Actualizado 19:02 pm CET, 22 febrero 2024 – 15 Post
Ha sido nuestro primer crucero de invierno por los blancos paisajes de Noruega para hacer realidad un sueño. Posiblemente uno de los grandes anhelos de todo viajero que se precie: tener la oportunidad, aunque sea por unos instantes de ver a la madre naturaleza en una de sus mayores espectáculos, las Auroras Boreales.
Desde el principio sabíamos que no era un crucero como los muchos que hemos podido disfrutar hasta el momento. Es mucho más que un simple viaje, es una auténtica aventura.
Recorrer durante 11 noches las costas de Noruega hasta su último puerto, Kirkenes, para volver nuevamente a nuestro puerto base Bergen en pleno invierno es ya una gran motivación para venir a este país único.
Si además, le sumamos que al navegar por el Círculo Polar Ártico en temporada alta de Auroras Boreales (octubre a marzo) hay grandes posibilidades de verlas, la emoción viajera se dispara.
Para esta aventura única hemos optado por una de las 2 navieras noruegas que realizan esta ruta recorriendo la costa de sur a norte y regreso, Havila Voyages.
Una naviera poco, o nada, conocida para el crucerista de habla hispana pero que lleva la friolera de más de 130 años navegando durante todo el año (incluso los días más duros del invierno) por sus aguas. La razón no es otra porque esta naviera es un híbrido perfecto entre naviera de cruceros de expedición, ferry y servicio postal.
Con una concesión del gobierno de Noruega, Havila conecta 34 puertos a modo de lujoso ferry llevando a personas, provisiones y carga, y el servicio postal. Además, permite que un reducido grupo de pasajeros puedan realizar la travesía completa de subida y bajada.
En nuestro viaje hemos navegado en el MS Havila Polaris. Un precioso barco inaugurado en 2023, uno de los más modernos en la actualidad en la industria de cruceros, y sin duda el más ecológico, en línea con las estrictas normativas del país para proteger su legado natural.
No solo es propulsado por gas licuado GNL y se conecta electricamente a puerto para apagar motores, sino que es uno de los barcos que posee las baterías eléctricas más grandes, permitiendo una total autonomía con 0 emisiones de hasta 4 horas, permitiéndole entrar en santuarios naturales sin interferir en ellos.
Este fue nuestro diario del viaje que hemos actualizamos cada vez que teníamos algo interesante que compartir mientras estuvimos a bordo del MS Havila Polaris durante su viaje de 11 noches ida y vuelta desde Bergen hasta Kirkenes.
Diario en el MS Havila Polaris hasta el Cabo Norte
MADRID – AMSTERDAM – BERGEN
2°C
Volando al puerto base
Volando a Bergen desde Madrid
Cherilyn: Aunque sea invierno también en España, fue al llegar al aeropuerto Schipol en Amsterdam cuando me di cuenta que de verdad estamos en la estación del frío. Sólo desembarcando el avión y paseando por el finger hacía el terminal ya podía sentir el viento ártico tocando mi piel y en mis huesos. Los 2°C no sería nada comparado con el -11°C que nos esperaría en Bergen.
Jesús: Volar al puerto base es siempre el mejor de los vuelos posible. Sabes que estás a pocas horas de comenzar una nueva aventura por mar. Así de emocionados nos encontrábamos al despegar del aeropuerto de barajas en Madrid y tras hacer escala en Ámsterdam, aterrizar en Begen con todo cubierto de nieve.
Fue como aterrizar en en una película épica donde nosotros eramos los protagonistas; de repente Noruega se hizo presente con toda la majestuosidad del invierno.
Cherilyn: Después de sólo dos horas de dormir la noche anterior además del retraso de nuestro vuelo Ámsterdam a Bergen, llegamos al hotel Clarion Hotel Bergen usando el sistema de transporte tipo tranvía. El viaje de aproximadamente 40 minutos pasó por pueblos pequeños y un paisaje noruego que aunque lo esperaba, todavía nos impresionó.
BERGEN
-3° C
Amanecer: 8:23
Atardecer: 18:54
Comienza la aventura, ¡todos a bordo!
Jesús: Un día despejado dejaba que el sol iluminara lentamente el centro y zona portuaria de Bergen al amanecer. Un día lleno de emociones por dar comienzo nuestra primera aventura en crucero por Noruega en invierno. No podíamos esperar a que llegará la hora de embarcar en el bonito terminal de ferry de Bergen a las 14:30.
Cherilyn: La verdad es que Bergen durante el invierno es completamente distinto que Bergen en el verano! Creo que no hay estación mejor o peor para visitar esta ciudad tan preciosa, pero algo sobre las montañas y las casas coloridas cubiertas de nieve reflejándose en el agua es algo encantador.
El momento destacado (por supuesto!) fue llegar al terminal de ferry para hacer el check-in para embarcar el MS Havila Polaris. Desde este momento, supe que este viaje sería tan único comparado con el resto que he tomado en mi vida. Algo que nos llamó la atención fue que tuvimos que determinar las horas para desayunar, almorzar, y cenar preferidas; nos presentó seis opciones y eligimos 09:00 / 13:30 / 20:00.
ALESUND
-1° C / -7° C
Amanecer: 8:40
Atardecer: 17:00
Visitando la capital noruega del Art Deco
Puede ver nuestro LIVE desde Alesund aquí
Jesús: Tras haber hecho escalas durante la noche en Floro (2:45h), Maloy (5:15h) y Torvik (8:20h), con extrema puntualidad llegamos al terminal de ferry de Alesund a las 9:45h. Tan solo pudimos ver la escala de 15 minutos en Torvik mientras amanecía gracias a abrir la cortina. El MS Havila Polaris es tan silencioso que ni la apertura de los portones, amarres o ajetreo típico de un puerto se oyen en nuestra cabina.
Un sol radiante nos esperaba en la que llaman la capital Art Decó de Noruega aumentando la belleza del lugar completamente nevado.
Tras degustar un delicioso desayuno en el restaurante Havrad (una auténtica maravilla del diseño escandinavo) era tiempo para desembarcar y dejarnos atraer por la propia ciudad. Sin plan prefijado, comenzamos a recorrer el bonito puerto de la ciudad rodeándolo hasta cruzar el puente sobre el Alesundet (el canal que divide la ciudad) y llegar al centro histórico. Las espectaculares fachadas de los edificios Art Decó resplandecían como un cuento de hadas resaltados por el sol y la nieve.
Esta acumulación de edificios de tan características líneas y diseños es consecuencia del devastador incendio que destruyó la ciudad en 1904. La reconstrucción usó el estilo artístico predominante de la época para traer la belleza sobre las cenizas.
