Norman Bel Geddes: el desconocido diseñador de antiguos barcos del futuro
Siempre que hemos publicado en CruceroAdicto.com artículos sobre los barcos de cruceros del futuro nos hemos encontrado comentarios de todo tipo. Desde cruceristas que alaban los nuevos diseños hasta los que critican las nuevas tendencias, ya sea llamando centros comerciales flotantes a los prototipos o, directamente, que eso no son barcos.
No obstante eso, ¿qué pensaría una persona que vivió en los años 30 del pasado siglo de los barcos que navegan en la actualidad? ¿Qué diría cuando viera un clase Oasis de Royal Caribbean con sus balcones interiores o qué opinaría de un Breakaway Plus de Norwegian Cruise Line con su pista de karts? Seguro que se asombraría de la misma forma que lo hace el crucerista del siglo XXI cuando lee un artículo en el que se ha diseñado un barco con forma de isla, ¿verdad?
Sin embargo, igual que ahora nos sorprendemos con esos raros prototipos o aceptamos que la tendencia actual es la de ver cómo se inauguran barcos más grandes con muchísimas atracciones, que hace pocos años eran impensables de ver en un crucero –lo último ha sido descubrir que un barco de crucero tendrá una montaña rusa-, los cruceristas de antaño también se sorprendían cuando un genio, visionario o loco (llamadlo como queráis) presentaba el diseño de un nuevo barco con rasgos futuristas para su época (incluso para la nuestra en algunos casos).
Es fácil comprender que muchos de estos proyectos no vieron la luz, más allá de los 4 garabatos que un genio entusiasta esbozaba sobre un papel, pero otros diseños llegaron a ser portadas de revistas, e incluso alguno de ellos llegó a ser construido.
EL GENIO DE
NORMAN BEL GEDDES
Vayamos al mes de abril de 1934. La revista Popular Science publicaba en su portada el nuevo barco del futuro, obra de Norman Bel Geddes, un barco destinado a imponerse de forma aplastante en uno de los mayores retos que la navegación de barcos de pasajeros había vivido hasta el momento: cruzar en el menor tiempo posible el océano Atlántico y conseguir el preciado Blue Riband (galardón al barco que cruza el Atlántico en menor tiempo).
Hemos de comprender que en esa época la mejor forma de viajar desde Europa hasta América o en sentido contrario era en barco, puesto que la aviación no comenzó a desbancar a los transatlánticos hasta la década de los 50, así que cruzar el océano en el menor tiempo posible era uno de los objetivos a la hora de construir un barco transoceánico.

El diseño de Bel Geddes, que éste había dado a conocer dos años antes en su libro Horizons, debía su aspecto futurista a ese motivo, el de conseguir el barco más rápido. Para ello Bel Geddes dotó al casco del barco de una aerodinámica poco vista en la época y con poco elementos que la rompieran. De hecho, solo sobresalía del casco el puente de mando, que tenía forma de ala de avión para ofrecer menor resistencia al viento, y las chimeneas, que también se habrían construido con un perfil poco resistente al viento. Es más, algunos elementos muy visibles en los exteriores, como son los botes salvavidas, estarían ocultos dentro del barco.

Como explicaba Bel Geddes,
“ Cuando se van a utilizar los botes salvavidas, una sección lateral de la cubierta de la embarcación gira hacia una posición horizontal y, por lo tanto, forma una pasarela. Dos pescantes de acero se accionan horizontalmente, llevando el bote salvavidas con ellos y bajándolos a una posición al ras de las pasarelas. Las pasarelas tienen barandillas en todos los lados con una puerta en el centro, de modo que los pasajeros no pueden caer. Los pasajeros caminan desde la cubierta, a través de la pasarela y directamente en el bote ”.
Esa forma tan grácil del buque y los adelantos tecnológicos de la época, en el momento de publicarse el libro Horizons, habrían ayudado a rebajar en casi un día la marca que ostentaba el Bremen con 4 días, 14 horas y 30 minutos -una barbaridad en un momento en que muchas marcas se conseguían rebajando el anterior récord en tan solo unos minutos-.
Pero este barco no solo estaba diseñado para conseguir la Blue Riband. Estaría dotado de todos los lujos presentes en otros transatlánticos de la primera mitad del pasado siglo e incluso añadiría algunas novedades que, incluso hoy en día, asombrarían al crucerista más avezado.
Con capacidad para 2000 pasajeros en primera clase y 900 tripulantes, este barco, de haber sido construido, habría alcanzado los 330 metros de eslora. Como muchos barcos de cruceros actuales, dispondría de cubiertas retráctiles que serían retiradas, en los días que la climatología lo permitiera, para que los pasajeros pudiesen jugar al tenis, a otros juegos característicos de la época o tomar el sol en su playa de arena, adyacente a la piscina cubierta de grandes dimensiones. Pero quizás lo más llamativo habría sido el hangar oculto en la chimenea de la parte trasera, en la que Norman Bel Geddes había previsto incluir dos hidroaviones.
Norman Bel Geddes fue un polifacético ingeniero industrial norteamericano que desarrollo su carrera en muchos campos, desde las artes escénicas, infraestructuras pública, hasta el diseño de sistemas de transporte. Nacido el 27 de abril de 1893 en Adrian (Míchigan) y fallecido el 8 de mayo de 1958, Norman Bel Geddes. Fue uno de los principales exponentes del Streamline Moderne o Estilo Aerodinámico.
Conoce un poco más la vida de Norman Bel Geddes en este vídeo:
Jesús Rico
Editor Regional – España
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Jesús Rico para CruceroAdicto.com.
Fuente y Fotos Revista Popular Science | libro Horizons de Norman Bel Geddes.
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