Esta ha sido mi tercera vez navegando por sus aguas y puedo confirmar sin lugar a dudas que Japón es un paraíso para el viajero (que te atrapa y del que no quieres regresar); y que no hay mejor forma de explorar su intrincadas costas que a bordo de un barco (si es posible en uno con tamaño a escala humana).
En este último crucero me he sentido transportado a la época (no tan lejana en el tiempo) en el que el crucerista era recibido y tratado con cariño en cada uno de los puertos; cuidado al extremo y donde cada ciudad mostraba lo mejor para que el viajero regresara.
Si además le sumamos que nuestro barco era el único que atracaba cada día, la sensación viajera se acrecentaba cada día de nuestro itinerario.
Pero comencemos por el principio de esta aventura.
Elegir nuevamente un crucero por Japón nació tras el realizado el año pasado a bordo del Celebrity Millennium que nos dejó un sabor agridulce (gran itinerario al que el barco no acompañaba con la experiencia que esperábamos a bordo).
Esta vez queríamos estar seguros que elegíamos un barco que reuniera todos los requisitos que personalmente entendemos debería ser un crucero por Japón:
- Un barco mediano con menos de 2.500 pasajeros (puedes ver los tipos de cruceros aquí).
- Itinerario que rodee las 3 grandes islas, cubriendo Japón desde el norte al sur.
- Tematizado con el destino en su gastronomía y actividades a bordo.
- Alto nivel de servicio y asistencia en español.
- Gran oferta culinaria.
Así fue como finalmente localizamos todas estas variables en el itinerario de 14 noches alrededor de Japón que, recién llegado de Alaska, iniciaba el ms Noordam de la naviera Holland America Line a mediados de octubre de este año.
Nuestra ruta ha incluído los puertos de Yokohama, Aomori, Otaru, Hakodate, Akita, Sokcho (Corea del Sur), Sakaiminato, Fukuoka, Kagoshima, Kochi, Osaka, Shimizu, y Tokio.
Aunque reservamos una cabina con ventana (oceanview) garantizada, pocas semanas antes de embarcar descubrimos nos habían asignado una con balcón en la cubierta 5.
Hoy me gustaría compartir con vosotros nuestro diario de viaje, las anécdotas y experiencias vividas en esta maravillosa aventura que ha sido nuestro crucero. Por supuesto, incluiré lo que más nos gustó, y lo que menos a bordo del Noordam.
Diario a bordo del ms Noordam alrededor de Japón
YOKOHAMA
22°C
Embarcando en Osanbashi Yokohama International Cruise Terminal
A las 11:30h dejábamos nuestro hotel situado a pocos minutos del puerto y andando llegamos hasta la imponente Terminal de Cruceros de Yokohama.
Un edificio de varias plantas que pasa inadvertido y al mismo tiempo completamente integrado en el puerto gracias a su diseño en forma de ola construido en madera.
Tras entrar en el edificio y hacer el check-in en poco menos de 15 minutos ya estábamos a bordo del barco en nuestra cabina en la cubierta 5.
Con puntualidad, a las 16:30h el ms Noordam partía del muelle mientras miles de personas nos despedían agitando pañuelos amarillos.
Fue espectacular sentir la cálida despedida dada por parte de tantas personas anónimas agolpandose en los diferentes niveles de la terminal. Al alejarnos el barco les saludaba haciendo sonar su sirena.
Tras realizar nuestro paseo de exploración por las diferentes cubiertas, y participar en la fiesta de comienzo del viaje en la popa, terminamos cenando en el Comedor Principal una deliciosa primera cena.
Comienza nuestra trepidante aventura donde sólo tendremos 2 días de navegación y muchos puertos alrededor de Japón.
NAVEGACIÓN
22° C
Navegación rumbo al norte
Hoy fue un día especialmente tranquilo. Algo que necesitábamos para recuperar fuerzas tras los días previos que llevábamos visitando Tokio y algunos lugares cercanos.
Tras levantarnos y desayunar en el concurrido Lido dimos un gran paseo por las cubiertas disfrutando de la poco común alta temperatura y el sol.
El día transcurrió leyendo, viendo TV y trabajando desde la cabina gracias a la conexión portátil que habíamos adquirido a nuestra llegada a Tokio desde el primer día.
Por la noche había reservado una de la cenas especiales del Tamarind popup que tomaba lugar en el espacio del Pinnacle, reconvertido esta noche para mostrar los mejores platos del restaurante asiático presente en otros barcos de HAL.
Tras una deliciosa experiencia culinaria dimos un pequeño paseo visitando los diferentes escenarios y salones donde había música en directo y decidimos regresar a la cabina para poder levantarnos temprano y desembarcar en nuestra primera escala.
AOMORI
20° C
Aomori, la ciudad de las manzanas y el festival Nebuta
Con puntualidad llegábamos al bonito terminal de Aomori. Tras desayunar nos dispusimos a recorrer los lugares de interés cercanos al propio muelle.
En primer lugar nos acercamos al alto edificio en forma de «A» icono de la ciudad conocido como ASPAM donde se sitúa uno de los centros de información turística de la localidad.
Continuando por el muelle en un agradable paseo junto al mar llegamos al imponente edificio del Museo Nebuta Wa-rasse dedicado al festival que celebra la ciudad en agosto.
Esta festividad popular tiene como centro grandes esculturas de papel iluminadas que son llevadas por las calles por cientos de personas. El museo recoge las mejores creaciones del pasado festival. Un lugar que bien merece un visita.
Muy cerca, cruzando una pequeña playa y bajo un puente colgante, llegamos al Seikan Ferry Memorial Ship donde pudimos recorrer este sorprendente barco que tiene la capacidad de transportar no solo a pasajeros a pie, sino que podía albergar en su bodega un tren completo.