A poca distancia en dirección oeste, se situaba la Iglesia mayor de la ciudad o Alesund Kirke. Su bonita entrada y torre de piedra brillaban con la nieve y los carámbanos de hielo. Continuando al oeste llegamos a unos de nuestros puntos favoritos de la ciudad. Este no es otro que el mirador de Storhaugen.
Poco conocido, pero posiblemente la mejores vistas panorámicas de 360º, no sólo de la ciudad y el mar que la rodea, sino de las montañas en el horizonte, que hoy aparecían con un blanco inmaculado.
Con lentitud por la nieve acumulada en las callejuelas regresamos al barco, no sin antes hacer una parada en el centro comercial de la ciudad, el Kremmergaarden, y donde parecía congregarse la vida de los locales. Todos parecían estar allí disfrutando de un gran sábado ajenos a la nieve del exterior.
Ya en el barco, una deliciosa comida en el restaurante Havrad, a nuestra hora asignada, nos permitió degustar un menú de platos típicos de la región y que va cambiando según navegamos hacia el norte a nuevos territorios. El menú a la carta presenta platos locales con productos autóctonos, además de platos que puedes encontrar durante todo el itinerario.
Un aspecto a destacar es que Havila, para evitar el desperdicio de comida en sus barcos, no tiene buffet. En sus restaurantes y cafés se come a la carta y las porciones de cada plato son estilo tapa, pero sin límite a la hora de pedirlos. Esto permite al viajero ser consciente de lo que come y probar más variedad. Una gran iniciativa que les permite no tirar ninguna comida a bordo.
TRONDHEIM
-2° C / -5° C
Amanecer: 8:25
Atardecer: 16:41
Tronheim, la capital sagrada de Nidaros
Jesús: Al abandonar Alesund ayer, el Havila Polaris realizaba puntual sus escalas programadas con una perfección militar en los puertos de Molde (22:35h) y en Kristiansund (2:45h), antes de llegar esta mañana al Terminal de Trondheim a las 9:45h.
Un día frío, pero con un sol atípicamente radiante para estas fechas, nos acompañó durante toda al escala en la que es la tercera ciudad de Noruega. Esta ciudad es famosa por su imponente catedral de Nidaros, lugar final de la gran peregrinación a pié, similiar al Camino de Santiago, y que recorre los países escandinavos.
Un paseo por las zonas cercanas al puerto nos permitió en las 3 horas de escala ver como era un domingo en la ciudad. El recorrido nos sirvió para estirar las piernas antes de volver al barco para disfrutar de su salida y comer el delicioso almuerzo.
La tarde transcurrió tranquila mientras los últimos rayos del sol se ponían sobre las blancas montañas. Uno de los momentos mas destacados fue navegar junto a uno de los faros más famosos de la costa noruega. La imponente torre roja del faro de Kjeungskjaer se erguía sobre un diminuto islote rodeado por el oleaje del mar.
Primera alerta por «Aurora Boreal»!
Todo parecía transcurrir con la calma que inunda el Havila Polaris hasta que despues de regresar de la deliciosa cena, ya en la cabina, la alerta de auroras boreales se activaba y una voz desde el puente advertía que era posible ver la priemra de la travesía justo en proa. El teléfono de la cabian dispone de un botón que al ativarlo permite recibir todas las alertas.
De repente, una energía nos inundaba y como locos comenzamos a ponernos tantas capas como era posible ya que en el exterior se registraban -11ºC. Al salir al pasillo y mientras subíamos hasta la cubierta 9 para salir al exterior, el resto de pasajeros presos de la misma fiebre pertrechados con primáticos, camaras y trípodes de todos los tamaños buscaban la primera puerta para buscar el espectáculo en el cielo.
Desgraciadamente, la de hoy duró poco y el viento no permitía permanecer fuera, asi que tan solo vimos los ultimos rastros de luz en el firmamento. Sin embargo, éramos afortunados ya que comenzábamos a ver las primeras antes de cruzar el Círculo Polar Ártico, algo que haremos mañana en la mañana.
Felices, con una gran sonrisa regresamos a la cabina, pero preparando un plan para tener lista la ropa y tardar menos tiempo entre la maravillosa alerta y nuestro timepo fuera. La cacería ha comenzado.
Cosas increíbles que están incluidas en el viaje a bordo de MS Havila Polaris
Cherilyn: Ahora que ya estamos preparándonos para nuestra tercera noche en este barco maravilloso, pensaba que es tiempo de compartir los detalles incluidos en el coste de viaje que me han llamado la atención que están haciendo que la experiencia a bordo sea aún más especial.
- Comer aquí no es simplemente comer – es una verdadera experiencia gastronomica. El desayuno, la comida, y la cena todos toman lugar en el comedor principal llamado Havrand y allí hay una parte de la carta que es constante durante todo el viaje y otra parte que va cambiando dependiendo de la región en que se encuentra el barco, o sea cada 2-3 días. Este concepto permite probar las delicias locales y repetir las que más te gustan.
- Hay una máquina de espreso, café, chocolate caliente, y agua caliente disponible en la cafetería durante la mayoría del dia, todos los días. Además hay otras que tienen café y agua caliente 24/7. Esto significa que efectivamente da igual a que hora te apetece un cortado o una infusión, lo tienes a tu disposición.
- Hay máquinas de agua filtrada que también tienen agua con gas y hielo para que puedas llenar tu propia botella en cualquier momento.
- En la cuarta planta hay una lavandería con tres lavadoras y tres secadoras de uso gratuito. Y no tienes que llevar tu propio jabón; la máquina echa una cantidad dependiendo del tipo de ciclo que elijas.
- Sobre el tema de propinas, no existe en el mismo sentido como vemos en los cruceros tradicionales. La única referencia a una propina que hemos visto hasta ahora es una caja ubicada en el mostrador de recepción de restaurante que recoje las propinas voluntariamente puestas allí por los viajeros. No se cobra anda al reservar ni al terminar el crucero.
BODO
-4° C / -6° C
Amanecer: 8:29
Atardecer: 16:04
66º 33´N, cruzando la línea del Círculo Polar Ártico
Jesús: Recién levantados a las 7:30h una voz informaba desde el puente que en breves momentos cruzaríamos la posición 66º33´N que delimita al Círculo Polar Ártico. Justo en el lugar, sobre un islote se alza un momumento en forma de esfera armilar conmemora el hito geográfico.
Eran las 7:57h exactamente cuando el MS Havila Polaris hacía sonar su sirena a modo de tributo al cruzar la posición rompiendo el silencio del espectacular amanecer ártico.
