Toallas y albornoces en cruceros
¿me pillarán si me las llevo?
La primera imagen que vemos al llegar a un camarote siempre va dirigida al baño y armario, donde nos encontramos con toallas y albornoces (bata de baño) blancos de algodón de excelente calidad. Algodón puro, blancas, limpias y esponjosas. Toda una tentación para introducirlas en la maleta el último día de nuestra estancia. El ser humano es así. Se encapricha de algo, y literalmente lo toma prestado para siempre, traduciéndose estos pequeños hurtos en pérdidas millonarias tanto para hoteles como para las navieras de cruceros.
¿Detectarán en el barco que me llevé alguna toalla o albornoz?
Si algún huésped tiene la tentación de robar una toalla en un crucero, pueden pasar un par de situaciones nada agradables. La menos embarazosa es que el asistente de cabina al preparar el camarote para los siguientes pasajeros, haga el recuento de toallas y batas de baño y lo informe. En este punto es probable que el barco cargue en la tarjeta de crédito que tenían conectada a la cabina el coste de esa toalla o albornoz.
La otra opción puede hacer que el crucerista quede en evidencia y avergonzado el día del desembarque, cuando retengan la maleta y le obliguen a abrirla porque hayan localizado una toalla o albornoz del barco en su interior.
Algunas navieras pueden disponer de la tecnología RFID de seguimiento de prendas. Linen Technology Tracking, una empresa de Miami tiene la patente de un chip de RFID lavable. Dicho chip es prácticamente invisible dentro de toallas, albornoces y sábanas. Además es resistente al lavado a altas temperaturas y al lavado en seco (tricloroetileno). El chip RFID no sólamente puede activar una alarma si alguno de los huéspedes intenta sustraer una toalla, sino que también emite su localización.
Imaginemos la bodega del barco de crucero donde se almacenan las maletas para el desembarco desde la noche antes de la llegada al puerto. Un receptor sabrá el número de chips (toallas, albornoces…) introducidos en las maletas de los pasajeros listas para ser desembarcadas.
Al pasar todas las maletas por el escáner, una alarma avisará para retener la maleta que se podrán en grupo especial para su apertura cuando el crucerista va a recogerla en la terminal.
Sabiendo estos datos hay que pensárselo dos veces antes de sustraer un albornoz o toalla. Sin embargo como cruceristas debemos saber que muchas navieras nos permiten comprar los albornoces y toallas iguales a los que usamos en sus barcos. Algunas nos permiten comprarlas directamente en el barco hablando con nuestro asistente de camarote y otras nos las enviarán a casa. Esa sería la mejor opción si realmente nos gustaron.
¡Felices cruceros, nos vemos a bordo!
German Gimenez
Redactor
¿Has tenido la tentación de llevarte alguna toalla?
¿TE GUSTO EL ARTÍCULO?
Puedes encontrar muchos más en nuestra sección de curiosidades de cruceros
Toallas y albornoces en cruceros ¿me pillarán si me las llevo?
German Gimenez para CruceroAdicto.com.
Fuente y Fotos CruceroAdicto.com.
Cruceroadicto.com en YouTube
Toallas y albornoces en cruceros
¿me pillarán si me las llevo?
La primera imagen que vemos al llegar a un camarote siempre va dirigida al baño y armario, donde nos encontramos con toallas y albornoces (bata de baño) blancos de algodón de excelente calidad. Algodón puro, blancas, limpias y esponjosas. Toda una tentación para introducirlas en la maleta el último día de nuestra estancia. El ser humano es así. Se encapricha de algo, y literalmente lo toma prestado para siempre, traduciéndose estos pequeños hurtos en pérdidas millonarias tanto para hoteles como para las navieras de cruceros.
¿Detectarán en el barco que me llevé alguna toalla o albornoz?
Si algún huésped tiene la tentación de robar una toalla en un crucero, pueden pasar un par de situaciones nada agradables. La menos embarazosa es que el asistente de cabina al preparar el camarote para los siguientes pasajeros, haga el recuento de toallas y batas de baño y lo informe. En este punto es probable que el barco cargue en la tarjeta de crédito que tenían conectada a la cabina el coste de esa toalla o albornoz.
La otra opción puede hacer que el crucerista quede en evidencia y avergonzado el día del desembarque, cuando retengan la maleta y le obliguen a abrirla porque hayan localizado una toalla o albornoz del barco en su interior.
Algunas navieras pueden disponer de la tecnología RFID de seguimiento de prendas. Linen Technology Tracking, una empresa de Miami tiene la patente de un chip de RFID lavable. Dicho chip es prácticamente invisible dentro de toallas, albornoces y sábanas. Además es resistente al lavado a altas temperaturas y al lavado en seco (tricloroetileno). El chip RFID no sólamente puede activar una alarma si alguno de los huéspedes intenta sustraer una toalla, sino que también emite su localización.
Imaginemos la bodega del barco de crucero donde se almacenan las maletas para el desembarco desde la noche antes de la llegada al puerto. Un receptor sabrá el número de chips (toallas, albornoces…) introducidos en las maletas de los pasajeros listas para ser desembarcadas.
Al pasar todas las maletas por el escáner, una alarma avisará para retener la maleta que se podrán en grupo especial para su apertura cuando el crucerista va a recogerla en la terminal.
Sabiendo estos datos hay que pensárselo dos veces antes de sustraer un albornoz o toalla. Sin embargo como cruceristas debemos saber que muchas navieras nos permiten comprar los albornoces y toallas iguales a los que usamos en sus barcos. Algunas nos permiten comprarlas directamente en el barco hablando con nuestro asistente de camarote y otras nos las enviarán a casa. Esa sería la mejor opción si realmente nos gustaron.
¡Felices cruceros, nos vemos a bordo!
German Gimenez
Redactor
¿Has tenido la tentación de llevarte alguna toalla?
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Toallas y albornoces en cruceros ¿me pillarán si me las llevo?
German Gimenez para CruceroAdicto.com.
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