Se trataba de una línea de tren regular (flotante) que conectaba con la isla de Hokkaido al norte donde continuaba por la red ferroviaria. Actualmente en desuso ya que los trenes usan un larguísimo túnel bajo el mar conectando ambas islas.
Tras pasar tiempo recorriendo las cubiertas de este fabuloso ferry decidimos dirigirnos hacia las calles principales de Aomori.
Antes pasamos por un centro comercial donde pudimos probar diferentes tipos de la famosa sidra de la región.
Ya en el centro recorrimos algunas de sus calles, deteniéndonos en algunas tiendas del distrito de Shin-Machi y en el bonito templo de Utou.
Tras comer en un restaurante local un delicioso Gyodon regresamos paseando hasta el barco junto al muelle.
A bordo, tras ver la salida del puerto y un rica cena en el comedor principal pusimos fin a nuestro día.
Mañana tocaba Otaru.
OTARU
14° C
Otaru, subiendo al monte Tengu
Hoy disfrutamos de una gran aventura en Otaru, nuestro primer destino en la isla más al norte de Japón, Hokkaido.
Ya se notaba una bajada de temperatura cuando el Noordam atracaba en puntual en el muelle 3 de la ciudad. Mientras desayunábamos veíamos a lo lejos el monte Tengo, al cual teníamos pensado subir en su teleférico estilo suizo.
Nuestro plan era llegar a pie hasta la base del funicular. Como era una larga caminata de más de 2 horas decidimos dividirla en varias etapas parando en lugares interesantes.
Así en primer lugar llegamos al parque Otaru a medio camino de la ladera de la montaña, y donde comenzamos a ver la altura del monte y las vistas de la bahía donde estaba el Noordam.
Desde allí nos dirigimos al precioso templo budista de Tennoji. Los momijis (arces japoneses) cambiando la hoja a un rojo intenso nos maravillaron desde que nos acercábamos.
En un esfuerzo final subiendo una empinada cuesta llegamos a la estación base del funicular. El esfuerzo mereció la pena por las impresionantes vistas que tuvimos desde la cima.
Tras un tiempo contemplando el sorprendente paisaje volvimos a descender en funicular y para regresar al centro esta vez usamos el autobús público número 9.
Ya en el centro, y rodeados con más turistas, recorrimos la popular calle de Sakaimachihondori.
Un rico ramen de Hokkaido, pollo frito y unos dulces rellenos de crema comprados en pequeñas tiendas callejeras justificaron por sí solos la visita.
De regreso al barco pasamos junto a los canales y viejos almacenes del puerto, todavía recordando las vistas desde la cima del monte Tengu.
HAKODATE
18° C
Hakodate, catedrales, teleférico y el mejor melón pan del mundo
Nuevamente con puntualidad llegábamos al muelle de Hakodate, nuestro segundo y último puerto en la isla más al norte de Japón, Hokkaido.
Desde que bajamos nos dimos cuenta lo importante que era el calamar en la ciudad. Su imagen aparecía en cada decoración o edificio, en cada papelera, e incluso en las tapas de las alcantarillas.
Tras superar la moderna Terminal, nuestro primer objetivo del día era llegar a la ladera del monte que da nombre a la ciudad, para desde allí subir por medio de su moderno funicular hasta su cumbre.
Desde la gran estación de tren (a la que llegan los trenes bala cruzando por un largo túnel submarino), y en 20 minutos andando desde el muelle llegamos hasta la estación inferior del funicular.
Esta se localiza en el barrio de Motomachi, donde la influencia europea y occidental es realmente fuerte en sus muchas casas y edificios.
A las 10h, en la primera salida, llegamos hasta la cumbre del monte Hakodate situada a 334 metros de alto. Desde allí pudimos admirar las espectaculares vistas de la península donde se extiende la ciudad, catalogadas como una de las mejores de todo Japón.
Tras una hora contemplando la ciudad desde las alturas bajamos nuevamente para explorar el barrio más occidental de la isla.
Fue aquí donde se asentaron las primeras colonias de occidentales (americanos, alemanes, rusos, portugueses, holandeses…) tras la apertura forzosa del país del Comodoro Perry.
Así, recorriendo sus bonitas calles adoquinadas, visitamos la iglesia anglicana, la iglesia ortodoxa rusa y la catedral católica de San Juán.
El barrio guarda el encanto de los edificios del siglo XIX de madera y sus calles que descienden por la ladera hasta el propio puerto donde se amontonaban los almacenes.
En una de esas calles, junto a un curioso edificio azul y amarillo de madera, disfrutamos de la primera delicia gastronómica del día; un recién horneado pan de melón con helado de crema. Una auténtica maravilla que no podíamos creer lo barato que nos había costado.
El nombre del establecimiento era “the second most delicious ice cream melon bread in the world” (el segundo mejor helado de pan de melón del mundo)… Con esa honestidad características de los japoneses, no nos podíamos imaginar como sería el que ostenta la primera posición.
Un paseo por los diferentes jardines y edificios nos llevó a los turísticos almacenes de ladrillos rojos.
Tras recorrerlos decidimos alejarnos de la multitud de turistas concentrados en la zona y llegar hasta el distrito de Goryokaku donde se localiza el parque y fortaleza en forma de estrella que da nombre.
Usando la línea 2 (roja) de tranvía llegamos a la parada de Goryokaku-Koen-Mae.
Lo primero fue buscar donde comer (ya eran las 13h y muchos restaurantes estaban cerrando). Finalmente localizamos una antigua “casa de comidas” familiar donde una amable camarera nos sirvió ramen con cerdo y uno de los mejores arroces que haya probado.
Tras reponer fuerzas, era el momento de localizar una tienda que fabricaban los dulces que tanto nos gustaron en Otaru. Solo la tienda, Rokka Tei Goryokaku Shop, ya merece una visita.