Durante la pasada, y muy emocionante noche buscando auroras, se tuvieron escalas cortas en Rorvik (21:40h), Bronnoysund (01:35h), Sandnessjoen (04:35h) y Nesna (06:00h). Pequeñas comunidades que necesitan del servicio regular de estos barcos correo para recibir suministros y el transporte de personas.
A las 10:00h sería Ornes la escala. Justo al salir de su encantador puerto tuvimos la visita de un destacado personaje a bordo. El propio dios vikingo Njord vino para tras hacer sonar su cuerno sagrado nos permitía navegar con seguridad hasta el Cabo Norte por sus dominios.
Eran las 13:05h cuando llegábamos a Bodo, nuestra parada más larga del día de hoy hasta las 15:20h. Sin embargo, el fuerte viento que hacía desplomar las temperaturas hasta -9ºC, nos desanimó a bajar del barco y permanecimos a bordo las 3 horas de escala prevista. Las vistas de las montañas y la ciudad nevadas sobrecogían desde la novena cubierta del Polaris, y fueron el escenario para un momento zen de relax tomando un delicioso café cortado.
La tensión a bordo crece por horas, ya que nos han avisado que estamos en los mejores lugares para contemplar la aurora boreal en todo su explendor. Al superar la linea 66º33´N y navegando hasta Tromso es cuando los marinos predicen mejores avistamientos.
A las 19:15h hemos llegado a Stamsund, primera de las escalas en las populares islas Lofoten, y a las 21:20h en Svolver de una hora de duración que nos ha permitido pasear por la noche en esta ciudad donde la nieve se aculaba en todas sus calles y parques. Una experiencia única.
Este será el último puerto antes de cruzar el canal o fiordo de los Trolls (Trollsfijord), un estrecho y largo paso marino que cruza las islas Lofoten de sur a norte y que permite la navegación para seguir camino al Cabo Norte.
Cherilyn: Sólo tengo una cosa que añadir por ahora. Es que ayer olvidé incluir en la lista de valores añadidos en el precio de este viaje… el wifi!
TROMSO
-3° C / -7° C
Amanecer: 8:27
Atardecer: 15:30
Primeras auroras boreales cazadas cruzando Trollsfjord!
Jesús: Difícil poner en palabras lo que se siente estando en la última cubierta del Havila Polaris a la media noche y ver la primera aurora boreal de mi vida.
Cherilyn: La emoción es realmente fuerte aunque diferente que esperaba. Oímos la notificación desde el puente de mando que hay unas auroras boreales que se pueden ver desde la proa del barco así que todo el mundo se encuentra allí.
Pero lo que vemos con el ojo humano es totalmente distinto de lo que ve la lente de la cámara; nosotros vemos más tipo niebla enorme, una figura dominante en el cielo de la noche, mientras que la cámara es capaz de sacar los colors, en este caso verdes y rojos.
Ya es tarde y hay que descansar antes de nuestra escala en Tromso. Vamos a dormir felices, soñando que las próximas auroras boreales aparazcan bailando…
Explorando Tromso, la puerta del Ártico
Jesús: Tras la intensa noche que nos tuvo hasta la 1:00 buscando auroras, hoy nos depertamos mas tarde lo habitual para recuperar energía. Aunque no pudimos llegar a nuestra hora del desayuno en el comedor principal (9:00h), igualmente tuvimos un maravilloso cortado y los adictivos pancakes noruegos (rellenos de crema) mientras nos quedábamos estasiados con los blancos paisajes que recorriamos .
La maravillosa rutina de la mañana era rota por los puertos donde hacíamos breves escalas como la de Finness (11:00h) y las charlas que el equipo de expedición a bordo ofrecen a todos los viajeros sin coste. Esta mañana fue el momento de aprender como fotografíar la Aurora Boreal con nuestros teléfonos y no morir en el intento. Algo que aparentemente parece fácil, no lo es tanto por la poca luz de la noche.
Tras una gran comida llegamos al puerto de Tromsom, puerta del Ártico, desde donde las expediciones rumbo al polo norte partían con insignes exploradores como Edmund Amundsen.
Puntualmente amarrábamos a las 14:15h en el moderno terminal de la ciudad y, apesar del viento que provocaba una sensación térmica de -11ºC nos decidimos a aprovechar las 4 horas de escala viendo el impresionante atardecer. Tras un recorrido por el centro de Tromso, utilizando la catedral y la biblioteca para entrar en calor, recorrimos los puntos mas interesantes, incluidos los viejos almacenes del puerto y sus vistas de su popular puente.
De regreso al barco, nuestro plan era cenar pronto para estar preparados para una nueva noche de cacería de auroras. Sin embargo, se cumplieron las predicciones de cielos cubiertos y parece que no tendremos muchas posibilidades.
Así que recupueraremos fuerza para nuestra escala en Honningsvag donde iremos a visitar el centro de Cabo Norte!
HONNINGSVAG
-9° C / -11° C (Sensación -23ºC)
Amanecer: 8:07
Atardecer: 14:54
Llegando a Honningsvag con una tormenta ártica
Jesús: Durante toda la noche los fuertes vientos de más de 50 km/h hicieron que el Havila Polaris se escorara a babor, si bien no se sintió balanceo gracias a los modernos estabilizadores bajo su casco.
A la 1:30h se tuvo la escala en Oksfjord, y a las 5:05h la de Hammerfest sin ningún retraso (y sin darnos cuenta en la cabina). Sin embargo, por las condiciones climáticas no se realizó el atraque previsto a las 8:30h en Havoysund y se continúo camino como se indicó por megafonía,
Sobre las 9:45h se conocía finalmente que la excursión al Centro de información del Cabo Norte se cancelaba. Las carreteras habían sido cortadas por el fuerte viento (más de 60km/h) y el peligro de avalanchas.
A las 10:55h, según el horario previsto, el MS Hvila Polaris atracaba en el puerto de Honningsvag con un fuerte viento pero con algunos claros que permitían que el sol iluminara la ciudad creando una atmósfera mágica de tonos naranjas reflejados en la nieve.
Aunque se porpuso una excursión alternativa que visitaba una factoria de cangrejos gigantes y una aldea sumi, optamos por cancelarla y visitar por nuestra cuenta.
Al desembarcar por la cómoda rampa del Polaris sentimos el ártico en todo su esplendor. Gracias a las muchas capas pudimos resistir el viento y los -21ºC de sensación térmica. Al mirar al barco vimos como todo el casco y ventanas estaban cubierto de hielo y carámbanos.
A poco más de 400 metros se localizaba el centro de información turística al que lentamente nos encaminamos. Tras un breve tiempo allí y otro en la tienda de souvenirs justo al lado, decidimos que con estas condiciones no podíamos disfrutar ni un paseo por la calle central de la ciudad, y regresamos al barco.
