¿Has desayunado alguna vez mirando un glaciar? ¿O te has quedado boquiabierto viendo cómo una cascada caía libremente 300 metros hasta estrellarse contra el agua del mar? Estas cosas solo pasan cuando viajas a los fiordos noruegos.
Mi primera mañana navegando por el Geirangerfjord jamás la olvidaré. Salí a cubierta envuelto en una manta (sí, en julio, pero es que allí arriba refresca), y me encontré dentro de una postal. El agua tan quieta que parecía de cristal, las montañas reflejadas como en un espejo, y ese silencio… solo roto por el sonido ocasional de alguna cascada lejana. No me lo esperaba, la verdad.
Y luego está el Sognefjord, que para mí es «el señor de los fiordos«, con sus más de 200 kilómetros serpenteando entre montañas. Cuando hace bueno y los glaciares brillan a lo lejos… esa imagen se te queda grabada para siempre.
Lo que hace que estos viajes sean tan especiales es el contraste. En un momento estás en cubierta, helado hasta los huesos, intentando sacar la foto perfecta de una cascada (mientras luchas para que no se te congelen los dedos), y al rato estás dentro, con una taza humeante, viendo el mismo paisaje pero calentito.
En ningún otro sitio se da esta combinación de aventura, paisajes sobrecogedores y confort como en los fiordos.
Una de las muchas veces que navegué en cruero por los fiordos, salí a ver el amanecer en el Lysefjord. Hacía un frío que pelaba y estaba prácticamente solo en cubierta. Media hora más tarde, la mitad del barco estaba ahí fuera conmigo. ¿Valió la pena madrugar y pasar frío? Sin duda, son precisamente esos momentos los que justifican cada euro gastado.
Si vas a hacer por fin este viaje, prepárate para sorprenderte profundamente. Y no solo porque estos fiordos sean Patrimonio de la UNESCO y tal, sino porque hay algo en ellos que te llega adentro, una conexión con la naturaleza que cuesta explicar con palabras.
Esta guía es justamente la que me hubiera gustado leer antes de mi primer crucero por allí. Sin florituras: cuándo ir (porque mayo no es como julio, y septiembre tiene su punto), qué fiordos no perderse, cuándo abrigarse de verdad, y qué excursiones merecen la inversión y cuáles son simples trampas para turistas. ¡Vamos a ello!
✱ APUNTES PARA CRUCERISTAS:
- Los fiordos noruegos ofrecen una combinación única de naturaleza desbordante, pueblos pintorescos y paisajes de ensueño.
- La temporada ideal va de mayo a septiembre, siendo junio y julio los meses con mayor luz natural.
- El nuevo requisito de cero emisiones para barcos pequeños a partir de 2026 está transformando la oferta de cruceros.
- Los puertos imprescindibles incluyen Bergen, Geiranger, Flåm y Stavanger.
- La experiencia de navegar entre acantilados de más de 1.000 metros con cascadas cayendo directamente al mar es algo que recordarás toda la vida.
¿Cuándo es mejor viajar a los fiordos noruegos en crucero?
Depende de lo que busques. No hay una respuesta única porque cada temporada tiene su encanto… y sus pegas.
Primavera (mayo – inicios de junio): La opción del experto
Mayo es mi mes favorito, pero casi nunca se lo recomiendo a quien va por primera vez. ¿Por qué? Porque hace más frío, puede que encuentres nieve en las montañas y el clima es más impredecible. Pero a cambio tienes cascadas impresionantes por el deshielo, menos turistas (muuuchos menos), y precios bastante más bajos.
Una vez fui la primera semana de mayo. En Bergen llovía a cántaros, pero al día siguiente, en el Hardangerfjord, tuvimos un día espectacular con los manzanos en flor por todas las laderas. Parecía que estaba navegando por un cuadro de Monet. Y apenas había otros cruceros. En Flåm éramos el único barco, cuando en julio puedes encontrarte hasta 5 a la vez.
Verano (mediados de junio – agosto): La opción segura
Debemos aceptarlo, es temporada alta y se nota: en precios, en la cantidad de gente en cada puerto, en la dificultad para reservar excursiones… Pero también es cuando tienes casi garantizado el mejor clima (aunque en Noruega eso nunca es 100% seguro, ¡ojo!).