Una visita por el precioso jardín y regresamos en tranvía hasta la parada junto a la estación de tren cercana al muelle donde divisamos al Noordam.
A bordo, tras descansar, nos esperaba en el comedor principal nuestra cena favorita diseñada por el Consejo Culinario de Holland America Line (posiblemente las chuletas más ricas del mundo).
AKITA
13° C
Akita, entre jardines de lotos, soba frío y festivales de faroles
Sin ningún plan y ninguna expectativa nos despertamos justo cuando el Noordam amarraba en el puerto de Akita justo en la desembocadura del río Asahi (que da nombre de una popular cerveza).
Hoy queríamos perdernos y dejar que la propia ciudad y google map nos fuera mostrando los lugares a visitar.
Tras desayunar junto a la piscina, decidimos que nuestro primer paso era llegar al centro de la ciudad localizado a 40 minutos en tren.
La sorpresa del día ( y casi del viaje) fue mayúscula al comprobar que JR ( la compañía nacional más grande Japón tenía un servicio especial de bus + tren desde la propia terminal de cruceros. Por solo 200 yenes (1,21€) por persona y trayecto llegamos a la estación central de Akita situada en el corazón de la ciudad.
Sólo en Japón puedes esperar este súper servicio para hacer más fácil la visita del crucerista (acondicionaron un apeadero de tren de mercancías del puerto como nuestra provisional estación).
Ya en Akita, desde la propia estación nos dirigimos primeramente al maravilloso parque de Senshu, con los restos del castillo y su enorme estanque con miles de lotos.
Tras pasear por el parque, salimos por la puerta situada al suroeste y llegamos por casualidad (y afortunadamente) al Museo Akita City Folk donde disfrutamos de una demostración de su festival Akita-Kanto.
En esta celebración los participantes elevan largas varas de bambú con decenas de faroles. Fue realmente interesante.
Ya era tiempo para comer y elegimos el cercano restaurante Mugendo Akita Ekimae En, donde degustamos una excepcional versión del udon local denominado Inaniwa.
Una especialidad de udon que se toma frío para mojar en una deliciosa salsa típica de la región. Nuevamente nos sorprendimos por la calidad, sabor y sobre todo el bajo precio por esta exquisitez.
En nuestro camino de regreso a la estación hicimos parada en el mercado de la ciudad (Akita Citizen Market), y el centro comercial junto a la estación donde merendamos en uno de los populares Seven Eleven. No hay nada comparable con esta cadena de tiendas; son el mejor lugar donde un visitante puede ir en Japón; aquí puede solucionar cualquier necesidad (desde un cajero de banco a un rico desayuno o cena).
En el mismo tren especial de JR regresamos al puerto.
Ya a bordo, el capitán informaba por megafonía que tendríamos una despedida especial por parte de los ciudadanos que incluía fuegos artificiales. Igualmente no adelantaba que tendríamos mala mar en nuestra ruta hasta nuestro próximo puerto en Corea del Sur.
Antes de cenar, y desde el balcón disfrutamos de los fuegos artificiales mientras nos alejábamos de Akita.
NAVEGACIÓN
13° C
Navegación, cruzando el mar de Japón rumbo a Corea del Sur
Durante toda la noche el incesante viento provocaba fuertes sacudidas y movimiento del Noordam en su lento avance hacia el oeste. Así transcurrieron las horas impidiendo poder dormir profundamente y recuperar energía.
Al levantarnos descubrimos que el barco seguía moviéndose y se hacía complicado incluso andar por la cabina.
Era complicado incluso andar por las cubiertas, y mucho menos poder elegir la comida en el LIDO buffet en la planta 9. Esta contrariedad hizo que pasáramos la mayoría del día en la cabina descansando, leyendo, viendo películas y viendo como el agitado mar zarandeaba al barco.
Una deliciosa hamburguesa en el camarote y una rápida cena en el LIDO aprovechando que bajaba la intensidad fueron nuestras comidas del día.
El Noordam seguía avanzando rumbo oeste, cruzando el impredecible mar de Japón, a 15 nudos y fuertes vientos del norte que nos acompañaron hasta llegar a la costa coreana.
En estos momentos es cuando el viajero aprende que los planes pueden cambiar en cualquier momento y hay que ser flexibles. Todo tiene su lado bueno si ponemos la actitud correcta.
SOKCHO (COREA DEL SUR)
13° C
Sokcho (Corea del Sur) visitando su terminal
Con 2 horas de retraso llegamos al puerto surcoreano de Sokcho. Las condiciones climáticas, según el capitán, impidieron que se pudiera desembarcar hasta las 10 am.
Tras desayunar y dejar salir las largas colas de cruceristas que debían pasar por inmigración de la moderna Terminal, bajamos a tierra.
Al no haber encontrado previamente ningún punto de interés en la ciudad ( el más popular era ir a la cercana Zona desmilitarizada con la vecina Corea del Norte), decidimos recorrer la enorme Terminal, usar el WiFi para conectarnos a internet y regresar nuevamente al barco.
Nuevamente a bordo pasamos la mayoría del día paseando por las cubiertas, descansando en la cabina (recuperándonos de la mala noche anterior) y ver la salida del barco a las 15:30h rumbo nuevamente a nuestro añorado Japón.
Un día que usamos para planificar el resto de escalas de nuestro itinerario.
SAKAIMINATO
23° C
Sakaiminato, recorriendo una ciudad de comic con balneario de piés gratuito
Sobre las 8:00h el Noordam enfilaba el muelle de esta escala situada al suroeste de Japón.
Un día soleado y temperaturas por encima de los 20ºC nos recibían, augurando un gran día de exploración.
Tras desayunar y esperar nuestro turno para pasar el control de fronteras (entrábamos nuevamente en suelo nipón), sobre las 11:15h usábamos el bus shuttle que nos llevaba hasta el centro de la ciudad, justo en la plaza de la estación.
