Embarco, junto con mi esposa, hoy en Barcelona, en una ruta que pasa por Civitavechia (Roma), Nápoles, Atenas, canal de Suez, Petra y final en Dubai, con el Ovation of the Seas.
Dos atractivos se suman a éste nuestro 15º crucero: es el primero con la Royal Caribbean, y el segundo caso en el que prácticamente tomamos el barco recién salido de astilleros.
Y aunque será ésta una apreciación diaria muy particular, se unirán los comentarios de otros tres compañeros redactores de CruceroAdicto.com (Jordi, Julio y Santiago) en diferentes vertientes, conformando así una información global, y esperemos que muy completa, de este viaje inaugural del Ovation of the Seas.
● Embarque:
Muy rápido, pero con una, en principio, rara experiencia: no nos dieron las tarjetas de embarque en la facturación. Tampoco nos supieron explicar dónde las tendríamos. Algunas personas se dirigieron al mostrador de recepción, lógicamente con una gran cola. Y, ¡oh, sorpresa! las tarjetas están en la puerta de entrada del camarote. Pero hay que averiguarlo, porque el personal al que preguntamos tampoco lo sabía. Suponemos que Royal adiestrará convenientemente en el futuro a su personal en estos menesteres porque el despiste es para temer lo peor nada más comenzar el crucero.
● Primera impresión general:
El Ovation of the Seas no es que parezca enorme por fuera, es que también es grandioso por dentro. Ofrece múltiples y diferentes estancias como para no aburrirse y cambiar de actividad frecuentemente. Es decir, una primera impresión muy buena. El Bar Biónico ya atrajo la atención desde los primeros instantes; sospecho que va a ser de los más fotografiado y en tomas de vídeo de todas las actividades del barco.
El simulacro de emergencia fue a una hora inhabitual, las diez y media de la noche. Rondando la medianoche, casi una treintena de cruceroadictos nos reunimos para saludarnos, conocernos, y prepararnos para la excursión conjunta que realizaremos en Petra.
Minutos antes del horario previsto de salida, el Ovation enfila la ruta hacia Civitavecchia.