Lo mejor del verano es la luz. Hacia finales de junio, en la parte norte de los fiordos, puedes experimentar el sol de medianoche, y en julio y principios de agosto los días son larguísimos. Imagina estar en cubierta a las 11 de la noche y todavía con luz para hacer fotos. Una pasada.
Si viajas con niños o personas mayores, el verano es la opción más cómoda. Menos capas de ropa, más probabilidades de días despejados.
Otoño (septiembre – inicios de octubre): La opción fotográfica
Septiembre es el gran secreto. El clima sigue siendo bastante bueno, los precios bajan considerablemente y los bosques se tiñen de colores otoñales. Para los fotógrafos, es un momento espectacular.
La contraparte: los días empiezan a acortarse notablemente y hacia finales de septiembre ya puede hacer bastante frío.
Concejo de crucerista
Si es tu primer crucero por los fiordos y quieres asegurarte el mejor clima, ve entre finales de junio y mediados de agosto. Si buscas mejores precios y no te importa llevar algo más de ropa, mayo y septiembre son apuestas fantásticas.
Personalmente, si me dieras a elegir una única semana del año, elegiría la última de mayo o primera de junio: todavía hay nieve en las montañas, las cascadas están espectaculares, y empiezas a tener días largos y temperaturas más agradables. El sweet spot, vamos.
Los Fiordos que no te puedes perder
Después de 15 años como Editor de Cruceroadicto y hablando con cientos de viajeros, tengo claro cuáles son los fiordos imprescindibles. Aquí no va lo que dice el folleto turístico, sino lo que de verdad merece la pena y lo que necesitas saber antes de ir.
Geirangerfjord: El más espectacular (y lo saben)
Este es el fiordo estrella, el que aparece en todos lados. Y con motivo. Patrimonio de la UNESCO, con esas paredes verticales de roca, cascadas cayendo al mar y el pueblecito al fondo… es justo lo que uno imagina cuando piensa en los fiordos noruegos.
Las Siete Hermanas son «LA» atracción principal. Siete hilos de agua cayendo en paralelo. Te quedas embobado mirándolas desde la cubierta. Justo enfrente está la cascada del Pretendiente, que según dicen los locales lleva siglos intentando conquistar a las hermanas. Todo muy romántico.
Pero ojo con el pueblo de Geiranger. Solo tiene 250 habitantes pero puede recibir hasta 9.000 turistas al día en verano. En pleno agosto coinciden hasta 4 cruceros a la vez (demasiados para nuestro juicio viajero). Si puedes evitar julio y agosto, hazlo. Tu experiencia será 10 veces mejor.
Si vas, sube al mirador de Flydalsjuvet, que ofrece la mejor vista del fiordo. Cuesta unos 23-25€ el taxi (en Noruega todo cuesta un riñón y medio), pero esa foto con tu barco abajo, diminuto entre las montañas, bien vale el desembolso. Algunos valientes suben caminando, pero son 4 km de subida muy empinada.
Sognefjord: El gigante interminable
El Sognefjord es simplemente enorme. 204 km de longitud y más de 1.300 metros de profundidad en algunas zonas. Es tan grande que se tarda prácticamente un día entero en navegarlo… y eso que los cruceros no son precisamente lentos.
Según la oficina de turismo noruega, es el segundo fiordo más largo del mundo. El primero está en Groenlandia y casi nadie lo conoce, así que para fines prácticos, estás en el fiordo más grande que verás en tu vida.
El Sognefjord tiene varios brazos, como un pulpo gigante. El más impresionante es el Nærøyfjord (que, para ser sincero, no tengo ni idea de cómo se pronuncia después de años hablando de él). Es tan estrecho que casi parece que podrías lanzar una piedra y que llegue al otro lado.
Muchos viajeros del Club de Cruceristas comentan que en los días de niebla baja, navegar por este fiordo es como entrar en un mundo de fantasía. La niebla va tapando y destapando trozos de montaña y cascadas. Algo casi mágico.
✱ Un consejo de oro: si tu crucero hace escala en Flåm pero no navega por el Nærøyfjord, reserva el ferry eléctrico que hace el recorrido. Cuesta entre 55-60€ ida y vuelta. Desde 2018 tienen ferries completamente silenciosos (Vision of the Fjords y Future of the Fjords). Sin el ruido del motor, la experiencia es totalmente distinta.
Lysefjord: El del vértigo
Muchos cruceros se saltan el Lysefjord. Una pena enorme. Aquí está el famoso Púlpito (Preikestolen), esa plataforma de roca perfectamente plana a 604 metros de altura con un precipicio vertical debajo.
