¿Has mirado alguna vez la proa de un crucero y te has preguntado cuál será su destino cuando ya no pueda navegar más? Te sorprendería saber que muchos acaban en la misma playa.
Hace unos años tuve la oportunidad de ver un reportaje sobre Alang que me dejó impactado. Allí estaba el Norway (antiguo SS France), varado en la arena como una ballena moribunda. El mismo barco que había contemplado en tantas fotos y documentales, ahora reducido a un esqueleto metálico.
La ciudad de Alang, ubicada en Gujarat, India, lleva cuatro décadas siendo el punto final para gigantes marítimos. No es un lugar de postal, créeme. Sus 14 kilómetros de costa son un paisaje industrial donde el ruido de metal cortándose sustituye al relajante sonido de las olas.
Por estas playas han pasado nombres que quizás reconozcas: el legendario SS France, el primer Mardi Gras de Carnival Cruise Line, el clásico Island Princess que apareció en «Vacaciones en el mar«… Todos terminaron aquí, desarmados pieza a pieza.
Lo más impactante es ver cómo trabajan. Los barcos son literalmente lanzados contra la playa a toda velocidad durante la marea alta. Cuando el agua se retira, cientos de trabajadores atacan estos colosos con herramientas que parecen diminutas en comparación. Imagina desmontar un rascacielos con poco más que sopletes y martillos.
Hay algo terriblemente fascinante en estos últimos momentos de un crucero. Como visitar un elefante en su cementerio.
APUNTES DE UN CRUCERISTA:
- Alang procesa aproximadamente un tercio de todos los buques desguazados en el mundo
- En su punto máximo llegó a desmantelar 415 barcos en un solo año
- En 2025 se han desguazado solo 113 barcos, el número más bajo en una década
- El primer barco desguazado en Alang fue el MV Kota Tenjong en 1983
- Los barcos son varados directamente en la playa aprovechando las mareas
El ciclo de vida de un crucero – el último viaje
Mientras los puertos del Mediterráneo o el Caribe siguen recibiendo cruceros llenos de turistas sonrientes, Alang recibe su propia flota: barcos con nombres cambiados, repintados apresuradamente y con destino al desguace.
A pesar de haber experimentado una desaceleración significativa en los últimos años (de 415 barcos en 2011-12 a solo 113 en 2024-25), Alang sigue siendo el destino final para muchos buques emblemáticos. Y algunas llegadas recientes han sido especialmente emotivas para los amantes de los cruceros.
El caso del ex-Song of America – de pionero a chatarra
En febrero de 2025, un viejo conocido llegó a las playas de Alang: el ex-Song of America de Royal Caribbean. Este barco, que para muchos cruceristas veteranos representa parte de la edad dorada de los cruceros modernos, tuvo un último y triste viaje.
¿Te acuerdas de este barco? Fue construido en 1982 en Finlandia y resultó revolucionario para su época. Con sus 215 metros de longitud y capacidad para 1.575 pasajeros, no se parecía en nada a los monstruos actuales de 6.000 pasajeros que vemos hoy, pero en su momento era toda una innovación.
Introdujo el Viking Crown Lounge con sus vistas de 360 grados (¿quién ha tomado una copa en uno de estos miradores panorámicos?) y fue pionero en colocar estratégicamente los camarotes lejos del ruido de los motores. Detalles que hoy damos por sentados, pero que alguien tuvo que inventar.
Su viaje final hasta Alang fue como una película triste. Vendido por Royal Caribbean en 1999, pasó por varios dueños y nombres: Sunbird, Celestyal Olympia… Finalmente, rebautizado simplemente como «Fortu» (qué forma tan triste de acortar «Fortuna», ¿no?), llegó a Alang para ser desguazado.
Los gemelos de Star Cruises – víctimas de la pandemia
Otra historia reciente que me impactó fue la de los gemelos SuperStar Aquarius y SuperStar Gemini.
Estos barcos de Star Cruises, que muchos recordaréis de sus travesías por Asia, quedaron atrapados en el limbo tras la pandemia y el colapso de Genting Hong Kong.
Después de meses anclados en Sri Lanka, como barcos fantasma esperando un destino que nunca llegaba, finalmente fueron vendidos y emprendieron su último viaje hacia Alang. Para este viaje final, ni siquiera conservaron sus nombres completos: fueron reducidos simplemente a «Arius» y «Gem». Como si ya no merecieran ni su identidad completa.
Me resulta especialmente triste porque estos barcos solo tenían unos 30 años. En el pasado, un crucero podía navegar tranquilamente durante 40 o 50 años. Ahora, la vida útil se acorta cada vez más.
