de mareo en rutas atlánticas. La buena noticia: la mayoría de la navegación se hace cerca de costa.
Consejos de los viajeros expertos para prevenir el mareo:
- Reserva camarote en zona central y cubiertas medias
- Lleva medicación preventiva como Biodramina (existe versión con cafeína que no da sueño)
- Las pulseras de acupresión son alternativa sin efectos secundarios
- Come ligero las noches de navegación
- Mira al horizonte si empiezas a marearte, nunca hacia abajo
✱ Un dato tranquilizador: en la temporada principal (mayo-octubre), las navegaciones presentan un oleaje menos significativo.
Excursiones: ¿Naviera o por libre?
Los puertos atlánticos tienen una gran ventaja: la mayoría están muy bien situados respecto a las ciudades.
Por nuestra propia experiencia:
- Lisboa, Vigo, La Coruña: El 80% va por libre. Fácilmente explorables caminando o con transporte público.
- Bilbao: 60% por libre. El metro es sencillo y eficiente (25 minutos al centro).
- Burdeos: Depende del punto de atraque. Si es Le Verdon, el 90% usa excursiones organizadas por la distancia.
- Para excursiones específicas como Islas Cíes o Ruta de los Vinos, 65% prefiere la seguridad de la naviera.
El consejo más repetido: investiga antes. Esta ruta tiene menos información en español que destinos como el Caribe o el Mediterráneo.
Gastronomía: El festín del Atlántico
Según un reciente estudio gastronómico, la Costa Atlántica ofrece la mayor diversidad culinaria de Europa en menor distancia.
Recordatorio importante que señalan todos los viajeros: los horarios de comida en España son diferentes. La comida principal es entre 14:00-16:00 y la cena raramente empieza antes de las 21:00, especialmente en verano.
Los datos no mienten: la mayoría de los cruceristas sitúa la gastronomía como el aspecto más destacable de esta ruta. Las bodegas del Duero y Burdeos, el marisco gallego y los pintxos vascos crean una combinación imbatible.

Preguntas más populares sobre los cruceros por la costa atlántica europea
Estas son algunas de las dudas que más frecuentemente nos llegan a la redacción
¿Cuál es la mejor época para hacer un crucero por la costa atlántica europea?
Mayo-junio o septiembre-octubre, sin duda. Estos meses combinan lo mejor: temperaturas agradables (15-25°C), menor afluencia turística y precios más razonables.
Si eliges septiembre-octubre, añades el plus de la vendimia en zonas vinícolas como Duero y Burdeos. El paisaje se transforma con tonos dorados y las actividades relacionadas con la cosecha están en pleno apogeo.
Julio y agosto no son malos meses, pero prepárate para más turistas y precios más altos. Según datos del Club de Cruceristas, la diferencia en visitas a monumentos principales puede superar el 40% entre agosto y septiembre.
¿Hay mucho oleaje en los cruceros por la costa atlántica?
El Atlántico tiene más movimiento que el Mediterráneo, pero no es para tanto. En temporada de cruceros (abril-noviembre), las condiciones suelen ser perfectamente manejables.
Los tramos con mayor posibilidad de movimiento son:
- El Golfo de Vizcaya (entre Bilbao y Burdeos)
- El tramo Finisterre (cerca de La Coruña)
- La desembocadura del Tajo en Lisboa con marea fuerte
¿Qué puerto es mejor para embarcar?
Lisboa y Southampton son los principales puertos de embarque para cruceros atlánticos. Cada uno tiene sus ventajas:
Lisboa: Terminal moderna, aeropuerto con buenas conexiones, posibilidad de añadir días pre/post crucero en una ciudad fascinante. Perfecto si vuelas desde España o Portugal.
Southampton: Más opciones de barcos y fechas, excelente para combinar con visita a Londres (a 2 horas), pero requiere vuelo internacional para españoles. La infraestructura para cruceristas es de primera.
