Mi experiencia navegando en el MSC Seashore por el Mediterráneo
El MSC Seashore es, ante todo, una nave que impone nada más verla atracada en el puerto de Barcelona. Es grande en eslora (339 metros), en el ancho y, por supuesto, en altura que se percibe en su gran magnitud cuando subimos la escalerilla y miramos hacia arriba.
Por lo tanto, no es de extrañar que defina al MSC Seashore como “un barco con todo y para todos”. Ahora bien, no han tratado solo de aumentar en camarotes(que sí, que son 200 más que sus gemelos de la clase Seaside Evo), y en longitud (16 metros más) para un total de 10.000 m2 de espacio adicional, sino que se siente de forma muy destacada en que 13.000 m2 se han destinado a espacios al aire libre, lo que le convierte en el barco de MSC con mayor proporción de espacio exterior por pasajero. Y eso se nota.
Experiencia al embarcar y protocolos sanitarios
El embarque al MSC Seashore es muy rápido (no llega a diez minutos), teniendo en cuenta que la naviera aconseja a los pasajeros que la mayor parte de la documentación ya la tengan preparada de forma digital y online con anticipación.
A pesar de estar vacunado contra el Covid, eso no impide que los cruceristas deban realizar justo antes de entrar un test de antígenos (cinco minutos de duración).
MSC también obliga diariamente a una toma, al menos, de temperatura, que se cumple con facilidad ya que esa acción se realiza habitualmente en la entrada al buffet y en ciertos espectáculos.
Son innumerables los depósitos de gel hidroalcohólico a lo largo de toda la nave. Los lavabos públicos son del modelo “tres en uno”, es decir, que sin tocar nada se pasa la mano por debajo de tres bocas, una de agua, otra de jabón y una tercera de secado.
Entre las medidas establecidas en algunas zonas, hay que destacar que en el gimnasio se realizan dos procesos de limpieza general cada día, de media hora cada uno. Igualmente, el Pirates Cove, el parque infantil acuático se higieniza durante quince minutos, de hora en hora, para mayor tranquilidad, tanto de sus usuarios como de sus padres o familiares.
En los bares y salones, los camareros solicitan la tarjeta a cada pasajero que esté sentado, aún cuando no esté consumiendo o comiendo. Se trata sólo de un registro de seguridad sanitaria
Un barco para todos
No voy a ser yo quien etiquete ciertas actividades en un crucero para edades determinadas, pero lo que sí es cierto que soy de los que tiene claro que lo normal es que los mayores de 60 años, como yo, no busquemos actividades “muy movidas” como prioritarias.
Y sí es cierto que habitualmente hay cruceristas que me preguntan si este o aquel barco está “adaptado” a su edad.
En el caso de MSC Seashore tengo muy claro que mi respuesta, en este barco sería señalando que éste es un barco que tiene de todo, y está perfectamente preparado desde los más pequeños a los mayores. Todos, y cada uno tienen zonas que se amoldan a lo que se espera encontrar conforme a diferentes edades.
A destacar, también, que las familias tienen en el MSC Seashore no solo actividades para ellos, sino la posibilidad de agrupar hasta diez personas en camarotes contiguos y conectados.
Impresiones recorriendo el interior del MSC Seashore
Fiel al estilo MSC, el Seashore mantiene en su interior una base en la que predominan los colores claros, combinando preferentemente blanco, negro y diversos tonos de grises. Por supuesto, el cristal, los espejos, son una constante en todo el barco, en el que vuelven a sobresalir las espectaculares escaleras con cristales de Swarovski.
Sorprende como un “barco europeo” ha decidido que todo el ambiente sea con un marcado aire neoyorquino, cuyo máximo exponente es la enorme réplica de la Estatua de la Libertad, en una de las dos zonas centrales del buque, novedad ésta que permite que haya también dos zonas, en lugar de una sola, como lugares de máxima concentración de pasajeros. La tematización sobre la ciudad de los rascacielos está presente en todo el barco.
A destacar, el atrayente diseño “piratero” del parque acuático infantil, el Pirate Cove, atractivo ya de por sí sólo con verlo. Y otro tanto, con el Jungle Pool, cuyo nombre ya delata el espíritu de esta piscina cubierta, con techo retráctil, que vimos frecuentemente llena, pero manteniendo las distancias de seguridad previstas tras el inicio de la pandemia.
Otro punto muy concurrido, especialmente para realizar fotos y vídeos, es el Bridge of Sighs (Puente de los suspiros), con espectacular suelo de cristal viendo al fondo las piscinas y jacuzzis “infinitas” (otra novedad con vistas directas al mar desde la popa del barco), a 22 metros bajo nuestros pies. Muy cerca, un ascensor panorámico, de cara al mar, que merece experimentar sólo sea por las vistas.
Un barco con la última tecnología ambiental
Este es uno de los aspectos más sobresalientes del MSC Seashore. Para empezar, los ya mencionados 13.000 m2 al aire libre lo definen con un claro compromiso medioambiental, abierto al mar, como bien se demuestran con algunos restaurantes que cuentan con mesas en interior pero también en abierto, de cara directamente al mar.
Sistema Avanzado de Tratamiento de aguas residuales: todas las noches, en horas de madrugada, se cambia el agua en todas las piscinas, jacuzzis y zonas de spa, vaciándolas convenientemente limpiadas antes de devolverla al mar y ser sustituida por agua nueva. El barco, además, cuenta con la posibilidad (si el puerto lo permite) de cargar electricidad desde tierra mientras esté atracado.