Desde el barco ves a los excursionistas arriba, como puntitos en el borde del abismo. Cada año suben más de 300.000 personas. La caminata dura unas 4 horas entre subida y bajada. No es el Everest, pero tampoco es un paseo por el parque.
La gran faena es que el tiempo aquí cambia en minutos. Mucha gente planea esta excursión como el punto culminante de su viaje, sube durante 2 horas y cuando llega arriba… sorpresa: no se ve absolutamente nada por la niebla. Un chasco tremendo después del esfuerzo.
Si el tiempo pinta mal, a veces es mejor renunciar y dejarlo para otra ocasión. No hay vista más decepcionante que la de… ninguna vista.
Hardangerfjord: El del espectáculo primaveral
Si tienes la suerte de visitar Noruega a principios de mayo, Hardangerfjord debería ser tu prioridad absoluta. Lo llaman «el jardín de Noruega» porque produce el 40% de la fruta del país.
A principios de mayo, las laderas se cubren de flores de manzanos, cerezos y perales. Millones de flores blancas y rosas que, desde el barco, parecen nieve. Un espectáculo que te deja con la boca abierta.
Según los datos de la Asociación de Turismo de Hardanger, la floración ocurre entre la última semana de abril y mediados de mayo, dependiendo de las temperaturas de ese año.
Cerca de aquí también está la cascada de Vøringsfossen, con 182 metros de caída libre. En 2020 inauguraron un puente con suelo de cristal sobre el precipicio. Las estadísticas dicen que 1 de cada 10 visitantes no se atreve a cruzarlo por el vértigo. Y no me extraña nada.
Los cruceros suelen hacer escala en Eidfjord, un pueblo diminuto pero bien preparado para los turistas, con excursiones organizadas a la cascada y a los huertos.
Si tuviera que recomendar solo un fiordo para un primer viaje, sería el Geirangerfjord (aunque evitando julio y agosto). Para una segunda visita, la combinación perfecta sería Hardangerfjord en mayo con una escapada al Nærøyfjord.
Pero claro, elegir entre fiordos es como elegir entre hijos… siempre tienes un favorito aunque no lo admitas en público.

Puertos que no deberías perderte
Los fiordos son espectaculares, sí, pero ¿qué pasa con las ciudades y pueblos donde atraca tu crucero? Algunos valen tanto la pena como los propios fiordos. Estos son los puertos que considero imprescindibles.
Bergen: La puerta de entrada
La mayoría de cruceros empiezan o terminan aquí, y no es casualidad. Bergen es una ciudad con un encanto especial. El barrio de Bryggen, con sus casas de madera de colores a orillas del puerto, es Patrimonio de la UNESCO y parece sacado de un cuento.
Lo primero que haces nada más bajar del barco es ir al mercado de pescado. Sí, es una trampa para turistas, pero una trampa en la que caes encantado. Puedes probar salmón, bacalao, ballena (si te atreves), cangrejo real… eso sí, prepara la cartera: un sándwich de salmón puede costar 20€ y una ración de cangrejo hasta 35€. Los precios en Noruega te hacen soltar alguna lagrimilla.
El funicular al monte Fløyen es otra visita obligada. Por unos 12€ (ida y vuelta) subes en 5 minutos y tienes unas vistas de toda la ciudad y los fiordos que te dejan sin palabras. Si te gusta caminar, puedes bajar a pie en unos 45 minutos por un sendero precioso.
Un dato curioso: Bergen es conocida como «la ciudad de la lluvia«. Llueve unos 240 días al año. Si te toca un día soleado, considérate afortunado y aprovéchalo a tope.
Geiranger: El pueblecito que vive del turismo
Geiranger es diminuto. Tiene 250 habitantes permanentes y recibe más de 700.000 visitantes al año. Las matemáticas no engañan: es un pueblo totalmente orientado al turismo.
En temporada alta (julio-agosto) pueden coincidir 3 o 4 cruceros a la vez, lo que significa que hay más turistas que espacio para moverse. El pueblo se convierte en un hormiguero. Si puedes elegir, mejor mayo, junio o septiembre.
Lo mejor que puedes hacer aquí es:
- Subir al mirador de Flydalsjuvet. Lo comenté antes, pero insisto porque la vista merece muchísimo la pena.
