En nuestros días, donde la redes sociales están más presentes que nunca, las quejas que hacemos en ellas puede volverse contra nosotros mismos, por no controlar los datos que compartimos.
Tal ha sido el caso de Tiffany Banks, una crucerista norteamericana descontenta con la cancelación de una reserva realizada en uno de los cruceros de Carnival Cruise Line.
Para desahogar su frustración, Banks recurrió a TikTok tras ver que su reserva para viajar en crucero con su familia (valorada en 12.000$) había sido cancelada de forma repentina e inexplicable, a pocos dias de embarcar.
Como ella misma explica en un video en Tiktok, Banks había reservado la Suite Presidencial Excel a bordo del Carnival Celebration, pero descubrió que su reserva estaba cancelada mientras consultaba sus excursiones en los puertos del itinerario.
A pesar de horas de llamadas telefónicas al servicio de atención al cliente de Carnival, no pudo obtener un reembolso. A cambio, le ofrecieron un alojamiento alternativo en 2 cabinas interiores, muy por debajo del nivel de su reserva original.
En un intento de protestar y quejarse por la cancelación inesperada, Banks recurrió a un vídeo en la popular red social de TikTok. El vídeo rápidamente se volvió viral, obteniendo más de 750.000 visitas. Además, provocó una oleada de personas mostrando su apoyo y otras que dudaban de los hechos.
Aparece una explicación: no compartas tus datos de reserva en redes sociales
Sin embargo, la trama se complicó cuando otra usuaria de TikTok, Kelly Thompson, reveló lo que parecía ser un caso de actividad fraudulenta.
Thompson explicó que un individuo había utilizado la foto de la tarjeta de embarque publicada por Banks para crear un perfil falso y cancelar su crucero. A pesar de esta revelación, Carnival aún se negó a emitir un reembolso.
En cambio, Carnival propuso dar 10.404 dólares en créditos para futuros cruceros si Tiffany Banks reconocía públicamente en las redes sociales que el problema se había resuelto. Hasta el momento, no ha habido más actualizaciones de Banks o Thompson.
Esta historia nos sirve como recordatorio de los peligros de publicar información personal en línea, especialmente los datos de reservas de cruceros, hoteles o aviones. Nunca sabemos quién está viendo nuestros contenidos en redes sociales.
En éstos tiempos convulsos de RR.SS. donde todo es efímero, parece que nos pagaran por alardear de haber hecho más cruceros que nadie, por mostrar la fotografía más güay, por publicar que estamos aquí o allí, etc, etc. ¿quien, en algún momento, no lo ha hecho?
Obviamente, con ésa tontería encima, los ciberdelincuentes hacen su agosto, su septiembre, su octubre y así todo el año pendiente del incauto crucerista. Y no sólo con la obtención de datos o suplantación de identidad, sino que, “si me estás diciendo que estás de crucero, hasta puedo darme una vuelta por tu casa a ver qué pillo”.