Cada mes de abril, todos los amantes a los viajes por mar, siempre recordamos con cierta nostalgia el hundimiento del Titanic. Es posiblemente el barco de cruceros más famoso de la Historia y la catástrofe más célebre sufrida por un buque, sobre todo gracias al tratamiento mediático que lo ha aupado a la categoría de mito.
Pero, ¿la prensa, al menos la española, encumbró al barco de la White Star Line en su época? ¿Su fama se debe a la tragedia que sufrió?.
Buscando las fuentes he tenido que remontarme al año 1908, cuatro antes de la fatídica tragedia, momento en el que las publicaciones citaban por primera vez al transatlántico inglés.
Ese año La Cruz, diario católico, el día 15 de octubre publicaba que “los dos grandes vapores correos que para la Compañía White Star se están construyendo actualmente y cuyos nombres son Titanic y Oimpia (Olympic), desplazarán cada uno de ellos 60.000 toneladas”.
La noticia no era extensa y también incidía en el tamaño de los dos barcos, “dos veces mayores que el Mauritania, el correo de más porte de la Compañía inglesa Cunard”.
En términos similares se expresaba el 10 de noviembre la publicación especializada Vida Marítima, fuente a la que me remitiré en diferentes ocasiones. En una breve nota añadía además que los barcos se estaban construyendo en Belfast.
Otros dos diarios, El Día (30/11/1908) y el Heraldo de Madrid (12/12/1908), mencionarían el Titanic antes de finalizar el año. La segunda de estas fuentes usa una expresión que describe a la perfección a los grandes gigantes que se construían en esta época, “palacios flotantes”, frente a los descomunales barcos que un siglo después se están inaugurando, con el Icon of the Seas a la cabeza, que sin perder ni por un momento su capacidad de sorprender a los cruceristas, la expresión que les caracterizaría no sería exactamente la de palacios.
El año 1909 no fue muy prolífico en cuanto a noticias sobre la construcción del Titanic. El 12 de febrero el diario La Lucha, comentaba que el Olympic y el Titanic “representa también una economía grande de carbón”, que, pese a su menor velocidad comparados con los buques insignia de Cunard, son de un tamaño mucho mayor, “es lo que querían demostrar, como dicen en los libros matemáticos”.
Un extensísimo artículo del diario El Día, titulado “Como empieza el año marítimo” y publicado en noviembre de 1909, incidía en la pírrica lucha, a la que el diario tildaba de “lucha imbécil de lujo y derroche”, que las grandes navieras de la época estaban entablando.
A los barcos de Cunard y la costosísima construcción del Olympic y el Titanic, se le había sumado ya hace un tiempo la orden de construcción de un barco aún más grande que los anteriores, el Europe (en realidad su nombre definitivo fue Imperator, aunque en casi todas las fuentes de la época aparece con el nombre Europe), por parte de la Hamburg America Line.
Esa escalada en el gasto de las navieras se vio reflejado también en los puertos de las ciudades, como fue el caso de Southampton, que invirtió grandes sumas de dinero para habilitar sus muelles (Memorias Diplomáticas y Consulares de 1910) con el propósito de que la White Star eligiera “este puerto como cabeza de línea entre Inglaterra y Estados Unidos de América” de los futuros barcos de la naviera, “el Olympic y el Titanic”.
Así se vivió el hundimiento del Titanic por la prensa de la época
A medida que se iba acercando la inauguración de los barcos de la naviera White Star el número de referencias en las publicaciones españolas crecía, sobre todo en el caso del Olympic.
“La Correspondencia Militar” el 23 de marzo del 1910 utilizaba en el titular de nuevo la expresión “palacios flotantes” en un artículo de dedicado a los gigantes de más de 200 metros de eslora que en esos momentos estaban en activo (de diferentes nacionalidades) o los que se estaban construyendo como era el caso del Olympic, el Titanic o el Imperator.
La publicación especializada en viajes Alrededor del Mundo, mencionaba en dos artículos, en agosto y noviembre de 1910, los progresos en la construcción de los dos barcos de la White Star, aunque incidiendo sobre todo en el Olympic, barcos que desplazarían “¡¡60.000 toneladas!!” y dispondrían
“a bordo piscinas donde podrán tomar baños de natación” o los pasajeros, principalmente los de primera clase, encontrarían “cuantas distracciones puedan imaginarse”, como una cubierta cerrada “pudiendo servir indistintamente de salón de baile, ó de skating, para las gentes aficionadas al difícil deporte del patín”.
Vida Marítima publicó el 20 de septiembre de 1910 un magnífico y extenso artículo a dos páginas, titulado “Los nuevos colosos del mar” y dedicado en su totalidad al Olympic y al Titanic, a los que tildaba de leviatanes.
En el artículo se detalla con todo lujo de detalles los avances y características de estos dos buques incidiendo en que se convertirán en los de mayor tamaño en esos momentos, aunque “no sabemos si por mucho tiempo, porque ya se habla de empezar a construir dos barcos de 900 a 1.000 pies de largo”.
El hundimiento del Titanic y el estallido de la I Guerra Mundial alteraron los planes de la naviera, debido a que únicamente pudieron inaugurar uno de esos barcos previstos, el Britannic (su nombre iba a ser Gigantic, pero se sustituyó por el definitivo tras el desastre del Titanic), el cual tuvo una corta existencia tras su hundimiento del 12 de noviembre de 1916 en plena contienda bélica, un año después de su viaje inaugural.