✱ VIDEO: Barcos de crucero que murieron en Alang
Las duras condiciones de trabajo en Alang – la otra cara de los cruceros
Existe un contraste impactante entre los lujosos interiores que disfrutamos como pasajeros y la cruda realidad del desguace. Mientras recordamos un crucero por sus espectáculos y buffets ilimitados, en Alang ese mismo barco representa algo completamente diferente.
Las condiciones laborales en los astilleros de desguace son objeto de preocupación constante entre organizaciones internacionales. Los trabajadores frecuentemente operan sin el equipo de protección adecuado, exponiéndose a materiales peligrosos como amianto, plomo y otros componentes tóxicos que formaban parte del interior de estos barcos.
En documentales y reportajes periodísticos se observa cómo muchos empleados trabajan prácticamente descalzos sobre superficies metálicas cortantes, o trepan por estructuras inestables sin arneses de seguridad. Los salarios, según datos publicados por diversas ONGs, apenas alcanzan los 6€ diarios para tareas de alto riesgo.
¿Por qué sigue siendo Alang el destino preferido para el desguace naval?
La respuesta está en una combinación de factores económicos y geográficos: bajos costes operativos, regulaciones menos estrictas que en Europa o América, y unas mareas ideales que permiten varar embarcaciones enormes directamente en la playa sin necesidad de infraestructuras costosas.
Esta realidad plantea preguntas incómodas para la industria de cruceros. Los barcos que son presentados como maravillas tecnológicas, construidos con los más altos estándares de calidad y seguridad, terminan sus días en condiciones que contradicen completamente esa imagen.
¿Hay esperanza para mejores prácticas?
La buena noticia es que existen planes para modernizar el Astillero de Alang. India y Japón están colaborando desde 2010 para proporcionar asistencia tecnológica y financiera, con un préstamo de $76 millones para actualizaciones.
Estos cambios son urgentes tanto para los trabajadores como para el medio ambiente. No es solo una cuestión de humanidad, sino también de supervivencia para el propio Alang.
Si no se adapta a los estándares internacionales, podría perder más negocio frente a competidores como Turquía o China.
✱ VIDEO: El Ravenna llegando a Alang
¿Cómo acaba un crucero en Alang? El proceso del último viaje
Cuando un crucero es destinado al desguace, comienza un proceso que parece sacado de una novela de espías:
- La naviera suele vender el barco a un intermediario para distanciarse del destino final
- El barco es rebautizado con un nombre simple y genérico
- Cambian su registro a países como Comoras, Nevis o Tuvalu
- Se hace el último viaje con tripulación mínima
- En Alang, el barco es lanzado contra la playa a toda velocidad durante la marea alta
- Cuando la marea baja, comienza el desmantelamiento
Este último «varamiento» es especialmente dramático. Los barcos son literalmente arrojados a toda velocidad contra la playa. Sin remolcadores, sin ayuda. Es un suicidio asistido para estos gigantes del mar.
El proceso de desmantelamiento implica recuperar todo lo vendible: maquinaria, mobiliario, equipos electrónicos…
Todo tiene un precio en el mercado de segunda mano. Después, el casco se va cortando en secciones cada vez más pequeñas hasta quedar reducido a placas de acero que se funden para darles nueva vida.
Lista de barcos de crucero que pasaron por Alang
La lista de barcos de crucero que han terminado en Alang es larguísima, pero algunos nombres destacan por su significado histórico. Aquí tienes algunos de los más emblemáticos:
- SS France / SS Norway (2008) – Uno de los transatlánticos más legendarios, símbolo de la elegancia francesa
- RMS Empress of Britain / Carnivale / Fiesta Marina / Olympic / Topaz (2008) – Uno de los primeros grandes éxitos de Carnival
- SS Eugenio C / Eugenio Costa / American Pioneer / Edinburgh Castle / Big Red Boat 2 (2005) – Un símbolo de Costa Cruceros
- Vistafjord / Caronia / Saga Ruby / Oasia (2017) – Uno de los últimos cruceros clásicos
- Nieuw Amsterdam / Thomson Spirit / Marella Spirit (2018) – Famoso barco de Holland America
- Scandinavia / Stardancer / Viking Serenade / Island Escape / Ocean Gala (2018) – Un barco que cambió de identidad muchas veces
Y más recientemente:
- Song of America / Sunbird / Thomson Destiny / Celestyal Olympia / Fortu (2025)
- Windward / Norwegian Wind / SuperStar Aquarius / Arius (2025)
- Dreamward / Norwegian Dream / SuperStar Gemini / Gem (2025)
✱ VIDEO: Así embarrancan los barcos en la playa de Alang
¿Es ético el desguace en Alang? Las alternativas sostenibles
La normativa europea es clara: los buques con bandera de países miembros no deberían terminar en instalaciones como las de Alang. Pero existe un vacío legal que muchos aprovechan: el cambio de bandera.