Allí descubrimos que toda la ciudad (casas, negocios, e incluso la estación de policía) estaba tematizada y dedicada a los personajes del historiador, escritor y autor de manga Mizuki Shigeru. Un popular autor de cómic japonés que residió en la ciudad, creador de un mundo fantástico donde vive su protagonista Kitaro.
Nuestro plan era recorrer la calle principal dedicada al popular autor.
Tras visitar la estación ( las estaciones son el centro y corazón de cada ciudad japonesa) y la peculiar oficina de policía cercana donde ya aparecían estatuas con algunos de los personajes nos topamos con un regalo para el viajero.
A pocos metros nos topamos con un maravilloso onsen de piés (un balneario) público y gratuito y que el hotel y balneario cercano Yokaitachi no Ashiyu ofrece para que cualquiera pudiera descansar y probar la calidad de sus aguas termales.. Momento zen que solo un viaje a Japón puedes encontrar.
Recorrer la calle era como pasear por un parque de atracciones tematizado en el universo de Mizuki. En cada tienda había un sello gratuito con sus personajes, y estaban decoradas hasta el más mínimo detalle.
A lo largo de la acera se distribuían decenas de estatuas de bronce con los personajes.
Tras cruzar frente al museo del autor y comprobar que el restaurante que previamente habíamos elegido estaba cerrado decidimos encaminar nuestros pasos hacia el puerto a pocas calles de distancia.
En estos momentos nuestro objetivo era el de probar el famoso marisco y pescado de Sakaiminato.
Paralelo al muelle entre barcos de pesca localizamos Hato Nova un restaurante regentado por pescadores y donde podías disfrutar con las delicias del mar en diversas formas, incluída cocinarlos en tu propia barbacoa, a precios realmente bajos.
Allí disfrutamos de un gran menú con cangrejo y otras exquisiteces tan frescas que olían a sal marina, en un ambiente auténtico, donde solo locales nos acompañaban dando cuenta de sus platos.
Ya de regreso a la estación de tren, donde deberíamos subir a nuestro shuttle de regreso, probamos en una preciosa cafetería de la calle principal algo realmente curioso.
Esto fue un exquisito “churro” hecho con harina del mejor arroz de Japón. Simplemente espectacular.
De regreso en el muelle visitamos la cercana torre Snako Yume Minato Terminal Tower.
A bordo, tras descansar un poco, cenamos en el LIDO, paseamos por la cubierta 3 pasando tiempo en los conciertos del Rolling Stone y otros salones del barco. Esto puso punto final a un más que interesante día.
FUKUOKA
21° C
Fukuoka, truenos y relámpagos visitando el templo del toro sagrado
Hoy fué un día muy especial ya que nos encontraríamos con una gran amiga original de esta ciudad y con su hermano que se ofreció a llevarnos en su coche a los lugares más importantes.
A la hora convenida de las 10h nos recogían frente al Terminal de Ferry justo a 10 minutos andando desde el de cruceros.
Bajo una gran tormenta con intensa lluvia, truenos y relámpagos nos dirigimos en coche hacia las afueras de la ciudad para visitar el complejo de templos de Dazaifu Tenmangu con su famosa estatua del toro la cual debes frotar para atraer la buena suerte (algo que por supuesto hicimos).
A pesar de la lluvia un gran número de autobuses de turistas se agolpaban en el parking.
Tras subir la calle comercial que preceden todos los templos japòneses, ascendimos a los edificios principales con sus bonitos jardines y sus puentes rojo intenso.
Pasamos junto al toro sagrado y visitamos los templos mostrando el tradicional respeto sintoísta con reverencias al cruzar los Torii (puertas sagradas) copiando lo que hacía nuestra amiga.
Desde este punto ascendimos por una interminable escalera mecánica dentro de la montaña (sólo en Japón puedes ver estas maravillas) para llegar al otro lado de la montaña hasta el impresionante lobby del Museo Nacional de Kyushu (la isla en la que nos encontrábamos).
No salíamos de nuestro asombro recorriendo ese enorme lobby y que solo para contempalrlo merecía la pena llegar hasta allí.
Regresando por las mismas escaleras mecánicas volvimos al parking para dirigirnos esta vez a un popular centro comercial de la ciudad para así refugiarnos de la lluvia que no cesaba.
En el gran centro comercial conocido La Lalaport Mall nos esperaba una sorpresa. Una réplica a tamaño real (gigante) del robot Gundam y que cada hora se movía atrayendo a muchos curiosos.
Comimos en el zona de restaurantes o food court donde se hizo difícil elegir qué elegir por la gran variedad de opciones, sabores y cocinas,y todas a unos precios que no dejaban de sorprendernos por lo barato (al cambio con el euro).
Tras disfrutar un maravilloso afocatto con matcha (helado de vainilla y té matcha) en compañía de nuestros amigos regresamos a la terminal de cruceros donde nos despedimos de ellos hasta nuestro próximo encuentro una vez estemos en Tokio.
Fue un día para recordar incluso con la incesante lluvia.
KAGOSHIMA
22° C
Kagoshima, la ciudad del volcán humeante
El volcán Sakurajima nos recibía cubierto de nubes mientras nos acercábamos al puerto de Kagoshima.
Tras desayunar en el LIDO junto a la piscina bajamos al bonito Terminal construido sobre una isla artificial.
Allí confirmamos que, aparte de un shuttle pagado, la forma de llegar al centro era ir a la parada del tranvía local de Wakida (20 minutos andando). Desde allí usando la línea 1 (170 yenes por persona) llegar hasta la parada de Izudori, ya en el centro.
Al llegar y tras un agradable paseo llegamos hasta el castillo de Kagoshima y su curioso museo en su interior.