Ya a bordo fuimos a almorzar algo en el café (una de las mejores sopas de pesacado, gambas y mejillones que me he comido en mi vida) y a socializar con otros viajeros. Al no haber casinos ni espectáculos, la conversación se convierte en un gran divertimento y una gran forma de conocer otras culturas y personas. Hoy hems aprendido sobre Noruega en 1 hora de animada charla que en años de colegios o volúmenes de enciclopedia.
Puntual como un reloj suizo, el Polaris partía de Honningsvag a las 14:30 en mitad de la tormenta. Por delante quedaban 3 escalas antes de terminar el día mientras nos acercábamos a Kirkenes, el ecuador del viaje. Las condiciones climáticas adversas impidieron parar en Kjollefjord, Mehamn, y Berlevag, y el capitán decidió seguir hasta la seguridad del puerto de Batsfjord que estaba prevista para las 22:00h.
Estas cancelaciones de escalas ha provocado que a bordo se queden pasajeros que iban de un puerto a otro. Lo que iba a ser un viaje de algunas horas ahora tendrá que ser de días ya que el barco regresará por los mismos puertos de regreso al sur.
Por la noche se ha sentido momentamente el oleaje y hemos preferido quedarnos en la cabina. Mañana llegaremos a Kirkenes sobre las 9:00h.
Cosas que he aprendido a bordo del MS Havila Polaris
Cherilyn: Tras 6 días a bordo me he dado cuenta que he aprendido algunas cosas que no sabía, que me han llamado la atención, y que me gustaría compartir con vosotros.
- La tripulación en Havila trabaja por solo 22 días (2 viajes completos desde Bergen y regreso) y luego tienen 22 días de vacaciones. Este horario explica la felicidad que transmiten a los pasajeros y la gran camaradería entre ellos.
- Otro detalle de la tripulación que llamó mi atención fue que aunque cada uno tiene su trabajo principal asignado a bordo, también tienen otro trabajo para complementar. Por ejemplo, es posible ver a la gerente de la tienda ayudando en la cafetería, o una limpiadora de cabina ayudando en el restaurante como camarera.
- He comprobado que -20ºC es muy muy frío. Lo aprendimos hoy en Honningsvag donde cualquier parte del cuerpo no cubierta (en nuestro caso los ojos) se pone roja de fría a los 5 segundos. Auque lo sabía antes, es muy importante en estas regiones árticas protegerse no solo del frío, sino del viento, ya que la sensación térmica es más dramática.
- Hoy preguntando por qué los noruegos dejan las luces encendidas en sus casas (pensaba que era para indicar que hay alguien dentro) hemos descubierto que es para animar a los vecinos a salir de las casas durante el invierno gracias a iluminar toda la ciudad con luces amarillas. Por esta misma razón dejan la iluminación de navidad hasta primavera.
KIRKENES
-11° C / -13° C (Sensación -20ºC)
Amanecer: 7:33
Atardecer: 14:55
A 15 km de Rusia, escala en Kirkenes
Jesús: Una gran actividad se vivía a bordo del MS Havila Polaris al llegar al seguro puerto de Kirkenes. Eran muchos los viajeros que finalizaban en esta escala su viaje, y las maletas se amontonaban en la cubierta 4 (entrada al lobby desde el muelle) listas para ser desembarcadas. Desde el aeropuerto de la ciudad volverían a casa utilizando el shuttle organizado por la propia naviera.
Antes de llegar a este puerto, emplazado a tan solo 15 km de la frontera con Rusia, el barco pudo recalar durante la noche y sin problemas en los puertos de Vardo (3:30h) y Vadso (6:55h).
Durante las 3 horas y media de tiempo en puerto utilziamos el tiempo para organizar la cabina, trabajar con posiblemente una de las mejores vistas del mundo, y salir al muelle con una sensación térmica de -23ºC. Ver el casco del Polaris completamente helado y las vistas del mar congelado en el muelle bien merecieron salir aunque fuera por 15 minutos.

A las 12:45h comenzaba nuestro itinerario de regreso al sur y que durante los próximos días nos llevará de regreso a Bergen.
Es interesante ver nuevas caras de pasajeros que han embarcadoen menor cantidad en esta segunda parte del viaje. Esta sensación me recuerda mucho los cruceros b2b (back to back) donde conectas 2 cruceros seguidos permaneciendo el día que debes desembarcar. Te sientes de alguna manera privilegiado de estirar un poco más la aventura, y las posibilidades de ver una nueva aurora boreal. Parece que en los próximos días mejorarán las condiciones climáticas (dedos cruzados).
Eran las 16:05 cuando llegábamos, con cielos despejados pero con una fuerte ventisca, a las inmediaciones de Vardo. La ciudad mas oriental de Noruega y que curiosamente por la inclinación de la tierra está más al Este que San Petersburgo o Estambul. Desgracidamente el capitán anunciaba que debido al viento no era posible realizar la maniobra de entrada en puerto y se cancelaba. Nos quedamos sin poder visitar su fortaleza roja o tener suerte de ver las colonias de frailecillos.
Cuando menos lo esperábamos apareció la gran Aurora Boreal
Ya nos habíamos hecho a la idea de que no tendríamos noche de cacería debido a que el fuerte viento traía una gran cantodad de nubes que impedían ver la noche estrellada ártica. Pero como comentaba el director del equipo de expedición «todo puede cambiar en 5 minutos por encima del círculo polar ártico».
Estábamos disfrutando de nuestra cena en el restaurante Havrand los platos del nuevo menú cuando por megafonía se anunciaba que era posible ver cierta actividad boreal en popa. Viendo el viento que hacía no pensábamos en que hubiera tiempo para cambiarnos y salir a las cubiertas superiores, así que seguimos cenando.

Sin embargo, por curiosidad subimos a la cubierta 9 para ver si el resto de pasajeros estaba allí. Nuestra sopresa fue que era posible ver una maravillosa línea ondulante frente al barco. Justo mientras estábamos cenando habíamos hecho escala en el puerto de Bastfjord y fue en su salida, cuando lejos de la contaminación lumínica apareció este espectáculo en el firmamento.
Sin pensarlo 2 veces, bajamos corriendo las escaleras hasta la cubierta 5, entramos en la cabina, nos pusimos todas las capas posibles y volvimos a subir, esta vez a la cubierta 8 en popa. Allí comenzamos a lanzar tantas fotos como pudimos en todos los formatos posibles.
Ya dentro, recuperando el calor, comenzamos a ver todas las fotos. al pasar las imágenes nos quedamos asombrado al ver la calidad de las tomadas esta noche durante las pocas horas que el cielo estuvo despejado.