En cuanto a las mejoras en eficiencia energética están los sistemas de recuperación de calor de la iluminación por LED.
Y la joya ambiental del MSC Seashore es el Sistema de Reducción Catalítica Selectiva, que ayuda a reducir el óxido de nitrógeno en un 90 %.
Experiencia gastronómica a bordo
Altamente recomendable adquirir uno de los variados paquetes de comidas en restaurantes de especialidad, los llamados temáticos. Ofrecen los denominados Dúo Dinámico, Trilogía y Los Cuatros Magníficos para degustar en dos, tres o cuatro restaurantes, respectivamente, a escoger entre Butcher´s Cut (carne deliciosa), Ocean Cay (productos del mar y mariscos, frecuentemente lleno, por lo que aconsejamos reserva), Kaito Sushi y Kaito Teppanyaki (japoneses, el segundo con espectáculo incluido), ¡Hola! Tacos (mexicano muy bueno), Cocktail Bar y el sobrio, elegante y lujoso Wine Cellar específico de vinos.
A ellos se unen, para diferentes ocasiones, el Central Park, el Tribeca y el 5ª Avenue. El precio de los paquetes son los de más asequibles que hemos encontrado en la actualidad.
El Marketplace aprovecha la longitud del barco para ofrecer en un doble espacio (babor y estribor) un buffet alargado, excesivamente para mi gusto, ya que si viste algo interesante y no lo escogiste tienes casi que hacer una caminata para volver atrás. Por el contrario, la variedad de platos es alta y la calidad, notable.
Observamos algunas colas, no extensas, en momentos puntuales, como en horas de salidas o llegadas de excursiones.
Mención aparte merecen las pastas, las pizzas y los helados italianos en calidad superior. No es de extrañar teniendo en cuenta de que estamos hablando de una naviera con arraigadas raíces itálicas.
Espectáculos y entretenimiento en el MSC Seashore
Para garantizar los niveles de separación de seguridad dentro del Madison Teatro, el principal, se realizan dos o tres actuaciones diarias del mismo espectáculo. Es tanto el celo que ponen en ello, que incluso no permiten que una pareja o dos familiares se sienten en sillones contiguos, sino que deben estar separados por un sillón.
Los espectáculos en el Madison Teatro son muy entretenidos, dinámicos e invitan a la participación del público. Se llena completamente, por lo que es imprescindible hacer reserva. Y con anticipación.
Le Cabaret Rouge es otro de los lugares a tener en cuenta. Un multiespacio que se utiliza tanto para clases de baile, como lugar de reunión, como bar y al tener un teatrillo, permite actuaciones en directo estilo cabaret. Normalmente son discontinuas, intemporales, por lo que es habitual verlo ocupado por grupos familiares o de amigos tomando copas.
Detalles interesantes que me llamaron la atención
● Para evitar aglomeraciones, el MSC Seashore está configurado de tal manera que siendo un barco muy grande, con posibilidad de muchos pasajeros, ha sabido crear múltiples ambientes (17 bares y salones, 10 restaurantes, 6 piscinas, dos atrios, etc) que hacen que los cruceristas no se agolpen en un solo espacio, sino que estén dispersos en grupos más reducidos, eliminando así la posible impresión de estar continuamente aglomerados.
● Los jóvenes cuentan con tres clubes específicos conforme a sus edades: Baby Club, Mini & Juniors, Young & Teens Club.
● El spa tiene un éxito inesperado para mí, lleno con frecuencia y con variado menú de tratamientos.
● El Yatch Club, la zona más exclusiva de MSC Cruceros, ocupa dos plantas de la nave.
● Hay muchas pantallas interactivas por todo el nave, para realizar consultas pero también reservas (comidas, espectáculos, etc) que simplifican las labores en la recepción, así como evitan esperas innecesarias.
● El paseo marítimo, rodeando el MSC Seashore, tiene nada menos que 540 metros de largo. Es toda una delicia pasear con el mar como único protagonista.
● Para los amantes del deporte, el American Sports Bar cuenta con espacios reservados, siempre con televisión, incluso para solo dos personas, pero también para cuatro o para grupos más numerosos. Además, de mesas abiertas y la barra del propio bar, con una docena de pantallas todas con canales diferentes.
● Y para los “chocolateros” es inevitable una vuelta por el elegante Venchi 1878 Gelato. Delicioso chocolate. Si prueba, probablemente repetirá. Eso sí, tiene un coste añadido.
● Si tienes oportunidad, utiliza el Barber Shop. Merece la pena, dese un gusto. Y tiene un precio más que asequible.
● Hay varias zonas, apartadas, al aire libre, como áreas para fumar: en el Signature Casino, en el Brooklyn Café, en el Infinity Pool, en el Horizon Bar y en el Aurea Bar.
● La conectividad de internet, incluso en alta mar, es muy buena.
Conclusión final
El resumen final de mi experiencia navegando en el MSC Seashore es que la relación calidad/precio es alta, y justifican sobrada y plenamente un crucero en este espectacular barco.
En todo momento me sentí seguro, algo que se valora en estos complejos momentos, en contacto contínuo con el mar y con la certeza de que es un barco que lo tiene todo para todos.
¡Felices próximos cruceros, y espero veros a bordo muy pronto!
Manuel Negrín
Editor Regional
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Publicado: 9 septiembre 2020
Autor: Manuel Negrin para CruceroAdicto.com
Fuente y Fotos:CruceroAdicto, Manuel Negrin
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