- Hacer kayak por el fiordo. Desde el agua, las montañas parecen todavía más grandes y las cascadas más impresionantes. Cuesta unos 60-80€ por persona para una salida de 2-3 horas.
- Conducir por la carretera del Águila (Ørnevegen). Son 11 curvas cerradas que ascienden desde el fiordo. Cada curva te ofrece una vista mejor que la anterior. Si sufres de vértigo, mejor mira por el lado que no da al precipicio.
Flåm: El del tren famoso
Flåm es otro pueblo pequeñito (unos 400 habitantes) que vive casi exclusivamente del turismo. Su principal atracción es, sin duda, el tren.
El ferrocarril de Flåm es considerado uno de los viajes en tren más bonitos del mundo, y no es para menos. En 20 kilómetros asciende 866 metros por el valle, pasando junto a cascadas, montañas y granjas que parecen de miniatura.
Ojo porque las entradas vuelan, sobre todo en temporada alta. Una vuelta completa (ida y vuelta) cuesta unos 70€ por persona y dura unas 2 horas incluyendo paradas fotográficas.
Lo mejor es la parada en la cascada de Kjosfossen. El tren se detiene y todos los turistas bajan a hacer fotos. De repente, suena música tradicional noruega y aparece una mujer bailando entre las rocas. Es una «huldra«, una ninfa de la mitología nórdica que, según la leyenda, seduce a los hombres para llevarlos a su cueva. No te preocupes, es una actriz, pero el efecto con la niebla de la cascada es bastante impactante.
Stavanger: Tradición con toque petrolero
Stavanger es la cuarta ciudad más grande de Noruega y tiene una personalidad dividida: por un lado está el precioso casco histórico con casitas de madera blanca; por otro, es la capital petrolera del país.
Lo mejor de Stavanger es pasear por Gamle Stavanger (el casco antiguo). Son unas 170 casas de madera blanca perfectamente conservadas, con jardincitos llenos de flores en verano. Un barrio con muchísimo encanto.
El Museo del Petróleo merece una visita incluso si no te interesa el tema. Te explican de manera muy visual cómo este recurso transformó Noruega de un país pobre a uno de los más ricos del mundo. La entrada cuesta unos 18€.
Stavanger es también el punto de partida para excursiones al Púlpito, pero ojo: no es una excursión sencilla. Son unas 4 horas de caminata (ida y vuelta) por terreno rocoso. Si tu crucero solo hace escala unas horas, es casi imposible hacerla por tu cuenta. Mejor reservar una excursión organizada o dejarlo para otro viaje.
Ålesund: La ciudad que renació de sus cenizas
Ålesund tiene una historia fascinante. En 1904 un incendio arrasó casi toda la ciudad. El káiser Guillermo II de Alemania, que solía veranear por la zona, envió arquitectos y materiales para reconstruirla en estilo art nouveau.
El resultado es una ciudad única en Noruega, con edificios decorados con torres, torrecillas y ornamentos inspirados en dragones, flores y otros motivos nórdicos. Es como pasear por un cuento de hadas.
Lo mejor que puedes hacer aquí es subir al mirador de Aksla. Son 418 escalones (los he contado, sí), pero la vista desde arriba es ESPECTACULAR. Ves toda la ciudad, el archipiélago de islas y, en días claros, los picos nevados en la distancia. Si no quieres subir andando, hay un trenecito turístico que te lleva casi hasta arriba.
Un consejo para los amantes del pescado y marisco: el restaurante Sjøbua, en el puerto, es caro pero sirve algunos de los mejores platos de bacalao y cangrejo real que puedas probar en toda Noruega.

Curiosidades que te sorprenderán de los fiordos noruegos
Navegando por los fiordos se aprenden cosas que no vienen en las guías. Estas son mis favoritas para sorprender a los amigos cuando vuelves del viaje:
El país del dinero infinito
Noruega nada en dinero, literalmente. Su fondo soberano tiene más de 1,4 billones (con B) de dólares gracias al petróleo. Cada noruego es teóricamente millonario. Y claro, cuando vas allí y ves los precios… todo encaja. La primera vez que pagas 7€ por un café piensas que es una broma. La segunda ya no hace tanta gracia.