Tras la visita y siguiendo la avenida donde se ubica el castillo llegamos al precioso templo de Terukuni donde compramos varios omamoris (amuletos de buena suerte) para proteger al viajero.
Aumentaba el calor y la humedad por lo que decidimos ir a comer al centro comercial CenTerrace Tenmonkan.
Allí en la segunda planta encontramos el restaurante Hanan Kitchen donde degustamos un plato local donde el caldo de pollo se vierte sobre el arroz y otros ingredientes. ¡Delicioso!
Un café en un Family Mart (competencia a los Seven Eleven) y sobre las 14:30 decidimos regresar al barco usando el mismo sistema: tranvía hasta Wakida y desde allí hasta el muelle ubicado en el Marine Port andando.
En el barco, el humeante nos despedía esta vez visible en todo su esplendor
KOCHI
22° C
Kochi, de compras por sus calles cubiertas
A las 9:30h banderas y música nos recibían al llegar al puerto de Kochi.
Un desayuno junto a la piscina y trabajar un poco contestando emails en la cabina fueron el preámbulo de nuestro día en esta ciudad que visitábamos por segunda vez.
Al bajar al muelle usamos un autobús shuttle que por un módico precio nos llevaría al centro mismo de Kochi.
Esta vez no iríamos a visitar el famoso castillo, sino que decidimos explorar el barrio de la estación central de tren.
Desde la parada donde nos dejó el shuttle nos dirigimos hacia la gran estación de tren elevada donde las grandes estátua de 3 samurais y héroes locales nos dieron la bienvenida mientras el cielo presagiaba lluvia inminente.
Esto nos hizo dirigirnos a un gran centro comercial (Aeon) situado al norte de la estación, donde tras unas compras de nuestra marca favorita Uniqlo, tuvimos una excepcional comida con platos de soba frío.
Regresando al centro de la ciudad por el mismo camino y tras pasar nuevamente por la estación llegamos a la zona más turística cercana a la parada de autobuses donde nos esperaba el bus shuttle.
Pero antes recorrimos algunas de las calles comerciales cubiertas como la Sunday Street (calle del domingo) curioseando en sus muchas tiendecitas donde puedes encontrar de todo: desde un kimono de gala a una cuchara de bambú.
Ya en el barco, tras salir del puerto, la tarde transcurrió tranquila y donde una cena probando el “Alaskan Seafood Boil” en el LIDO puso el punto y final a un gran día.
OSAKA
22° C
Osaka,castillos, turistas y bolas de pulpo
Con puntualidad llegábamos a la imponente Terminal de Cruceros de Osaka. Justo al lado de uno de los acuarios más famosos y grandes del mundo y su gran noria.
Siendo una ciudad con un eficiente sistema de transporte público (raramente llega tarde), nuestro plan fue usar el metro hasta el famoso castillo de Osaka; para ello usamos la cercana estación de Osakako.
Al salir por la estación de Tanimachi cruzamos el museo de Historia de Osaka y el rascacielos sede de la cadena de televisión pública NHK.
Desde ese punto ya es visible el enorme parque y el castillo en el centro sobre una ladera. Tras recorrer el jardín llegamos a la entrada principal de la fortaleza, sin embargo las largas colas y la cantidad de turistas nos desanimó a entrar.
Nuestra siguiente área a explorar era el distrito de Dotonbori.
Tras regresar al Museo de Historia de Osaka decidimos llegar caminando hasta el mismo centro de la ciudad localizado en el turístico y popular puente de Dotonbori.
En un agradable paseo de 30 minutos, con parada para tomar un rico desayuno y café en un Seven Eleven, llegamos al barrio. A medida que nos acercábamos íbamos sintiendo como aumentaba la aglomeración de personas (en su mayoría turistas de todas las nacionalidades).
Unas fotos con el famoso cartel de Glico en el puente, las portadas de las izakayas (tabernas) con sus enormes cangrejos o platos de ramen en la facahada, algún templo perdido en un callejón ajeno al ajetreo, y recorrer las callejuelas tras las populares calles comerciales cubiertas tomaron nuestro tiempo.
Cansados por la cantidad de gente decidimos regresar al puerto en metro desde la estación de Sakuragawa hasta la de Osakako.
Recorriendo la bonita calle hasta la Terminal era el momento de probar el plato más popular de Osaka, el takoyaki. Unas bolas hechas con pulpo hechas en molde muy característico y que cubiertas con una salsa especial y bonito seco probamos en un puesto callejero. Realmente ricas!.
Ya a bordo, tras descansar disfrutamos de la bonita salida de unos de los puertos con más tráfico de Japón.
SHIMIZU
22° C
Shimizu, momento zen a los pies del monte Fuji
Un cielo nublado nos recibía impidiendo ver el esquivo monte Fuji. Shimizu es considerado como uno de los mejores lugares en Japón para contemplar el volcán sagrado.
Nuestro plan para el día era usar el tren local (sólo tiene 1 línea) para llegar hasta la cercana ciudad de Shizuoka.
Tras llegar en un autobús shuttle a la estación tomamos este particular tren nos llevó hasta el centro de la ciudad en poco más de 30 minutos.
Una vez allí, y a pocos metros de la estación, visitamos el parque del Castillo Sumpu. Un precioso espacio verde dentro del que fuera el castillo feudal de la ciudad, y del que permanecen sus espectaculares puertas de entrada.
Siendo una región especialmente famosa por el té Matcha teníamos en mente poder probarlo en una tradicional “casa de té”. Algo que pudimos hacer en el parque.
En uno de sus laterales se ubica un precioso jardín diseñado al estilo Edo lleno de momijis y cerezos. Justo aquí se localizan diferentes casas de té tradicionales. Al comprar la barata entrada al jardín es posible combinarla también para experimentar un rico té matcha con dulces tradicionales en estas minimalistas cabañas de bambú.