Seguro recordaremos para siempre la felicidad y energía de este momento único vivido, difícil de expresar con palabras.
HAMMERFEST
-1° C / -5° C (Sensación -10ºC)
Amanecer: 8:02
Atardecer: 15:17
Disfrutando nuevamente el sol en Hammerfest
Tras la inesperada cacería de auroras la pasada noche, hoy nos levantamos un poco más tarde, justo para ver la llegada al puerto de Havoysund (8:00h) y su rápida escala.
La noche anterior y durante la madrugada, el Havila Polaris realizó con cierto retraso (provocado al tener que navegar más lento por las condiciones climáticas adversas) en Batsfjord (20:00h), Berlevag (22:25h), Mehamon (1:20h) donde un grupo de viajeros bajaron para realizar una travesía noturna en motos de nieve hasta el siguiente de los puertos, Kjollfjord (3:25h), y nuevamente al de Honningsvag a las 5:45h.
La mañana a bordo transcurrió tranquila, en una maravillosa rutina y donde nuestras pupilas ya se han acostumbrado a ver tanta belleza natural rodeandonos en contínuo cambio. Rutina rota al llegar al puerto de Hammerfest a las 11:00h.
Un rico desayuno y nos preparamos para disfrutar dando un paseo durante la hora que disponímiamos. Sentía muy bien poder pisar tierra firme, especialmente con sol nuevamente acariciando la cara.
En esta ocasión decidimos visitar el monumento del Arco Geodésico de Struve que existe en esta ciudad. Este hito geográfico, protegido como lugar especial de la UNESCO, es parte de una red de puntos que van desde el norte de Noruega hasta el mar Negro y que sirvieron para realizar los cálculos matemáticos que permitieron por primera vez y sin errores calcular el arco de un meridiano terrestre y con ello saber las medidas y distancias exactas de nuestro planeta.
Con algunos pasajeros rezagados corriendo por el muelle, a las 12:55h el Polaris hacía sonar su sirena y dejábamos atrás el interesante puerto de Hammerfest para continuar nuestro camino rumbo sur.
La siguiente escala del día fue la de Oksfjord, un pequeño y pintoresco pueblo pesquero al que atracamos a las 15:50h, mientras desde cubierta disfrutábamos de un maravilloso atardecer con su paleta de rojos y naranjas característicos de las latitudes árticas.
Eran las 19:40h cuando hicimos una rápida escala (15 minutos) en el muelle de Skjervoy ya entrada la noche. A lo lejos se podía distinguir unas amenazadoras nubes por el sur. Tormenta que finalmente trajo una gran nevada en el camino hacia nuestro último puerto previsto del día, Tromso a las 23:45h.
La tarde-noche transcurrió tranquila en la cabina o dando paseos por las diferentes cubiertas. Tras una cena relajante en el café Havly, compuesta por pizza y ensalada, regresamos al camarote justo en el momento que nos cruzábamos con el Havila Capella que navegaba en su ruta hacia el norte bajo la gran nevada.
Como es tradición en estas aguas, ambos barcos hicieron sonar sus sirenas y encendieron todas las luces exteriores a modo de fraternal saludo. Este espectáculo de algunos minutos rompia el sepulcral silencio del lugar e iluminaba los miles de copos de nieve que nos rodeaban.
Esta noche la belleza de la nevada eclipsaba la de la Aurora Boreal. Mañana será nuestra última oportunidad y todo apunta a que puede ser gloriosa.
STOKMARKNES
0° C / -4° C (Sensación -4ºC)
Amanecer: 8:16
Atardecer: 16:14
Tormentas de nieve y sol radiante cada 10 minutos
La belleza de Noruega no deja de sorprendernos ni un sólo día de este itinerario. Si anoche nos íbamos a dormir mientras nevaba intensamente en la escala de Tromso (23:45h), esta mañana amanecimos con un sol radiante. Esta alternancia entre nieve y sol cada 10 minútos ha sido la norma durante toda la jornada.
Los cielos despejados con un sol vívido iluminando las blancas montañas se alternaba subitamente con tormentas de nieve que parecían salidas de una película en el Himalaya.
A las 8:00h, justo cuando abríamos la cortina de la ventana de nuestra cabina, llegábamosa Harstad con su clasico edifíco portuario de color amarillo, dándonos los buenos días. Antes, sobre las 4:20h habíamos arribado al muelle de Finnsnes, algo de lo que no nos percatamos en nuestra cabina insonorizada.
Hablando con algunos tripulantes, conocimos que sobre las 3:15h, bloques de hielo proveniente de un río habían impactado contra el casco sin consecuencias. Nosotros ni llegamos a oirlos ya que el Polaris está sobrádamente preparado para este tipo de encuentros y aguas.
Durante la mañana, antes de llegar a Risoyhamn, tuvimos que cruzar el estrecho canal de Risoy de solo 4,8 km de largo y que fue creado por el fundador de la naviera Hurtugruten, dragando hasta 7m de profundidad en 1922 para abrir una conexión más rápida para los barcos costeros.
Las tormentas de nieve y el sol cambian su protagonismo en el cielo mostrando la imagen más asombrosa y dramática de la belleza de Noruega.
Una gran nevada nos recibía en la breve escala de Sortland (12:30h) desde donde hicimos un LIVE para todos los miembros del Club de Crucerista mostrando el barco desde la cubierta 9 hasta la 4.
Charlas con nuestros nuevos amigos de la tripulación (el Ártico une más que una fiesta), comida en el café Havly, y abosuluto relax viendo la nieve caer de mil formas sobre el mar, nos hicieron muy corta la espera hasta el siguiente de los puertos programados, Stokmarknes.
Este precioso pueblo nos sorprendió, no solo por la belleza de sus coloridas casas contrastando con las blancas montañas, sino por albergar junto al muelle un espectacular museo dedicado a la naviera noruega Hurtigruten, pionera en la misma ruta que realiza el Polaris.
En el interior de un vanguardista edificio blanco como un iceberg, se localiza uno de los clásicos barcos de la naviera de los años 50, el MS Finnmarken. Ese buque estuvo en servicio realizando la misma ruta costera desde 1956 hasta 1993. Una joya para los amantes del mundo nautico, tan bien conservado que parece haber salido de los astilleros. Recorrer sus cubiertas es como un viaje en el tiempo.
Tras una hora de escala nuestro viaje continuaba a través del estrecho canal de Trollsfjord, donde las nevadas y el sol luchaban por acaparar nuestras atónitas miradas de viajeros.
De esta forma llegamos a nuestra sigueinte escala en Svolvaer (18:30h) capital de las islas Lofoten, donde por haberlo visitado en nuestra ruta rumbo al norte decidimos permanecer a bordo y disfrutar de una rica cena.