Trolls por todas partes
¿Sabes qué me hace gracia? Ver cómo los noruegos, tan serios y tecnológicos, siguen hablando de trolls con total naturalidad. «Esa montaña es donde vivía un troll», te dice un guía con cara seria. Hay sitios como Trolltunga (la Lengua del Troll), una piedra que sale 700 metros sobre un lago. No se ve desde los cruceros, pero algunos pasajeros locos hacen excursiones de 10-12 horas para hacerse la foto del año allí.
¿Cómo se formaron estos monstruos?
Los fiordos son como cicatrices en la tierra. Glaciares gigantescos que durante miles de años fueron raspando el terreno, como un cuchillo en mantequilla pero a cámara súper lenta. Cuando todo ese hielo se derritió… ¡splash! El mar entró y formó lo que vemos hoy. El Sognefjord tiene 1.300 metros de profundidad en algunas zonas. Ni los mejores submarinos turísticos podrían bajar tanto.
O demasiado sol o ninguno
Esto es lo más raro para quienes venimos del sur: en verano el sol apenas se esconde. En junio-julio, en el norte, te puedes encontrar leyendo un libro a medianoche sin necesidad de lámpara. Y en invierno, la cosa cambia: hay zonas donde no ven el sol durante semanas. Por eso los cruceros van casi todos en verano, claro. Nadie quiere vacaciones en la oscuridad total.
El agua del grifo sabe mejor que la embotellada
Un consejo: cuando vayas a Noruega, NO compres agua. El agua del grifo sabe mejor que cualquier agua embotellada que hayas probado. Viene directamente de glaciares y manantiales de montaña. Una vez vi a un camarero noruego partirse de risa cuando un turista pidió agua embotellada. «¿De dónde crees que viene esa agua?», le dijo. «Del mismo sitio, pero con una botella de plástico alrededor».
El misterio de las casas rojas
Si prestas atención mientras navegas, verás muchísimas casas de madera pintadas de rojo con ventanas blancas. No es casualidad ni una moda. Esa pintura roja (llamada Falu rödfärg) viene de los residuos de las minas de cobre y funciona como un protector natural de la madera. Era lo más barato para los pescadores pobres, y con el tiempo se convirtió en una seña de identidad nacional. Lo barato, por una vez, resultó ser lo bonito.
No todo lo que ves está arriba
La parte más impresionante de los fiordos podría estar bajo el agua. Hay más de 200 especies de peces nadando allí abajo, y en ciertos fiordos del norte incluso puedes ver orcas o ballenas pequeñas en determinadas épocas. No prometo nada, pero lleva los prismáticos siempre contigo. Cerca del Geirangerfjord hay granjas de salmón flotantes. Desde el barco parecen piscinas gigantes en medio del agua. Y básicamente, eso son.

Consejos prácticos para tu crucero por los Fiordos
Después de años leyendo comentarios de viajeros y analizando sus experiencias, estos son algunos consejos que te pueden ahorrar disgustos y hacer que tu viaje a los fiordos sea todavía mejor.
El equipaje: menos es más (pero que sea lo correcto)
Los fiordos tienen un clima que cambia cada 15 minutos. En serio. Puedes empezar el día con sol radiante y terminar con lluvia, granizo o hasta nieve… ¡en pleno julio!
Mi recomendación es simple: capas, capas y más capas.
- Imprescindible: una chaqueta impermeable y cortavientos. No escatimes aquí, porque la vas a usar TODOS los días. En Noruega dicen que «no existe mal tiempo, solo ropa inadecuada«.
- Calzado cómodo e impermeable. Si piensas hacer alguna excursión, unas botas de trekking ligeras son la mejor opción. El terreno puede estar resbaladizo por la lluvia.
- Gorro y guantes ligeros, incluso en verano. En cuanto te alejas de la costa o subes un poco de altitud, la temperatura baja considerablemente.
- Protector solar y gafas de sol. El sol nórdico puede ser traicionero y quema más de lo que parece, sobre todo con el efecto reflejo en el agua.
- Bañador. Sí, has leído bien. Casi todos los cruceros tienen piscinas o jacuzzis exteriores climatizados. No hay nada como contemplar los fiordos mientras te relajas en agua calentita, sobre todo si hace frío.
El gran problema de los cruceros es la limitación de espacio en los camarotes. Un truco que funciona: lleva ropa que puedas combinar entre sí y que se pueda lavar fácilmente en el baño.
Los fiordos no perdonan: excursiones que valen la pena
Las excursiones en los fiordos no son baratas. Un tour de medio día puede costar fácilmente 65-150€ por persona. ¿Merecen la pena? Algunas sí, otras no tanto.