Según nuestros lectores, la decisión debe basarse en la logística (vuelos disponibles, precios) y en si quieres añadir días extra al viaje para conocer la ciudad de embarque.
Nuevos puertos como Oporto o desde Barcelona se están incorporando
¿Qué ropa debo llevar?
La clave es la versatilidad. Los datos meteorológicos históricos muestran que incluso en pleno verano puedes tener días con 15°C y lluvia.
Elementos esenciales según nuestros viajeros expertos:
- Capas, capas y más capas
- Impermeable ligero o chubasquero
- Calzado cómodo e impermeable
- Una prenda de abrigo para la noche (imprescindible)
- Ropa formal según el código de vestimenta de tu barco
Un dato curioso: muchos cruceristas afirman haber tenido que comprar ropa durante el viaje por no estar bien preparados para los cambios de tiempo. No seas uno de ellos.
¿Vale la pena contratar internet a bordo?
Probablemente no. A diferencia de rutas transoceánicas, los cruceros atlánticos están constantemente cerca de tierra, en países con excelente cobertura móvil.
Si tienes plan de datos europeo (incluyendo roaming), podrás usar tu propio teléfono durante gran parte del viaje. Solo en algunos tramos de navegación en mar abierto perderás señal temporalmente.
Los paquetes de internet a bordo son caros, una inversión innecesaria según el 78% de nuestros lectores. Todas las ciudades visitadas ofrecen WiFi gratuito en cafeterías, restaurantes y oficinas de turismo, si no tuvieras roaming.
¿Se puede viajar con niños?
¡Por supuesto! Esta ruta tiene numerosas ventajas para familias:
- Navegaciones cortas entre puertos
- Clima moderado sin calores extremos
- Ciudades seguras y fáciles de recorrer
- Amplia oferta de actividades al aire libre
Las actividades mejor valoradas por las familias incluyen el Oceanário de Lisboa, las playas de las Islas Cíes desde Vigo, y los teleféricos y funiculares en varias ciudades.
El consejo más repetido por nuestros lectores con niños: lleva siempre contigo snacks y entretenimiento, especialmente en puertos como Burdeos donde las distancias pueden ser considerables.
¿Un crucero por la costa atlántica vale la pena?
Rotundamente SÍ.
Tras analizar muchas de las opiniones y comentarios de nuestros lectores puedo confirmarlo: la costa atlántica representa una de las experiencias más completas y auténticas del crucerismo europeo.
Seamos claros, no es perfecto. El clima puede hacer de las suyas incluso en verano, el mar tiene días revoltosos, y algunas excursiones a viñedos o zonas rurales requieren desplazamientos más largos que en otras rutas. No encontrarás playas caribeñas ni el ambiente non-stop de los megacruceros mediterráneos.
Lo que hace única esta ruta es su diversidad concentrada. En pocos días pasas de la elegancia francesa de Burdeos al sabor marinero gallego, y de la vanguardia vasca a la nostalgia lusa.
Nuestros lectores coinciden: este destino atrae a un viajero algo diferente. No busca solo fotos para Instagram, sino experiencias con sabor, cultura y autenticidad. Gente que aprecia un buen vino tanto como un paisaje único. Viajeros que no se derrumban si un día llueve, porque saben que después llegará esa luz atlántica que ninguna fotografía puede capturar completamente.
✱ Como decimos siempre en Cruceroadicto, la verdadera riqueza de viajar está en la diversidad de experiencias. Y esta costa, con su mezcla de culturas, sabores y paisajes en constante cambio, es el ejemplo perfecto.
QUIZ DEL VIAJERO – Descubre si es para ti!
¡COMPARTE TU EXPERIENCIA!
¿Has navegado ya por la Costa Atlántica? ¿Cuál fue tu puerto favorito? ¿Qué barco recomendarías para esta ruta?
- Tu experiencia es valiosa para toda la comunidad de cruceristas. Cuéntanos en los comentarios lo que has vivido o pregúntanos cualquier duda sobre cruceros por la Costa Atlántica.
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