La última escala del día es Stamsund, también en las islas Lofoten, prevista para las 22:15h. Ahora navegamos hacía su puerto bajo una intensa nevada.
A partir de este punto estaremos atentos por si cambia el clima y volvemos a tener una alerta de Aurora Boreal.
BRONNOYSUND
2° C / -5° C (Sensación -3ºC)
Amanecer: 8:04
Atardecer: 16:46
La medianoche trajo más Auroras Boreales
A punto de apagar la luz la pasada noche un aviso de auroras boreales era dado por nuestro teléfono de la cabina (hay un botón especial para activarlas) y nos indicaban que eran visibles a babor en la zona de popa desde las cubiertas exteriores.
Como si fuéramos bomberos al recibir una alerta saltamos de la cama, corrimos al armario, nos pusimos el equipo para salir al exterior y en menos de 5 minutos estábamos en la cubierta 8.
Al salir ya pudimos distinguir las curvas y formaciones que estas maravillas de la naturaleza producen en el cielo. Aún apesar de tener una luna que iluminaba la noche, gracias a las cámaras de los teléfonos móviles, pudimos sacar una gran serie de ellas. Así transcurrió nuestra medianoche , cazando auroras, y regresando con una enorme sonrisa a la cabina. Una sensación indescriptible.
Estasiados con la belleza de las 7 hermanas
Tras nuestra cacería levantamos más tarde de lo normal (9:00h) y desayunamos en la cabina trayendo dos cortados dobles y los adictivos pancakes noruegos desde el café situado una cubierta arriba. Ahora apreciamos las ventajas de un barco pequeño teniendo todos los lugares importantes cerca de nosotros. El barco se convierte de alguna forma en una extensión de tu camarote.
Durante la noche tuvimos la escala en Bodo, lugar donde Steven, el fotógrafo del equipo de expedición y ahora nuevo amigo, desembarcaba. Gracias a sus indicaciones pudimos aprender a cazar mejores auroras, incluso con la cámara de un telefono. Esto sucedió a las 2:30h.
Ornes, a las 6:25h, y Nesna a las 10:25h, fueron las primeras escalas del día, y que nos recibieron con un sol radiante que hacía brillar las montañas completamente nevadas (incluso parecía que hubiera más nieve que en las regiones árticas visitadas más al norte).
Sandnessjoen, a las 11:45h, fue el muelle donde el Polaris atracaba para una escala de sólo 20 minutos.
Justo antes de llegar a este puerto, pudimos disfrutar una de las grades atracciones visuales de nuestra ruta. El Havila Polaris navegó durante muchos kilómetros alineado con un grupo de montañas con siluetas muy características, de gran altura, y tan cerca de la costa que parecían que se podían tocar. Conocidas como las 7 hermanas han sido las protagonistas de muchas historias y leyendas populares locales. Además, con el sol aparecían alineadas e ilumiandas como bailarias de un perfecto ballet.
Durante las 2 horas y 30 minutos de escala en Sandnessjoen dimos un mas que agradable paseo hasta la iglesia principal de la ciudad, regresando por el paseo que discurre junto a los muelles hasta regresar al terminal de ferry. Es intersante ver como los locales dedican el domingo a pescar (suponemos por estar el resto de comercios cerrados).
Ya a bordo del barco, dedicamos el resto de la tarde para descansar junto a la ventana, convertida en el mejor canal de National Geographic que se pueda tener (por la espectacularidad de los paisajes), cenar las delicias del nuevo menú regional en el restaurante (seguimos sin atrevernos con la carne de reno), y disfrutar del placer de una charla con otros viajeros.
Fue durante nuestro tiempo de cena cuando llegamos a la última escala del día, Rorvik, a las 21:00h.
Regresando a la cabina nos preguntábamos si tendríamos alguna nueva alarma de aurora esta noche. Aunque hoy habíamos dejado atrás el circulo polar ártico, muchas veces es visible desde estas latitudes, especialmente en noches despejadas como las de hoy. Estaremos alertas.
KRISTIANSUND
4° C / 3° C
Amanecer: 8:08
Atardecer: 17:17
Qué ropa llevar a un crucero para ver Auroras Boreales
Cherilyn: Contestando a varias preguntas que hemos visto en el Club de Cruceristas, pensé que sería útil compartir una lista de la ropa que llevé a este viaje. La de Jesús es muy parecida así que, hombres, también ésta puede serviros :).
- Abrigo: North Face HyVent con chaqueta forro polar.
- Gorro: Wedze con forro polar.
- Braga: Wedze con forro polar.
- Guantes: Uniqlo (con tecnología Heattech).
- Zapatos de montaña: Columbia Techlite impermeables.
- Zapatos cómodos: Skechers.
- Calcetines térmicos: Quechua merino wool (x2).
- Camisetas térmicas: Uniqlo (con tecnología Heattech) normal (x3), extra cálido (x1).
- Camisetas manga larga: finita (x2).
- Sudadera fina: Uniqlo (con tecnología Airism).
- Chalecos: ligero con plumas (x1), con forro polar (x1).
- Pantalón de montaña: Quechua con forro polar.
- Pantalón térmico: Uniqlo (con tecnología Heattech).
- Pantalón cómodo para vida a bordo.
También quería subrayar la importancia de tener crema solar, crema en general (para el cuerpo, cara, manos…), protector labial (sugiero fuertemente la marca Carmex), y gafas de sol. Las condiciones de un clima tan frío y seco ademas de un viento ártico son un choque para la piel acostumbrada a climas Mediterráneo.
Como podéis ver, no llevé ningún maquillaje, ni ropa de vestir tipo vestidos, tacones, etc. y la verdad es que no los he echado de menos y no fueron necesarios.
Explorando la capital noruega del bacalao
Jesus: Aún sin haber tenido ninguna alerta por aurora boreal (estuvo nublado toda la noche) nos levantamos tarde sobre las 9:00h, casi la hora de abandonar el puerto en el que amanecimos y en el que estábamos amarrados desde las 6:30h, Trondheim.
Sólo 2 puertos más estaban previtos en la precisa ruta del Havila Polaris en el día de hoy. Kristiansund a las 16:30h y Molde a las 21:15h.
Con momentáneas apariciones del sol durante la navegación del fiordo de Trodheim comenzamos nuestra ruta hacia el sur. Justo en el momento de salir del puerto nos cruzamos con el MS Nordkapp de Hurtigruten, y como dictan las normas de cortesía noruegas, hubo un interesante intercambio de sirenas como si ambos buques se dieran cortésmente los buenos días. Algo que retumbó en todas las montañas que nos rodeaban.