Las que recomendamos en Cruceroadicto:
- Ferrocarril de Flåm: SÍ o SÍ, especialmente en tu primer crucero. Esta es la excursión estrella y se puede reservar por tu cuenta con antelación si tu crucero no la incluye.
- Subida al mirador de Flydalsjuvet en Geiranger: otra de las imprescindibles. Puedes hacer un tour o simplemente coger un taxi.
- Kayak en el Geirangerfjord o el Nærøyfjord: una experiencia única que te da otra perspectiva.
- Carretera de los Trolls desde Åndalsnes: una obra maestra de ingeniería con vistas increíbles.
Las que NO tanto:
- Tours panorámicos cortos en autobús. Muchas veces ves más y mejor desde la cubierta del barco.
- Visitas a granjas de salmón. A menos que te interese muchísimo la acuicultura, suelen ser bastante aburridas.
El dinero vuela en Noruega
Noruega es uno de los países más caros del mundo. Y no exagero.
Un café puede costar 5-7€, una cerveza 10-15€, un menú básico 25-35€. Casi da ganas de llorar.
Si quieres ahorrar:
- Desayuna fuerte en el barco. La mayoría de los cruceros incluyen desayuno buffet. Aprovéchalo al máximo.
- Considera llevarte algo de comida para el almuerzo si vas a estar todo el día de excursión. Muchos cruceros te preparan un picnic si lo pides con antelación en recepción.
- Lleva una botella de agua reutilizable. El agua del grifo en Noruega es excelente y totalmente potable.
- Si vas a tomar alcohol, piénsatelo dos veces antes de pedir en tierra. En el barco suele ser bastante más barato.
- Los paquetes de bebidas: si piensas tomar más de 4-5 bebidas al día (incluyendo cafés especiales, refrescos, cócteles, etc.), suelen compensar. Haz cuentas antes.
El secreto mejor guardado: despertador temprano
Esto es algo que casi ninguna guía te cuenta: vale la pena madrugar.
Los cruceros suelen navegar por los fiordos más espectaculares a primera hora de la mañana, cuando el agua está más en calma y la luz es perfecta para fotos.
Si pones el despertador una hora antes y subes a cubierta con una taza de café caliente, te encontrarás con:
- Los fiordos prácticamente para ti solo (la mayoría de pasajeros siguen durmiendo)
- Una luz dorada increíble para fotografías
- Posiblemente niebla baja flotando sobre el agua, que crea un ambiente mágico
- Mayor probabilidad de ver fauna local
En mi ranking personal de mejores momentos en un crucero por los fiordos, los amaneceres ocupan los 3 primeros puestos.
La conexión a Internet: prepárate para desconectar
En las zonas más remotas de los fiordos, la señal de internet puede ser inexistente. Incluso la conexión por satelite del barco falla a veces cuando se navega entre montañas muy altas.
Mi consejo: aprovecha para desconectar. Es una de las pocas oportunidades que tenemos hoy en día para alejarnos de las pantallas y disfrutar plenamente de la naturaleza.
Si necesitas estar conectado sí o sí:
- Pregunta en el barco a qué hora pasaréis por zonas con buena cobertura (normalmente cerca de poblaciones)
- Noruega forma parte del Espacio Económico Europeo, así que si eres de la UE puedes usar tu tarifa de datos sin roaming
- Si no eres de la UE, considera comprar una tarjeta SIM local o un plan de datos internacional antes de viajar
El wifi en el barco suele ser caro y lento. Solo merece la pena si realmente necesitas estar conectado.

Preguntas más populares sobre los cruceros a los Fiordos
Estas son las dudas que me llegan una y otra vez a la redacción de Cruceroadicto. Si tienes alguna más, déjala en los comentarios y la añadiremos.
¿Cuándo y cómo reservar las excursiones? ¿Barco o por libre?
Esta pregunta puede ser la más preguntada. Y la respuesta es clara: para las excursiones más populares, como el tren de Flåm o la subida al Púlpito, reserva en cuanto puedas.
En temporada alta (junio-agosto), estas excursiones se agotan semanas antes. He visto a gente llorando (literalmente) en la recepción del barco porque no podían hacer el tren de Flåm al haber esperado a estar a bordo para reservar.
