Crucero Mediterráneo en el Norwegian Jade: Diario de a bordo
Jesús Rico
● Crucero Mediterráneo en el Norwegian Jade: datos del viaje
Nuestro redactor Jesús Rico nos cuenta a modo de diario todas sus experiencias a bordo de éste magnífico barco de NCL , donde pudo vivir la sensación del “Freestyle Cruising” característico de esta naviera.
Norwegian Jade, diario de a bordo
⚓ Crucero Mediterráneo en el Norwegian Jade: Accedimos al barco Norwegian Jade el domingo 13 de febrero al mediodía. Sin embargo, nuestro viaje había empezado un par de meses antes, cuando cliqué el botón de compra de la agencia de viajes que había escogido en esta ocasión para reservar el crucero. Desde ese mismo día comencé a buscar información de todas las escalas entre la que destacaba como plato fuerte del crucero la capital de Egipto, El Cairo, en una escala de dos días; al menos para mí era la joya de este crucero, ya que mi mujer deseaba desde hacía unos (bastantes) años pisar la Acrópolis de Atenas. También empecé a recopilar información de Norwegian Cruise Line, del Norwegian Jade, del Freestyle Cruising de la naviera, etc…
Pasaba el tiempo y ya tenía todo más o menos organizado cuando las protestas del pueblo tunecino se trasladan al egipcio y con ello la cancelación de la escala de Alejandría y su cambio por Estambul. El cambio de itinerario, a priori, era muy bueno, ya que la antiquísima ciudad turca es sencillamente espectacular. Sin embargo, ya estuve en el 2008 una semana de vacaciones en ella, lo que hizo que no me ilusionara en demasía (hubiera preferido un cambio por Jordania y Tierra Santa). Aun así seguimos adelante con la reserva porque en un crucero el barco es un destino en sí mismo con muchos y variados servicios a bordo.
● DÍA 1 – BARCELONA
Por fin llega el 13 de febrero, el día D, y hacia la terminal B del puerto de Barcelona que nos dirigimos. Para evitar las típicas aglomeraciones que se producen siempre en los embarques, decidimos acercarnos a la terminal C, donde nos tomamos unas cervecillas antes de iniciar nuestro embarque. Cuando llegamos a nuestro punto de embarque el edificio aún está saturado de gente, pero como nos alojamos en una minisuite no tenemos que hacer cola y nos acompañan hasta el camarote, donde nos encontramos con las maletas ya en la puerta del mismo; nunca habían sido tan rápidos en los anteriores cruceros que habíamos realizado. Bien, dejamos las maletas en su interior y nos disponemos mi mujer y yo a deambular por el barco en busca del buffet para realizar la primera comida en el barco.
El comedor del buffet no es pequeño, pero a esas horas está atiborrado de pasajeros de todas las nacionalidades, por lo que cuesta encontrar mesa para empezar a degustar los manjares que NCL nos va a ofrecer, aunque en esos momentos aún no sabíamos que calidad íbamos a encontrar. Después de comer nos encontramos con las tres parejas que habíamos conocido por internet y que serán nuestros compañeros de viaje durante las dos semanas que dure el crucero. La impresión sobre las otras personas es buenísima desde un primer momento. Tras la primera toma de contacto nos citamos unas horas después. Nosotros nos dirigimos al camarote donde nos espera la labor de deshacer las maletas, guardar la ropa y dormir una siestecilla.
A la hora acordada con las otras tres parejas nos acercamos a la reunión que la naviera ha organizado para todos los pasajeros de habla hispana. Cuando ésta termina y con la boca seca nos pedimos unas cervecillas antes de dirigirnos al Stardust Theater para asistir al primer espectáculo del Jade. Éste, sin ser muy original, era un musical de Abba, nos muestra que los artistas del Jade son muy buenos y que los días venideros el teatro será una visita obligada. Después del musical una pareja de acróbatas siguen entreteniendo a los clientes que han asistido al magnífico teatro. Esta pareja ha trabajado en el Circo del Sol, lo que demuestra el compromiso de la naviera en ofrecer espectáculos de calidad y entretener a todo el pasaje.