Es llamativo observar este comportamiento entre marinos noruegos, sean o no de su misma compañía (cuando 2 barcos son de la misma flota el saludo es aún más efusivo con iluminación incorporada), que sin embargo no sucede al encontrarnos con barcos de cruceros de otras navieras.
Tras varias horas de navegación, puntuales entramos en el protegido puerto de Kristiansund, conocida como la capital del bacalao, y donde disponíamos de tan solo 1 hora de escala. Es sorprendente como el tener el tiempo tan acotado hace agudizar el instinto viajero eligiendo con más cuidado el lugar a visitar y los tiempo. Es todo un arte que llena de satisfacción cuando se consigue.
En este tiempo decidimos vistar el teatro de la opera, por ser la ciudad conocida por esta disciplina artística en Noruega, para luego dirigirnos all ugar más famoso y que alberga la estatua icono.
Este lugar no es otro que un pequeño embarcadero, donde todavía hoy los diminutos ferrys (antiguamente de vapor) conectan las 3 islas que forman esta localidad. Es aquí donde 3 estatuas de bronce son las protagonistas.
La más importante y símbolo de la ciudad es la dedicada a las mujeres que secan el bacalao. Digo bien bacalao, porque es la palabra usada en la ciudad para hacer referencia al pescado, traida por españoles en el siglo XVIII y quienes hicieron crecer la ciudad a ritmo de salazones del delicioso bacalao para ser enviado a España y Portugal. La sal permitia transportarlos, y fue muy popular en tiempos de cuaresma cuando la carne no estaba permitida.
Las otras 2 estatuas son la de un niño, que representa a los hijos de los pescadores, y en el centro del embarcadero una enorme mina de defensa portuaria recuerda a los caídos en la Primera Guerra Mundial.
Un agradable paseo de regreso al barco para embarcar y partir puntualmente hacia nuestro próximo destino puso fin a la escala.
Durante este tiempo entre puertos tuvimos tiempo para preparar la maleta (esta aventura llega a su fin), descansar, y cenar por última vez en nuestro adorado restaurante Havly y donde nos despedimos comiendo nuestros platos favoritos: sashimi de trucha arcoiris, y filete de ternera a lo marinero con salsa de vino tinto; auténticos manjares de una calidad tal que rivaliza con platos de restaurantes con estrellas Michelin.
Justo al terminar la cena llegábamos a nuestro último puerto.
A las 22:15 amarrábamos en el muelle de ferry de Molde. Con una escala de 20 minutos y comenzando a llover nos contentamos con ver las increíbles vistas de la ciudad desde la cubierta de observación en la planta 9.
Al partir el Polaris, fue el momento de volver a la cabina y poner punto y final a este relajante día que nos ha servido para revivir las cientos de imágenes, paisajes y anécdotas vividas en estos 11 días. Dias que nos parecen una vida por la intensidad de la experiencia.
BERGEN
5° C / 2° C
Amanecer: 8:05
Atardecer: 17:40
Regresando a Bergen, despertando del sueño
La lluvia nos despide de Noruega durante la lenta navegación hacia el que fue nuestro puerto de origen hace 12 días. Hoy es nuestro último día de aventuras a bordo del MS Havila Polaris, y siente como estar despertando de un maravilloso sueño.
Durante la pasada noche hemos hecho escalas en cuatro puertos en nuestra ruta sur: Alesund (00:30h), Torvik (2:35h), Maloy (5:45h), y Floro (8:25h), el cual pudimos ver desde la ventana de la cabina al despertarnos.
Hoy el día se presenta relajado, si bien hasta las 14:45h no tenemos prevista la llegada y deembarco.
Es este posiblemente uno de los mejores «últimos días de crucero» de cuantos hemos vivido. Hasta las 10:00h podemos permanecer en la cabina, desayunar y comer en el restaurante principal, y una vez dejamos la cabina podemos dejar las maletas en un almacén sin coste localizado en la cubierta 4, junto al mostrador de atención al pasajero.
Esto permite disfrutar estas horas finales sin estrés y llegar a Bergen donde hemos contratado con la propia naviera un transfer directo al aeropuerto.
La navegación de hoy nos esta permitiendo ver una nueva cara de Noruega. Esta vez bajo la lluvia cruzamos el fiordo más largo y profundo de Noruega, Sognefjord con sus 205 kilómetros. Antes habíamos navegado el estrechísimo canal de Fengskjeret. La lluvia y las olas contras las rocas le daban un punto más dramático.
Una vez llegemos a Bergen nuestro plan es ir directamente al aeropuerto para tomar nuestro vuelo a Madrid con escala en Amsterdam. Será un largo vuelo, pero ni ese detalle puede quitarnos la sensación de que hemos realizado un viaje con mayúsculas.
En los próximos días cerraremos este artículo a modo de diario con nuestras conclusiones finales y más detalles del Polaris y sobre la naviera, que sin duda se convertirá en un referente para explorar Noruega.
CONCLUSIONES: Nuestra experiencia en el MS Havila Polaris
Algún día todas las navieras de cruceros serán como Havila Voyages
La experiencia vivida a bordo de Havila es sin duda haber vivido en el futuro de la industria de los cruceros:
● Auténtica naviera creada y totalmente gestionada de forma familiar por Per Sævik desde 1957. Sævik, que ya tiene 80 años, sigue siendo el presidente de la junta directiva y continúa decidido a cuidar la naturaleza y el entorno local por el que navegan.
● Barcos eficientes y sostenibles de verdad ( no sólo para tener un titular de marketing que maquille las críticas de barcos más viejos en la flota). Los 4 barcos idénticos de la flota de Havila: Capella,Castor, Polaris, y Pollux (nombre de 4 constelaciones) están propulsado por Gas Natural Licuado, disponen de las baterías eléctricas más grandes actualmente en un barco permitiéndoles una autonomía real de 4 horas (hoy en día son los únicos barcos que podrán visitar los fiordos en 2026 cuando el Gobierno noruego aplique la ley de limitación medioambiental de 0 emisiones), y además se conecta eléctricamente en todos los puertos donde disponen conexión, apagando completamente sus motores.
El casco de los barcos está especialmente diseñado para lograr la máxima eficiencia energética y el exceso de calor del agua de refrigeración y del mar se utiliza para calentar los interiores a bordo.
● Reciclaje extremo a bordo implicando al propio pasajero. En cada cubierta localizamos múltiples papeleras para separar plásticos, papel, cristal…
● No se desperdicia la comida. Eliminar el buffet, y un menú a la carta donde las porciones son tipo tapa pero sin límite en el número (Al no permitir amontonar comida y contar con los tiempos al traer la comida nos hace elegir bien los que de verdad queremos comer). Menú inteligente reusando ingredientes comprados en los mismos puertos e innovando nuevos platos cuando un producto se termina ( lo tendrás al llegar al próximo puerto).