¿Barco o por libre? Depende:
- Excursiones «estrella» (tren de Flåm, mirador de Geiranger): Si las reservas por tu cuenta, ahorrarás entre un 25-45% respecto a la excursión del barco. Pero asegúrate de tener tiempo de sobra. Si el tren se retrasa y pierdes el barco… problema gordo.
- Excursiones cercanas al puerto (Bergen, Stavanger): Casi siempre es mejor por libre. Son fáciles de hacer por tu cuenta y ahorras bastante.
- Excursiones a sitios remotos (glaciares, montañas): Mejor con el barco. La logística puede ser complicada y, si hay algún imprevisto, el barco se responsabiliza de esperarte.
¿Se puede ver la aurora boreal en un crucero por los fiordos?
Depende totalmente de cuándo vayas:
- Mayo a agosto: Imposible. Los días son demasiado largos y nunca oscurece del todo, especialmente en junio y julio cuando tienes sol de medianoche en la parte norte.
- Septiembre: Pequeña posibilidad en la última quincena, sobre todo si el crucero va más allá del Círculo Polar Ártico.
- Octubre a abril: Buenas posibilidades, pero muy pocos cruceros navegan por los fiordos en invierno. Hay cruceros específicos de aurora boreal que navegan por la costa norte de Noruega (Tromsø, Lofoten, etc.) durante estos meses o navieras de cruceros costeros como Hurtigruten o Havila Voyages que navegan toda la costa los 365 días del año (posiblemente la mejor opción de verlas).
Si tu objetivo principal es ver auroras, un crucero por los fiordos en verano NO es la mejor opción. Mejor un viaje a Tromsø o Alta en invierno o una naviera de cruceros costeros.
¿Qué lado del barco es mejor para ver los paisajes?
¡Qué buena pregunta! Y también muy frecuente.
La respuesta corta: depende del itinerario específico.
La respuesta larga: los fiordos son sinuosos, así que ambos lados tendrán buenas vistas en diferentes momentos. No hay un «lado mejor» universal.
Mi consejo no es elegir camarote por el lado, sino:
- Si puedes permitírtelo, reserva un camarote con balcón. Poder salir a tu propio balcón cuando el barco navega por un fiordo espectacular no tiene precio.
- Si no, no te preocupes. Las mejores vistas siempre las tendrás desde las cubiertas públicas, donde puedes moverte de un lado a otro.
- Los buenos capitanes suelen girar el barco 360° en los puntos más espectaculares para que todos puedan disfrutar de las vistas.
✱Un truco: revisa el itinerario detallado y busca en Google Maps la ruta aproximada. Esto te dará una idea de qué lado podría ser mejor para ciertos tramos específicos.
¿Los cruceros por los fiordos son buenos para personas con movilidad reducida?
Sí, pero con planificación adecuada.
Los barcos modernos están bien adaptados para personas con movilidad reducida. El problema pueden ser las excursiones y algunos puertos pequeños.
Algunos consejos basados en la experiencia de nuestros lectores:
- En Geiranger y Flåm, a veces hay que usar botes auxiliares (tenders) para bajar a tierra, lo que puede ser complicado. Consulta con la naviera si tu crucero usará muelle o tender.
- En Bergen, el centro histórico es bastante plano y accesible, aunque hay algunas calles empedradas.
- El tren de Flåm es accesible para sillas de ruedas (avísales con antelación).
- En Stavanger, el casco antiguo tiene muchas calles empedradas, pero hay rutas alternativas.
- En Ålesund, el centro es plano, pero el mirador Aksla es inaccesible sin vehículo.
La mejor recomendación: contacta directamente con la naviera antes de reservar para discutir necesidades específicas y las opciones disponibles.
¿Se marea mucho la gente en estos cruceros?
Otra pregunta estrella. Y la respuesta es: mucho menos que en otros destinos.
Los fiordos son aguas muy protegidas y generalmente tranquilas. El problema puede venir en los tramos de mar abierto entre fiordos, especialmente en el Mar del Norte, que puede ponerse bastante movido.
Si eres propenso al mareo:
- Reserva un camarote en el centro del barco y en una cubierta intermedia, donde el movimiento se nota menos.
- Lleva medicación antimareo, aunque sea preventiva. En las farmacias noruegas venden unas pastillas llamadas «Postafen» que funcionan muy bien.
- Mira al horizonte cuando empieces a sentirte mal, nunca hacia abajo o a un punto fijo dentro del barco.