Fue un maravilloso tiempo de relax, contemplando el jardín mientras tomábamos el delicioso té servido para varias camareras ataviadas con kimono, sonrientes y atentas al extremo.
Tras este nuevo momento zen decidimos encaminarnos a un grupo de templos cercanos situados al oeste del parque.
Así nuestros pasos nos llevaron, tras rodear la iglesia católica de Shizuoka y cruzar uno de los antiguos fosos del castillo, al complejo de temblos de Sengen. Allí, cuatro preciosos templos budistas y uno shintoísta nos maravillaron por su rica decoración y los cuidados jardines.
De regreso a la estación, buscando ya un lugar donde comer, regresamos por las calles comerciales de Aoba dori donde celebraban la fiesta de Halloween.
Nuestro paseo nos llevó hasta la otra estación de la ciudad. La gran estación de JR que recibe los trenes del resto del país.
Finalmente decidimos comer en uno de los restaurantes en el centro comercial situado en la estación del tren local donde habíamos llegado. Nuevamente un menú con soba frío para mojar en una salsa local nos recargó de energía.
Usando la misma línea de tren que conecta Shimizu con Shizuka regresamos hasta donde estaba amarrado el Noordam.
En el mismo bus shuttle llegamos al puerto donde por arte de magia pudimos ver el monte Fuji en todo su esplendor sin nubes durante escasos 20 minutos. Un gran regalo para terminar el día.
Ya en el barco disfrutamos la maravillosa despedida con bailes, cantantes de ópera y nuevamente fuegos artificiales.
Mientras hacíamos la maleta (mañana debemos desembarcar en Tokio), en nuestra mente todavía resonaba aquella cabaña de bambú disfrutando una taza de té matcha. El tiempo pareció detenerse.
TOKIO
22° C
Tokio, final del crucero y comienzo de una nueva aventura
A las 4:30h el ms Noordam ya estaba amarrado en el precioso e imponente nuevo Terminal de Tokio.
Sin prisa al no tener que recoger equipaje (para todo el viaje solo hemos necesitado una maleta trolley por persona), y tras desayunar cómodamente en la piscina, desembarcamos dejando atrás el que ha sido nuestro hogar lejos de casa por un par de semanas.
Ahora era tiempo de vivir la intensa experiencia de la ciudad de Tokio durante una semana.
Hay pocas ciudades del mundo que merezcan y justifiquen un post crucero como la de Tokio. Una semana no nos dio ni para sentir mínimamente la multifacética energía de esta metrópolis.
En el taxi que nos llevaba hacia nuestra nueva casa, en silencio y con una sonrisa en nuestra cara recordábamos las cientos de imágenes, momentos únicos y sobre todo personas que habíamos conocido en los últimos 15 días.
Una gran energía nos acompañaba solo siendo conscientes que teníamos 7 días más en este maravilloso país. Japón es sin duda el paraíso de cualquier viajero de verdad, y solo confío no muera por su gran atractivo, como ya sucede en otros lugares del mundo.
Al alejarnos del muelle sabíamos que volveríamos a navegar sus aguas y puertos.
CONCLUSIONES: Así fue nuestra experiencia en el Noordam alrededor de Japón
Experiencia total
Lo que más nos ha gustado del crucero
● La meticulosa elección de cada uno de los puertos que permitía saborear toda la variedad cultural de Japón.
● La puntualidad en la llegada a cada escala (excepto en Corea del Sur), y la eficacia para desembarcar rápidamente en cada una de ellas.
● Confirmar como Holland America Line mantiene el mismo alto estándar gastronómico en todos sus barcos.
● Profesionalidad, extremada amabilidad y cercanía de la tripulación, siempre atentos a resolver cualquier incidente.
● Asistencia y comunicación en español, tanto en el camarote como en el mostrador de asistencia al pasajero.
● El propio diseño del Noordam, tematizado en los grandes viajes, y desde el que se puede ver el mar desde todos lados.
Lo que podría mejorarse
● Algunas deficiencias en nuestro camarote.
● Falta de información por megafonía por parte del Cruise Director
Sobre el barco
Nombrado como uno de los puntos cardinales en holandes el ms Noordam pertenece a la clase Vista fue construido en 2006 y puede acomodar a 1.924 pasajeros (2.366 en ocupación máxima), atendidos por una tripulación de 820 miembros.
De líneas clásicas en su diseño exterior, su doble chimenea blanca y el color azul marino del casco llamaban la atención en cada uno de los puertos en los que atracábamos.
Un barco que entonaba con la belleza del paisaje y la sutileza japonesa. Por ello atraía la mirada de muchos curiosos que se acercaban a fotografiarlo en cada escala.
A bordo una estructura de cubiertas abiertas al mar, andable sin obstáculos ( no era necesario memorizar un mapa de ascensores), elegantemente decorada al estilo clásico salpicadas con una gran colección de piezas de arte.
Los espacios más importantes se concentran en unas pocas plantas: la 2, 3 y 4 albergan desde el teatro World Stage en proa al gran comedor de 2 alturas en popa, pasando por todos los lugares de ocio, bares, restaurantes de especialidad, fotografía, tiendas, casino.
La otra cubierta que acoge espacios populares es la 9, denominada LIDO. Aquí tendremos el buffet Lido market, la piscina cubierta, el spa y varios bares.
Por último está la cubierta 10 donde se localiza otro de los lugares de interés para el viajero. Este no es otro que el Crow´s Nest (nido del cuervo) y que funciona como el mejor observatorio del barco con visión de 180º a proa sobre el puente de mando.
Además su diseño lo configura como un confortable salón de descanso y de encuentro de viajeros con su propio bar, completísima juegoteca, clases de manualidades y la oficina de excursiones. Sin duda uno de nuestros lugares favoritos.
