A mediados del siglo pasado, concretamente en 1957, tuve el privilegio de poder viajar en el MS Augustus, con tan solo 8 años desde el puerto de Santos (Brasil) a Montevideo (Uruguay).
El viaje no resultó muy largo, tan solo 3 días y pocos recuerdos tengo de los detalles por tantos años transcurridos, pero sí me quedó muy grabado en mi memoria.
Cuando navegábamos por el Golfo de Santa Catalina ó Catarina por el sur de Brasil, (atlántico sur) destino Montevideo, el balanceo en la zona de grandes tormentas huracanadas y el mar enfurecido con enormes olas. En dicho Golfo descansan en su fondo muchos barcos.
La historia de la naviera Italia Societa di Navigazione (Génova), fundada en 1932, tras el final de la Segunda Guerra mundial la compañía había perdido una gran parte de su flota, entre ellos SS Rex y SS Conti di Savoia mientras que los barcos supervivientes fueron reparados como MS Saturnia y su hermano MS Vulcania, SS Conte Grande y su gemelo Conte Biencamano.
Al haber pasado momentos muy difíciles que hoy en día todavía hay mucha confusión con diferentes interpretaciones de lo ocurrido.
Planearon en construir dos nuevos trasatlánticos de 27.000 TRB para el post-servicio de la guerra y reemplazarlos por dos nuevos buques, el Giulio Cesare y Augustus, que fueron signos de poder y belleza para cubrir el servicio a Sudamérica, concretamente a Rio de Janeiro, Montevideo, y Buenos Aires.
Estos dos nuevos buques marcaban el inicio de una nueva era para la línea Italiana.
Al poco tiempo se inicio la construcción de otros dos nuevos trasatlánticos, el SS Andrea Doria (14 enero 1953 – 25 julio 1956, hundido tras chocar contra otro barco) y su gemelo SS Cristoforo Colombo (1956 – 1982 desguazado) de 29.000 TRB.
Ya en 1958 continuaron con el plan de crecimiento y se construyeron 3 nuevos buques más grandes que los anteriores: SS Leonardo da Vinci (30 junio 1960 – 23 setiembre 1978 incendio misterioso) – SS Michelangelo (5 de mayo 1965 – 5 de julio 1975 vendido a Irán) y SS Rafaello (10 de julio 1965 – 6 de mayo 1975 vendido a Irán).
Italia Societa di Navegazione: Giulio Cesare y Augustus
El Giulio Cesare y el Augustus, iniciaron su navegación con muy poco tiempo de diferencia, tan solo meses.
El primero realizó su viaje inaugural el 27 de octubre de 1951 desde Génova – Nápoles y siguiendo su ruta trasatlántica con destino final Buenos Aires. Sin embargo el Augustus lo hacía el 4 de marzo de 1952.
Ambos barcos fueron construidos en los astilleros Cantieri Riuniti dell´Adriático de Monfalcone y en Trieste (Italia).
Los datos técnicos para el Giulio de 27.078 TRB, eslora 207 m. manga 26,6 m. calado 8,5 m. y 9 cubiertas totales.
Su tracción fue de hélices gemelas y propulsado por dos motores diesel de 12 cilindros FIAT 27.000 BH. Referente al Augustus las características fueron las mismas a diferencia que éste disponía 27.090 TRB.
Al Giulio Cesare el 29 de junio de 1956 se le cambió la ruta, de Génova – Cannes – Nápoles y New York hasta 1960, pasando posteriormente a su ruta inicial, mientras que el Augustus mantuvo siempre la misma ruta a Sudamérica.
Italia Societa di Navegazione: cómo eran las instalaciones a bordo
Ambos barcos inicialmente disponían de tres categorías denominadas: FIRST CLASS – CABIN CLASS – TOURIST.
Esta última era especialmente destinada a los emigrantes, que marchaban de Europa para ir a hacer las Américas y escapar de los difíciles años europeos, en sus grandes mayorías de nacionalidad italianas, españolas y judías, mientras que las otras dos clases eran para los pasajeros más pudientes económicamente.
Sus instalaciones eran muy modernas para la época y variaban bastante según la categoría elegida por los pasajeros, pero todas muy dignas de un gran trasatlántico.
Después de 1964 y tras unas reformas, las dos clases First y Cabin se unificaron para unos 180 pasajeros y ampliando así la clase turista para 900 personas. La naviera hacía gala de elegantes salones con grandes murales, decoración artística, y amplios espacios.
El salón Belvedere como principal, salón piano bar, cafeterías, salón de lectura y escritura, sala de juegos de mesa, restaurantes muy acogedores y una gastronomía buena y con gran tendencia americana.
A destacar la hermosa capilla donde podías pasar unos momentos de meditación, con un capellán siempre pendiente de los pasajeros.
Los camarotes de primera clase disponían de camas bajas con colchas estampadas a juego con las cortinas del ojo de buey, mesita con dos butacas y bastante amplios. Los de la clase turista a pesar de las tarifas reducidas eran correctos, disponían de literas, lavabo, pero de tamaño bastante estrechos.
Los exteriores: Los barcos fueron de unas fantásticas líneas estéticas y grandes transatlánticos de la época, hoy los vemos muy diferentes pero siguen siendo admirados por los defensores de los estilos clásicos.
Lo que llamaba mucho la atención eran sus amplias cubiertas de paseo con sus sillas hamacas de madera, cubiertas de sol .Disponían de dos piscinas, una para cada clase y que a partir de la reforma también disponían de un bar. La bonita chimenea centro del barco con los colores de Italia.
Tras el paso de los años, les llego su final, el Giulio Cesare con una grave avería en su timón de dirección, se vio obligado a regresar a Nápoles para su desguace (1951 – 1973).
El Augustus en 1976 fue vendido sin conocer su paradero real hasta que en 1980 cambió de nombre MS Philippines que fue adquirido para un hotel flotante y finalmente en 2012 fue desguazado.
El periodo de tiempo con la compañía Italiana fue (1952 – 1976). Hay datos muy confusos y nada verídicos desde que lo dejó Italia Societa di Navigazione.
En 1981 la compañía dejó los cruceros para dedicarse al mercado mundial de mercancías con barcos porta-contenedores.
Quiero concluir diciendo que la historia siempre tendrá presente a todas las navieras y barcos, que en su día fueron pioneros en surcar los mares y océanos, eran los cruceros de entonces. Y muy en especial al Giulio Cesare y Augustus.