En los subsiguientes meses, desde octubre del 1910 hasta enero de 1911, “La Correspondencia de España” publicará una serie de artículos basándose, sobre todo, en la lucha que las grandes navieras han entablado entre sí y los records que cada una de ellas posee tanto en velocidad como en tamaño, destacando al Mauritania como el barco más veloz (27/12/1910) y el Olympic (gemelo del Titanic) como el de mayor tamaño (29/10/1910 y 12/12/1910).
En este último artículo de diciembre la naviera británica Cunard, según La Correspondencia de España, iba a construir un barco más grande y veloz que el Olympic (y el Titanic). La enconada lucha de las navieras británicas contra las continentales, sobre todo alemanas, era profusamente tratada en los medios de comunicación españoles.
Además de La Correspondencia de España, se hicieron eco de esta “batalla naval” otros medios como la Gaceta de los caminos de Hierro (Los grandes transatlánticos, 16/01/1911), Heraldo Militar (Los grandes vapores. El Coloso, 17/01/1911), ¡ADELANTE! (Otro coloso del mar, 25/01/1911), La Voz de Menorca (04/02/1911), Diario de Gerona 1889 (19/02/1911) o Vida Marítima (20/03/1911).
Esa construcción de barcos tan grandes supuso la adaptación de los puertos, como la anteriormente mencionada en Southampton, para poder acoger su llegada. Es por estas fechas cuando Vida Marítima (30/01/1911) publica que las autoridades neoyorquinas están barajando la posibilidad de realizar obras en los muelles de la ciudad porque
“para esos buques (Olympic y Titanic) no hay muelle en el puerto de Nueva York, y al atracar á los de Chelsea, proyectaran fuera en el río unos 65 pies”. Este problema se solucionaría convocando “a los representantes de varias Compañías para el 25 de este mes, y se reunirán en Nueva York para discutir, con los Ingenieros militares, el asunto de una nueva línea de avance en las aguas del Hudson”.
Poco después, el 27 de febrero de 1911, La Ilustración Artística publicaba un excelente y extenso artículo sobre la próxima botadura del Olympic, “el mayor transatlántico del mundo”.
Este artículo detalla las características del barco, las rutas que realizará y la necesidad de realizar obras en los puertos de atraque. Este artículo a una página dedicado al Olympic no se volverá a repetir con la botadura del Titanic, dato que revela que este último barco aún estaba lejos de la fama de otros buques contemporáneos y que la fama adquirida con posterioridad se debe exclusivamente al terrible hundimiento que padeció.
Corrobora esta reflexión que las continuas referencias al Titanic vienen precedidas siempre por el nombre Olympic, o están integradas en noticias de éste.
Es más, en los últimos meses los medios de comunicación redundaban, de igual modo que lo hacían con anterioridad en el caso del Olympic, que el Imperator iba a batir el record de mayor tamaño, por lo que se deduce que el Titanic pasaría a un segundo plano, ensombrecido por su gemelo y por el barco de la Hamburgo America Line (actual Happag-Lloyd).
Llegado mayo de 1911, los medios de comunicación españoles se hacían eco de la inminente inauguración del Olympic, como Vida Marítima (El vapor más grande del mundo, 20/05/1911), El día (29/05/1911) o El Noroeste (16/07/1911), efectuando referencias al Titanic.
Únicamente se pueden encontrar por estas fechas dos pequeñas notas de prensa de reducido tamaño en La Vanguardia y Vida Marítima dedicadas exclusivamente al Titanic.
En ellas se comenta que “En Belfast ha sido botado al agua hoy en presencia de unas doscientas mil personas el nuevo gigantesco transatlántico Titanic, de la línea ” (La Vanguardia, 01/06/1911). La breve noticia de Vida Marítima (30/06/1911), al menos sí que detalla una serie de características del barco, como “que la mayor pieza de acero empleada tiene 28 metros de longitud” o una capacidad de 2500 pasajeros y una dotación de 860 personas, lejos de las “13000 personas, entre pasajeros y tripulación. Nada, una pequeñez”, que La Vanguardia le adjudicaba a su gemelo el Olympic el 1 de junio.
El año del viaje inaugural del Titanic, el 1912, son varias las fuentes bibliográficas que mencionan el barco (Vida Marítima, El Diario de Tenerife, El Imparcial o el ABC), aunque exceptuando esta última, las anteriores no nombran al Titanic como el protagonista de sus artículos.
Destaca, sin embargo el artículo de Vida Marítima del 10 de enero en el que comentan los grandes avances de la humanidad ciñéndose a los adelantos en materia naval, en el que mencionan al Titanic como un barco que transportará “en breve un tonelaje mayor desde Nueva York á Southampton”, en referencia al record que compartiría con su gemelo de barco de cruceros más grande.
Únicamente el ABC, como he comentado anteriormente, dedica una breve noticia el día de su inauguración:
«Londres 9, 10 de la mañana. Mañana hará su primer viaje de Southampton á Nueva York el mayor transatlántico del mundo, el Titanic. Este coloso de la navegación, que desplaza 46.328 toneladas, puede llevar á bordo 2.150 personas, de ellos 750 pasajeros de primera, 500 de segunda, 1.100 de tercera y 800 de tripulación. El Titanic ha costado 85 millones de francos, y tiene, entre sus instalaciones, un gimnasio, un baño de vapor, una piscina, un café ruso y otro turco.»