Terminado el espectáculo y con el estómago vacío debemos tomar la primera decisión difícil del crucero: «¿Dónde cenamos?» Con el gran número de posibilidades a los que acudir se nos antoja complicada tomar la decisión. Después de una ardua deliberación acordamos cenar en el restaurante Blue Lagoon. Buf, que fue un gran acierto. La comida es magnífica y destacan las alitas de pollo sobre cualquier otro plato. Pensé, y así se cumplió, que durante los días que durara nuestro viaje varios platos de alitas de pollo terminarían ayudándome a recuperar fuerzas tras las excursiones. A los que hayan probado las hamburguesas del Johnny Rockets en Royal Caribbean les emplazo a viajar con NCL y que prueben sus alitas; están al mismo nivel que las magníficas hamburguesas de la franquicia americana.
Mientras degustábamos las maravillosas alitas, en la cubierta 7 Dave Morgan, un estupendísimo guitarrista, amenizaba a los clientes que tomaban alguna bebida en el Aloha Bar, cubierta 7, y a los que en esos momentos cenábamos en el Blue Lagoon o en el Paniolo’s de la cubierta 8. Durante las dos semanas de crucero acudiría en más de una ocasión a ver como interpretaba clásicos de Gary Moore, Chuck Berry o Santana entre otros.
● DÍA 2 – NAVEGACIÓN
Este día sirvió para descubrir algunos lugares del barco, como el salón Gran Pacific donde desayunamos. Fue la única vez que no empezamos nuestro día comiendo en el Buffet (Garden Café), junto con el día de escala en Atenas, que aunque tenía menos calidad que cualquier otro restaurante del barco esta no dejaba de ser verdaderamente aceptable, además de tener mayor variedad y la no desdeñable posibilidad de repetir.
Tras el desayuno nos habíamos citado con el GSC, José Piedra, en la recepción del barco con el que debíamos concertar la entrevista con el capitán y el director del hotel. Después de una agradable charla con José tomamos la decisión de realizar dicha entrevista cualquiera de los días de navegación y que seríamos avisados con tiempo suficiente.
Cuando nos despedimos de José tenía marcado en el «Freestyle Daily» la fiesta de la cerveza en el Great Outdoors. Con la orquesta del barco amenizando con música tradicional alemana el evento y con una buena cerveza en la mano pasamos unos divertidos momentos acompañados de la pareja sevillana.
Después de una copiosa comida y una siesta revitalizante, el teatro presentaba un musical de corte sesentero titulado Shout. Yo, como amante de la música de esa década no podía faltar a esa cita. Con las otras dos parejas, las de Viladecans, disfrutamos de un gran espectáculo en el que sólo participaron las artistas femeninas del Jade. Quizás eché de menos alguna canción mítica interpretada por el elenco masculino o que usaran también el español entre canción y canción (prácticamente imposible), pero la actuación fue soberbia y la voz de las cantantes prodigiosa.
Esa noche, después de la actuación, cenamos en el salón Alizar, un restaurante espacioso, pero que su luz atenuada lo convierten en un perfecto lugar para cenar con tu pareja. La calidad de la comida de este restaurante es magnífica; de hecho el filete que me comí era magnífico. La cocina de este restaurante abastece también al otro salón del barco, el Gran Pacific, por lo que en una fugaz mirada, en el momento que las puertas de la cocina se abrieron, pude comprobar el tamaño de la estancia y el gran número de personal que NCL destina para cuidar uno de sus emblemas, la comida. Después de la cena y una bebida digestiva en la discoteca del barco, Spinnaker Lounge, nos fuimos a dormir ya que el día siguiente iba a ser físicamente duro con la primera escala del crucero, Roma.
Jesus Rico
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