No puedo olvidar hacer mención a la preciosa biblioteca ubicada en la cubierta 3 junto a la cafetería Exploration´s Cafe.
En esta misma cubierta localizamos una de las joyas que podemos encontrar en todos los barcos de Holland America Line: la cubierta de paseo. Con suelo de madera y rodeando en su perímetro al barco, esta cubierta es el mejor lugar para disfrutar del mar, los paisajes de la costa y el placer de la navegación mientras se camina.
Nuestra experiencia a bordo nos ha demostrado que es un maravilloso barco para “viajar”.
Es decir, diseñado para saborear el viaje, desde la propia decoración hasta el diseño de sus cubiertas y su reducido tamaño que le ha permitido llegar a puertos pequeños con un encanto especial.
Nuestra cabina fue un camarote con balcón en la cubierta 5, y si bien nos encontramos algunos defectos al embarcar, estos fueron solucionados diligentemente por una tripulación presta a satisfacer al pasajero en cada aspecto.
Aunque la apariencia general del barco es perfecta (exterior y zonas comunes), la cabina necesitaria algunos toques para mejorarla. El espacio estaba bien aprovechado, con más que suficiente espacio de almacenaje, colchón súper cómodo y pequeño sillón junto al balcón.
El baño es posiblemente la zona que necesita mejorar sin duda la iluminación ( un poco escasa) y eliminar las cortinas de la bañera por otra solución más actualizada e higienica.
A pesar de esto, y de perder los canales de TV (especialmente las noticias) durante algunos momentos (algo achacable a la posición de los satélites), un cómodo y más que correcto alojamiento.
Gastronomía a bordo del ms Noordam
Viendo como evoluciona la industria de los cruceros donde la calidad de la comida a bordo es una de las grandes quejas de los viajeros (especialmente en algunas populares navieras) un crucero con Holland America Line es apostar a caballo ganador.
Aunque siempre embarcamos con el miedo a que haya bajado la calidad y variedad en la oferta culinaria incluida en la propia reserva, viajando en el Noordam volvemos a constatar que HAL mantiene su alto nivel, presentación, variedad de menús y sobre todo sabores disponibles en sus barcos.
Siendo un itinerario centrado en explorar la cultura nipona, desde el primer día quisimos saber si su gastronomía se incluía como parte del viaje en sus restaurantes. Esta fue nuestra gran queja en el crucero realizado con Celebrity Cruises el año pasado.
En el propio día de embarque ya comprobamos con asombro que había en el LIDO Buffet una sección dedicada a Asia y donde se localizaba un gran variedad de sushi y sashimi. Algo que se repitió en todas las comidas y cenas, e incluso en la oferta de desayunos que incluía sopa miso, arroz y otros platos orientales.
A todo esto se le añadían platos especiales del recetario japonés en el menú de cenas tanto en el comedor principal como en el propio buffet. Soba, tonkatsu, takoyaki… y otras delicias estaban presentes entre las opciones junto a otros más tradicionales y occidentales.
Junto a esta oferta y junto a la piscina, en el Dive in, disponíamos cada día de las famosas y reconocidas hamburguesas y perritos calientes gourmet de Holland America. Perfectas al regresar al barco tras un largo día caminando en puerto.
✱ Todo lo anterior debo recordar que no tiene coste extra y puede por sí sólo satisfacer al más exigente de los paladares.
Como al hacer la reserva obtuvimos crédito a bordo, en esta ocasión decidimos dedicarlo a probar varios de los restaurantes alternativos durante nuestro itinerario.
Así, en el primer día de navegación reservamos una cena en el Pinnacle, pero en esta ocasión ofreciendo el menú del reconocido restaurante asíatico denominado Tamarind Popup (presente en otros barcos de la flota).
La experiencia fue simplemente soberbia. Gran calidad de los platos, ingredientes de primera y tanta cantidad que fue difícil terminarlo. Totalmente recomendable el coste extra si eres un foodie de comida asiática.
El segundo restaurante alternativo que probamos fue realmente una cena especial con coste extra en el propio LIDO Buffet. Se trataba de un “Alaskan Seafood Boil”. Lo que traducido sería más o menos como un festival de marisco y salmón típico de Alaska.
Desde la crema de almeja al estilo Nueva Inglaterra, y una gran cacerola con gambas, mejillones, salmón salvaje, y medio cangrejo alaskeño se presentaban en la mesa cubierta con papel, y al que dimos cuenta ataviados con baberos (por si las manchas). Cien por cien recomendable.
Por último quisimos experimentar el restaurante italiano a bordo. Canaletto es un espacio definido en uno de los extremos del propio LIDO Buffet y que cada noche trae los sabores de Italia.
Pasta fresca, excelentes aceites de oliva, antipasti, y muchos otros sabores estuvieron presentes en esta cena y que basado en nuestra experiencia supera en mucho a la probada en barcos de navieras con origen italiano. Sin duda en el cariño, los detalles y los ingredientes de primera radica la diferencia.
En nuestro viaje gastronómico a bordo no podemos olvidar los deliciosos postres y dulces que sin coste extra estaban disponibles en la cafetería del Crowns net y el Exploration´s Cafe.
Nuevamente, Holland America Line hizo un trabajo perfecto manteniendo su alto nivel gastronómico a bordo. Algo que se agradece al regresar a bordo tras un largo y extenuante día explorando las diferentes escalas.
Vida a bordo
Siendo el mes de octubre, la calidad de los puertos seleccionados y un itinerario de 15 días esperábamos un pasaje mayoritariamente viajero y de cierta edad.
No nos equivocamos. Al embarcar confirmamos que la media de edad estaría en torno a los 60 años, sin niños y multitud de nacionalidades venidas desde todos los rincones del planeta.
Eso sí, se notaban pasajeros muy viajados, cruceristas veteranos y ávidos de una experiencia única en Japón. Esta composición marcó en gran medida el ritmo a bordo.