- Las pulseras de acupresión funcionan para algunas personas. No tienen efectos secundarios, así que no pierdes nada por probarlas.
La buena noticia: la mayoría de las navegaciones espectaculares por los fiordos son en aguas tan tranquilas que ni te enteras de que estás en un barco.

Sostenibilidad: cambios importantes para 2026
¿Sabías que Noruega está implementando nuevas regulaciones para los cruceros? A partir de 2026, solo barcos con cero emisiones podrán navegar por los fiordos que son Patrimonio UNESCO. Por ahora esto afecta principalmente a embarcaciones más pequeñas (menos de 10.000 toneladas), mientras que los cruceros de mayor tamaño tienen margen hasta 2032.
Estos cambios ya están influyendo en cómo se planifican los itinerarios. Algunas navieras ajustan sus rutas, reduciendo el tiempo en ciertas zonas protegidas. Te recomendamos revisar bien los detalles del recorrido antes de reservar para evitar sorpresas.
El lado positivo es que la industria está evolucionando.
Havila Voyages, una naviera noruega relativamente nueva, ya opera con cruceros híbridos que pueden navegar ciertos tramos usando solamente baterías eléctricas. Su tecnología permite recorrer los fiordos más sensibles sin emisiones, ofreciendo una experiencia mucho más silenciosa y respetuosa con el entorno.
Si te importa la sostenibilidad, vale la pena considerar compañías que estén invirtiendo seriamente en estas tecnologías.
Hurtigruten, por ejemplo, ha destinado cerca de 100 millones de euros a modernizar su flota. Incluso las grandes compañías internacionales están comenzando a adaptarse a estas nuevas exigencias (por miedo a no poder navegar uno de los destinos más populares).
Y ya que estás pensando en tu viaje, considera elegir excursiones a pie o en kayak en lugar de vehículos motorizados. Es la eterna contradicción del viajero: queremos disfrutar de lugares prístinos mientras intentamos preservarlos. No hay soluciones perfectas, pero cada pequeña decisión cuenta.
¿Un crucero por los fiordos noruegos vale la pena?
Absolutamente SÍ.
Después de analizar las opiniones de cientos de viajeros en el Club de Cruceristas, comentarios y mensajes a la redacción, y mis propios viajes a Noruega, la respuesta es clara: los fiordos noruegos representan una de las experiencias de crucero más impactantes de Europa.
Ahora bien, seamos honestos. No es un destino perfecto. Hay que estar preparado para días frescos incluso en pleno verano, para lluvias frecuentes que pueden limitar la visibilidad, y para precios en tierra que pueden provocar un pequeño infarto a tu cartera.
Pero cuando las condiciones son favorables… cuando tienes esa mañana navegando por el Geirangerfjord con el sol reflejado en el agua mientras las cascadas caen desde acantilados imponentes… Simplemente no hay palabras.
El verdadero valor de un crucero por los fiordos reside en ese equilibrio perfecto entre naturaleza impresionante y confort. Durante el día puedes aventurarte a explorar glaciares o senderos montañosos, para después regresar al barco y disfrutar de todas las comodidades mientras navegas hacia el siguiente destino rodeado de paisajes espectaculares.
No esperes encontrar aquí el sol del Caribe ni las playas del Mediterráneo. Aquí el clima es otro, el paisaje es otro y, francamente, el tipo de viajero también es otro. Un crucero por los fiordos atrae a gente con cierta sensibilidad para lo grandioso, para lo imponente. Gente que no se aburre mirando un acantilado durante media hora, o que puede levantarse a las 5 de la mañana solo para ver cómo entra el sol por un valle entre montañas.
He visto viajeros completamente callados, absortos, mientras el barco navegaba lentamente por el Geirangerfjord. Es un silencio que dice mucho. Y también he visto a personas sacar la cámara frenéticamente intentando capturar algo que, seamos sinceros, ninguna foto puede realmente transmitir. Hay que estar allí.
✱ Como decimos siempre en Cruceroadicto, cada destino tiene su personalidad. Y los fiordos tienen una personalidad fuerte, imponente y a veces exigente. Pero precisamente por eso, porque no se entregan fácilmente, la recompensa es tan especial.
¡COMPARTE TU EXPERIENCIA!
¿Has visitado ya los fiordos noruegos? ¿Cuál fue tu puerto o fiordo favorito? ¿Tienes alguna duda específica sobre alguna naviera o itinerario para 2025?
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