Una de las preguntas más repetidas de todo cruceroadicto, y especialmente de los primerizos, es conocer cuáles son las diferencias, aparte de las económicas, en escoger en un crucero un camarote interior, uno con ventana (OceanView) o uno con balcón. Respuestas que hemos resuelto en varios artículos en nuestra sección de consejos.
Analicemos el asunto al revés. Es decir, cuando casi con total seguridad elegir un camarote con balcón es absolutamente innecesario. Veamos, primero, algunos de esos casos:
- Por restricción de presupuesto de viaje.
- Tenemos miedo a que haya mal tiempo o llueva y no podamos rentabilizarlo.
- No estamos mucho tiempo en el camarote.
- La zona por la que viajamos tiene vistas magníficas por todos lados.
- Fumadores: ya no les es necesario porque también ahí está prohibido fumar.
Entonces,
¿Para qué queremos un balcón cuando no pasamos tiempo en él o/y hay grandes vistas por ambos lados del barco?
Es lo que sucede cuando nuestro crucero tiene uno de sus principales atractivos en lo que podemos ver a babor… y a estribor. Cuando lo que apetece es ir de un lado a otro del barco. O directamente ponernos en la proa para observar el paisaje que nos rodea en toda su amplitud.
6 itinerarios donde puede ser buena idea NO reservar un camarote con balcón
Estos serían algunos destinos donde tener una cabina con balcón no nos permitiría disfrutar de toda su belleza.
Si navegamos por el pasaje interior en Alaska
Desde la región del Panhandle de Alaska hasta la cosa de la Columbia Británica. Una ruta singular, única, un clásico en los cruceros por esta zona que discurre entre el continente con muchas calas y bahías y un millar de islas costeras, si bien no todas las navieras tienen autorización para hacer este itinerario. Pero no es sólo esta parte del recorrido sino la práctica totalidad de un crucero en Alaska el que nos mantendrá casi de forma permanentemente en la proa del barco para disfrutar de la belleza de sus paisajes naturales. ¿Cómo ver si no Haines, Juneau, Ketchikan, Tracy Arm, Seward o Anchorage?.
Transitando el Canal de Panamá
Cruzar esta maravilla de la ingeniería y no ver, desde la proa del barco, la entrada en el Canal de Panamá, la aproximación a las esclusas, su apertura y llenado, el ascenso del barco, la estrechez del espacio, la cercanía de la tierra y, por fin, la llegada al siguiente lago, es casi un delito. Todo un día donde estar en el camarote es como negar la realidad.
Si visitamos La Valletta en Malta
El Gran Puerto (natural) de la capital de Malta, ya utilizado desde tiempos de los romanos, base de los Caballeros de San Juan durante 268 años, adentra su canal hasta la ciudad de La Valeta y sus alrededores, no deja indiferente a los cruceristas.
Masivamente fortificado es precisamente esa estructura la primera gran atracción que hay que ver y disfrutar desde la proa del barco.
Entrando en los puertos de Estocolmo y Oslo
El archipiélago que hay que sortear, con tanta maestría como lentitud, para llegar a ambos puertos del norte de Europa, y al igual que en Venecia, tanto a la llegada como a la salida, son dos momentos imperdibles.
El sosiego, las casitas nórdicas al borde del mar en estas islitas que parecen solitarias pero, al mismo tiempo, comunitarias, otro placer para olvidarse del camarote.
Recorriendo el Estrecho de Magallanes
Por el Cabo de Hornos, las islas de la Tierra del Fuego, Punta Arenas, Usuhuaia y el Canal Beagle, ¿quién se resiste, pese al frío, a permanecer horas y horas en la cubierta del barco y perderse la riqueza marina y terrestre por doquier, con avistamiento de aves y animales marinos en sus bahías y cabos? Otro crucero donde las ballenas pueden estar por un lado del barco y uno por el otro. ¿Para qué sirve entonces el balcón?.
Explorando los fiordos del mundo
Aquí tenemos tres zonas geográficas donde también se le dará poco uso al camarote con balcón ya que el lugar preferido a diario y en casi todo momento será la cubierta del barco y, preferentemente, la proa.
Por un lado, los fiordos chilenos, en los cruceros por el Pacífico Sur, donde es habitual un recorrido hacia el sur de la isla de Chiloé por estrechos y glaciares maravillosos: pasar junto al Parque Nacional y Volcán Corvocado, Isla Magdalena, Puerto Aguirre o el glaciar de la Laguna de San Rafael.
En Kotor (Montenegro) un fiordo en el Mar Adriático, fuera del estilo clásico, sin nieve pero con otros atractivos, es el más meridional de Europa.
Realmente se trata de un cañón sumergido del desaparecido río Bokelj. Un larguísimo recorrido hasta llegar al fondo del mismo donde se encuentra esta linda y diminuta ciudad medieval Patrimonio de la Humanidad. Ya desde la entrada por una doble bocana no muy amplia donde está la ciudad de Stari Grad, para estrecharse mucho hacia una especie de lago, una bahía que es lo que queda del semiderrumbado cráter de un antiguo volcán, Las Bocas de Kotor, con la ciudad de Tivat. Y todavía estaremos a medio camino.
Y, finalmente, cualquier recorrido por los innumerables fiordos noruegos. Uno de los viajes que todo cruceroadicto debe realizar alguna vez en la vida.
Hay pocas experiencias en la vida de un crucerista comparable a la lenta navegación por estas lasrgas extensiones de agua flanqueadas por enormes montañas y cataratas. No querrás estar en tu balcón cuando la cascada de las 7 hermanas está justo en el lado contrario del barco.
Posiblemente haya muchas otras situaciones en las que no es necesario un balcón, e incluso muchos de vosotros lo tendrán en cuenta aunque se pierdan las vistas del otro lado, valorando más la traquilidad de estar sentados en él. Hay tantos cruceros como tipos de viajeros.
Y vosotros,
¿seguís prefiriendo una cabina con balcón en estas regiones e itinerarios?Compartid vuestra experiencia en los comentarios
Creo que en cuanto a itinerarios, sólo mencionas una parte del recorrido que posiblemente tengas razón y se deba ver desde una cubierta alta y panorámica. Mis experiencias, e insisto que son solo mias, me recuerdan que en ocasiones como las que mencionas hay una multitud en esas zonas y unos cristales para evitar viento, difícil de salvar en fotografías o vídeos, pero no es ese el principal motivo para si puedo económicamente, escoja un camarote con balcón. El crucero es muchos días más de el dia que se entra en el «fiordo de Kotor» o en el Geiranger, la llegada a puerto de Malta, La salida del puerto de Singapur, de Estambul,, el resto de días necesito mi balcón, probablemente por temas de salud y porque acostumbro a viajar en modo zen. Recuerdo pasar por debajo del puente de los Dardanelos a las 4 de la madrugada si hubiera tenido que vestirme y subir no lo hubiese hecho y tantos y tantos amaneceres desde el balcón que siguen en mi retina….
Muchas gracias por compartir tu experiencia viajera. Cierto, Manuel ha descrito algunos puertos estrella de itinerarios Mediterráneo que por su propia belleza (comparto tu sugerencias de Singapur y Estambul… y añadiría Hong Kong) podrían ser suficiente causa para elegir una cabian interior / oceanview para aquellos que están indecisos.