Esta práctica permite que numerosos cruceros terminen en estas playas a pesar de las prohibiciones. Los barcos son transferidos a registros de países como Comoras, Nevis o Tuvalu antes de emprender su viaje final, evitando así las restricciones europeas sobre el reciclaje responsable.
Lo que genera más debate entre la comunidad de cruceristas es la contradicción entre el discurso y la práctica.
Las mismas navieras que promocionan sus políticas ambientales a bordo —filtros de emisiones avanzados, eliminación de plásticos de un solo uso, eficiencia energética— después buscan la opción más económica para deshacerse de sus unidades obsoletas.
Las alternativas existen y son conocidas.
- Turquía cuenta con instalaciones en Aliaga que cumplen estándares internacionales, con diques secos y medidas de protección adecuadas para los trabajadores.
- China también dispone de astilleros de desguace que operan bajo normativas más estrictas.
El problema es el coste: estos desguaces responsables pueden suponer varios millones de euros menos de beneficio para el armador.
Según datos publicados por organizaciones marítimas internacionales, el desguace en instalaciones certificadas puede costar hasta un 60% más que en Alang. En un sector donde los márgenes se han reducido considerablemente en los últimos años, especialmente tras la pandemia, muchas compañías priorizan el ahorro inmediato.
La transparencia podría ser el primer paso hacia prácticas más responsables. Si las navieras compartieran públicamente sus planes para el desguace y reciclaje de sus flotas, los pasajeros tendrían la oportunidad de incluir este factor en sus decisiones de compra, creando así un incentivo de mercado para opciones más éticas.
Reflexiones finales – la vida y muerte de un barco de crucero
Ver fotos de un crucero varado en las playas de Alang genera sensaciones contradictorias. Estos barcos, que representan la quintaesencia del ocio y el lujo, terminan desarmados en condiciones que contrastan dramáticamente con su propósito original.
Los astilleros celebran con champagne el nacimiento de cada nuevo crucero. Televisiones y medios especializados cubren las botaduras como acontecimientos festivos. Se habla de «la nueva joya» de tal o cual compañía. Y durante años, estas embarcaciones cumplen su misión: transportar a miles de personas en vacaciones soñadas.
Luego viene el olvido. Un simple cambio de nombre, una travesía final con tripulación reducida, y el impacto del casco contra la arena de Gujarat. No hay ceremonias para este momento. No hay cámaras ni champagne.
Este ciclo dice mucho sobre nuestra industria y nuestra sociedad en general.
Lo nuevo recibe toda la atención; lo viejo, apenas una nota al pie. Las mismas navieras que dedican páginas y páginas en sus folletos a describir cada detalle de sus nuevas construcciones, apenas mencionan el destino de sus unidades retiradas.
En las reuniones del Club de Cruceristas a menudo surge este tema. Muchos miembros guardan recuerdos entrañables de barcos que ya no existen. Conservan tarjetas de embarque, fotografías, menús… pequeños fragmentos de memoria de algo que físicamente ya ha sido reducido a materia prima.
La industria de cruceros evoluciona constantemente. Barcos que hace apenas 20 años eran considerados punteros hoy resultan obsoletos ante los nuevos colosos. Las expectativas de los pasajeros cambian, y con ellas, la vida útil de estas embarcaciones se acorta progresivamente.
Quizás deberíamos reflexionar más sobre la sostenibilidad de este modelo. No solo en términos ambientales, sino también emocionales. Cada barco representa una inversión enorme de recursos, trabajo e ingenio humano. Su ciclo vital completo merece más atención y responsabilidad.
La próxima vez que embarques en un crucero, observa sus detalles, sus espacios, su estructura. Todo eso tendrá un final. No para amargarte el viaje, sino para apreciar lo efímero de estas experiencias y, tal vez, para valorar más conscientemente todas las implicaciones de nuestras elecciones como viajeros.
¿Qué opinas tú?
- ¿Has navegado en alguno de los barcos que terminaron en Alang?
- ¿Qué sientes al saber su destino final?
- ¿Crees que las navieras deberían ser más responsables con el desguace de sus barcos?
Déjanos tu comentario y comparte tus recuerdos de estos barcos legendarios.