Havila Polaris una joya nautica con luz propia
Al embarcar en Bergen ya notamos que no lo hacíamos en un barco comparable a las que ya conocíamos. Entrar en el lobby abierto a 5 cubiertas con luz natural entrando por todos los rincones mostrando el espectacular paisaje sobrecoge. Especialmente si el diseño de interior es similar al de los nuevos barcos de crucero de lujo.
La minimalista decoración interior está inspirada en el mar, el cielo, las montañas y los glaciares, y la comida degustada en sus restaurantes son platos tradicionales de los pueblos y aldeas locales a lo largo de la ruta.
El Polaris te permite ver la aurora boreal y el sol de medianoche mientras estás sentado en un cómodo sillón bajo el techo de cristal, o desde un jacuzzi en la cubierta exterior.
El viaje es el centro y por eso los grandes ventanales de techo a suelo y salones panorámicos son las estrellas en un entorno que invita al relax. No esperes casino, teatro, galerías de tiendas, tienda de fotografías o toboganes en caída de 9 cubiertas, el Polaris no los necesita para impresionar al viajero de verdad.
Construido en 2023, este barco mitad ferry mitad crucero, desplaza 15.776Gt y tiene una capacidad máxima para 680 pasajeros en 179 cabinas.
Las cubiertas 4, 6, 8 y 9 es donde se concentran los espacios comunes y restaurantes. Esto hace del Polaris un barco fácil de recorrer.
En la 4 se sitúa el mostrador de atención al viajero, la lavandería gratuita, y la puerta de entrada para embarcar o desembarcar (siempre en la misma localización y cubierta).
La sexta cubierta es considerada el corazón del barco. Allí localizamos diferentes salones de descanso, la sala de conferencias ( donde el equipo de exploración da sus charlas y consejos), la tienda, el café Havly, el restaurante Havrand, el restaurante de pago Hildring, y la oficina de excursiones.
En la octava cubierta tendremos acceso al exterior donde localizamos 2 jacuzzis, 2 saunas, un bar abierto para celebrar que se cruzan hitos geográficos como el Círculo Polar Ártico, y un gimnasio dividido en 2 zonas: una para cardio y otra para peso libre.
En la novena, el Havblikk Bar & Lounge es el lugar perfecto para tomar un cocktel o cerveza noruega mientras contemplamos las mejores vistas del mundo. Además, es posible salir al exterior, siendo el mejor lugar para observar las auroras.
Gastronomía a bordo del MS Havila Polaris
Hacía mucho tiempo que no comíamos tan bien a bordo de un barco de crucero. El Polaris solo dispone de 3 espacios donde comer y 2 bares.
El café Havly es la opción más informal. Con café de especialidad sin coste presenta una gran oferta de dulces típicos noruegos ( un capuccino con pancakes rellenos es toda una delicia para merendar), sandwiches fríos, ensaladas, así como platos calientes como una selección de sopas, hamburguesas, pizzas y un plato del día que iba cambiando.
Nuestro restaurante principal para desayuno, comida y cena fue el Havrand. Aquí, con horario fijado que eliges antes de embarcar en el puerto (te dan opciones cada 30 minutos), fue donde nos llevamos nuestra mayor sorpresa gastronómica.
Con un menú diseñado con platos locales de las 3 regiones que íbamos navegando y que cambiaba cada 3 días disfrutamos de una excepcional comida (que podría estar en restaurantes de pago en otros cruceros) recién elaborada, y con producto locales que se habían subido en el puerto anterior (eso permite no tener que almacenar ni tirar comida). Simplemente deliciosas e insuperables sus carnes ( incluida la de reno), sopas de marisco, mejillones o el extraordinario sashimi de trucha arcoiris…
Con esta calidad cada día no vimos necesario probar el menú de pago del restaurante Hildring, aunque viendo la calidad de su hermano debe ser toda una experiencia para los más foodies.
Vida a bordo
Pasajeros de todas las nacionalidades que hacían la ruta completa y locales que subían y bajaban en diferentes puertos (eran los únicos con niños) viajábamos en un ambiente relajado y donde tan solo 76 tripulantes nos atendían con una eficacia y familiaridad digna de mención.
La tripulación, que permanece a bordo 22 días y descansa otros 22, realizaban varias funciones a lo largo del día permitiendo dar un excepcional servicio con una felicidad en sus caras como no habíamos visto antes.
Era normal ver a tu asistente de camarero ayudando al equipo de asistentes de cabinas, o la encargada de la tienda supliendo el descanso de la responsable del café. Eficacia 100% noruega.
Los mensajes a bordo se realizaban en noruego, inglés y alemán. En nuestros últimos días tuvimos una camarera del restaurante que hablaba un perfecto español.
Aunque el ambiente a bordo era relajado, la secuencia de puertos, paisajes espectaculares, hitos geográficos superados, y barcos que nos cruzábamos eran tantos que era difícil aburrirse. Siempre estás pegado a una ventana o visitando una escala (algunas por 1 hora).
Además, teniendo WIFI gratuito durante todo el viaje es posible compartirlo con tus familiares y seguir conectado (si es lo que prefieres) con lo que pasa en el resto del mundo.
Conclusión final
Hacía mucho tiempo que no vivíamos una experiencia viajera como esta. Cualquiera de los itinerarios costeros del Havila Polaris no es un crucero como los realizados antes, es en sí misma una aventura única.
Una aventura a la altura de los grandes itinerarios viajeros del mundo a precios (todavía) más que asequibles para el viajero medio, humana y realmente inmersiva en la cultura escandinava, y sin los clichés de las navieras de lujo.
Visitar algunos de los lugares mas hermosos del planeta, vivir el invierno con sus mil caras y colores, maravillarse del prodigio natural de las auroras, ver nevar desde tu ventana, no tienen precio, y todo esto es posible desde el confort de un barco ultramoderno que sientes como casa desde el primer día atendidos por una tripulación cercana y familiar. Si además le sumas que su gastronomía es excepcional, no hay mucho más que añadir.
La huella dejada es tan fuerte que ya estamos pensando en regresar.
VALORACIÓN
Havila Polaris
Hacía mucho tiempo que no vivíamos una experiencia viajera como esta. Cualquiera de los itinerarios costeros del Havila Polaris no es un crucero como los realizados antes, es en sí misma una aventura única.Una aventura a la altura de los grandes itinerarios viajeros del mundo a precios (todavía) más que asequibles para el viajero medio, humana y realmente inmersiva en la cultura escandinava, y sin los clichés de las navieras de lujo.