Si bien a bordo del Noordam, tanto el equipo de animación no paraba de programar actividades, juegos y cursos, como los artistas presentando diferentes espectáculos diariamente tanto en World Stage, Rolling Stone Lounge o el Billboard Onboard, la mayoría de cruceristas estábamos más enfocados en prepararnos para el siguiente puerto.
No significa que no hubiera opciones de diversión a bordo. Muchas y muy variadas, pero la emoción de volver a bajar a un puerto y explorarlo hacía que el Noordam fuera como un maravilloso campamento base para reponer fuerzas, comer y planificar la próxima escala en alguno de sus amplios y cómodos salones como el Crow ‘s Nest.
Es aquí donde seguramente hemos pasado más tiempo.
El Noordam ha sido como un maravilloso campamento base para reponer fuerzas, comer y planificar la próxima escala en Japón
Sobre el idioma a bordo indicar que, aunque el inglés era el oficicial, no hemos tenido problema en comunicarnos cuando necesitábamos en español.
En nuestra cabina recibíamos las comunicaciones más importantes (requisitos de aduanas) y la bienvenida del capitán en español. El programa diario de actividades preferíamos en inglés (suele ser más completo que la versión traducida).
En el Front Office, o mostrador de asistencia al pasajero, siempre había 1 o 2 personas que hablaban perfectamente español.
Los espectáculos al ser musicales no necesitaban traducción. El mago y comediante si fueron en inglés, así como los cursos de manualidades (aunque eran fáciles de seguir).
Posiblemente la actividad que más hemos disfrutado han sido los paseos en cubierta a diferentes horas del día.
Una de las zonas que más nos gusta, y que hemos disfrutado especialmente en el Noordam, es la cubierta en la planta 3 “Promenade”.
Es imposible describir la experiencia de poder rodear el barco sobre una cubierta de madera contemplando el mar mientras vamos navegando junto a la costa japonesa. Y como las mejores cosas de un viaje en crucero, es gratis.
Otra nota distintiva ( y que cada vez valoro más) es sin duda el extremado buen servicio de la tripulación a bordo. En el Noordam reconfirmamos esa sensación de que el viajero es el centro y se le cuida. Siempre resolutivos, serviciales y con esa sonrisa que hace que en poco tiempo los sientas parte de tu grupo de amigos.
Conclusiones finales
Esta segunda aventura en crucero por Japón, ha sido finalmente la que habíamos soñado. No solo por la experiencia visitando el propio país, sino por la experiencia viajera que comenzaba a bordo del Noordam
En este punto me gustaría matizar algunos detalles que me llamaron la atención en ambas facetas del viaje.
Un crucero por Japón: volver a la época dorada de los cruceros
Navegar las aguas japonesas visitando sus encantadoras islas no es solo un viaje en crucero, es un viaje en el tiempo.
No me refiero a que nos convertimos en samurais. Me refiero que ha sido como volver a la mejor época de los viajes en crucero. Aquellos en que el crucerista era recibido por los locales de cada puerto, no como invasores, sino con los brazos abiertos mostrando lo mejor de la ciudad y cultura.
En cada uno de los puertos visitados se nos recibió con música, bailes, decenas de locales saludando a los pasajeros; quienes a su vez desembarcamos asombrados.
En cada localidad, pequeña o grande, la foto de nuestro barco estaba en los escaparates de las tiendas dandonos la bienvenida, y en los museos o atracciones teníamos descuentos al comprar las entradas al mostrar nuestra tarjeta del barco.
Al partir, nuevamente una gran fiesta en nuestro honor, que en algunos casos incluyó fuegos artificiales, y cientos de personas despidiéndonos con la mano.
En cada puerto fuimos el único barco (quizás por la cuidada selección del itinerario). No competiamos con otros cruceristas llegados en gigantescos megacruceros, ni siquiera en ciudades como Yokohama o Tokio.
Al crucerista no se le ve como el enemigo, sino que es el invitado que pasa unas horas al que se le quiere mostrar la belleza local para que regrese.
Así fue la época, en el no muy lejano año 2000, cuando comencé a viajar en crucero. El crucerista era especial allí donde llegaba, incluso en el Mediterráneo. Algo impensable en nuestros días.
Cruzo mis dedos para que estos itinerarios no mueran por saturación ( especialmente a manos de navieras que solo miran sus balances de beneficios) como ya ha pasado en otros mares cercanos.
Explorando Japón con Holland America Line
Hay pocas zonas del mundo donde un crucero sea el medio perfecto para explorar. Las cientos de islas y puertos a lo largo del archipiélago nipón tienen al mar como su conexión y están históricamente preparados para la llegada de barcos (especialmente desde que los occidentales les obligamos a abrir el país en 1853).
Pero no todos los barcos y navieras están preparadas para sacar lo mejor de esta aventura.
Japón es una delicada joya y necesita de un transporte y estética acorde. Aunque varios megabarcos operan cada año aquí, son los barcos medianos, como el Noordam, los que consiguen llegar a la esencia de su rica cultura y tradición sin alterarla.
En los puertos pequeños es donde vive la magia que engancha al viajero. Eso lo sabe muy bien Holland America Line al diseñar sus itinerarios.
El Noordam ha superado nuestras expectativas de acomodación, oferta gastronómica, de servicio y ha sido el medio perfecto para ampliar la experiencia única de 15 días recorriendo este maravilloso país.
VALORACIÓN
ms Noordam
Experiencia a bordo del ms Noordam de Holland America Line realizando un itinerario de 14 noches alrededor de las islas de Japón y una escala en Corea del Sur. Salida desde el puerto de Yokohama y regreso al de Tokio.
Un bello y detallado relato. Motiva y da ilusión de vivir esa experiencia pronto. Muchas gracias por compartir