Crucero Alaska en el ms Statendam
Navegación y Cena de Gala. Enjoy!
MS StatendamNaviera: Holland America Line Año construcción: 1993 Tonelaje: 55.819 Tn Pasajeros: 1627 Tripulación: 558 Itinerario: Seward; Scenic Cruising College Fjord; Glacier Bay National Park; Haines; Juneau; Ketchikan; Cruising the Inside Passage; Vancouver |
Visitando las cocinas…
Enjoy (disfruta), será a partir de ahora, nuestra palabra del crucero. En cada parrafada que dicen por megafonía; en cada contestación a tu pregunta; en cada cosa que te sirven o te facilitan; siempre, te añadirán la palabra mágica: ¡¡¡Enjoy!!!
Sigue nublado con 7 grados y verdadero frío en las cubiertas exteriores. La navegación es por un fiordo bastante ancho, que hace que durante algunas horas vayamos cercanos a tierra.
Después de desayunar, nos unimos a un tour por las cocinas, es una de las actividades posibles del día, y es gratuito. Tiene bastante aceptación, y hay un completo en la lista de apuntados.
Nos reciben en la entrada al Rotterdam, y desde allí, en fila, hacemos un recorrido programado. En la puerta algunos de los cocineros y ayudantes y, entre ellos, encontramos a un joven español de nacimiento, pero que lleva fuera y viajando desde pequeño. Nos encanta verle por oírle hablar español, y porque es tremendamente simpático (luego lo encontraremos en las actividades que se realizan en el Culinary Arts Center). La impresión que me dan las cocinas es de estar maravillosamente limpias, muy recogidas, con actividad solo en algún rincón específico, ya que cada zona es para un tipo de alimentos. Con muchos puntos para lavado de manos, carteles para recordar el lavárselas, y con un detalle estupendo: los grifos se abren con pedales para el pié.
|
El paseo fue de lo más agradable, y al final como despedida, nos ofrecieron chocolate blanco o negro en la zona en la que preparaban las pastas y dulces para la ceremonia de té clásico, programada para primera hora de la tarde.
Al salir, contactamos también con otro chef, mejicano, de habla española.
Algunas cifras:
El staff del Dining Room es de 95 personas y el Kitchen Staff de 81.
En un crucero se pueden gastar: Carne 8500 libras; Pescado 2000 libras; Vegetales 1200 libras; Sandías 1800 libras; Arroz 2100 libras…
Paseamos un buen rato en la cubierta de paseo para hacer algo de ejercicio; aunque no cogemos ascensor nunca, y aquí, desde el piso 4 al 12 es un buen esfuerzo cada vez.
Pasamos por la recepción, en la que hay una fuente de sirenas en metal, preciosa, pero un poco exagerada (desde mi punto de vista), ya que ocupa todo el hueco central de los tres pisos que se asoman a ella. Allí saludamos al Jefe del Front Desk: Juan Carlos Fernández, que es mejicano, y por ello hispanoparlante, y era nuestra persona de contacto ante cualquier problema o duda ocasionados por el idioma.
Es una persona exquisitamente educada y muy amable, que solucionó cualquiera de las dudas que tuvimos que consultarle.
|
Fuimos al Culirary Arts Center, para asistir a una clase: “Cocina de Alaska: preparar salmón con patatas y espárragos”. La sala es muy amplia, con asientos tipo cine, y un escenario en el que nuestro cocinero español y la directora de animación, hicieron una receta de salmón, explicándola al público. El cocinero tiene tablas, buen hacer y soltura, y además es guapo. Una joya para hacer un programa de cocina para cualquier TV. Además aprendimos cosas curiosas para cocinar el salmón.
Nos facilitaron también la receta por escrito.Es una idea estupenda el incluir este centro y sus recetas en las actividades del crucero.
Comemos en el buffet. Las primeras 48 horas no son de buffet libre, para evitar el virus del estómago entre los pasajeros.
El buffet no tiene demasiadas posibilidades de elección, sobre todo entre los platos fuertes. Aunque sí tiene otras opciones, como huevos sobre tostadas de diferentes tipos (entre ellos los famosos huevos Benedic), sándwiches o bocadillos, ensaladas, comida asiática, frutas… Al ser doble no tiene en ningún momento problema de colas ni de esperas.
Continuamente están retirando los platos y vasos de las mesas y limpiándolas, así pocas veces tuvimos que esperar para conseguir una mesa, o para que nos la prepararan.
Ceremonia del té clásico a las tres de la tarde en el Rotterdam: algo muy curioso y agradable, muy conocido de las películas, pero no por ello menos apetecible de probar. La única pega fue la hora elegida. A pesar de que embarcados cambiamos el horario, y comemos y cenamos prontísimo, las tres de la tarde es demasiado pronto para poder probar bocado. Aún así fui para conocerlo. Las mesas exquisitamente preparadas, con los servicios de plata en mesitas auxiliares, y las diferentes clases de bolsitas de té en cajas pulidas de madera. A la entrada, te ofrecían un plato en el que te podías servir todo tipo de bocados salados como mini-sandwiches, canapés, riñones en volovanes… y también de dulces, como pastitas, chocolates, bombones, pastelillos, trozos de diferentes tartas…que luego fueron sirviendo en las mesas. En ellas te ponían también el té elegido en el servicio de plata. Con una bonita vajilla.
No fui capaz, más que de probar un par de canapés, y el té con una nube de leche. Me fui y aún seguían pasando fuentes con dulces.
Todo delicioso.
Taichi a las 5 de la tarde, en la piscina cubierta, con un extraordinario monitor, que desgraciadamente no hablaba español. También es gratis.
Internet en la biblioteca, hay que mirar los correos. Será uno de los sitios más agradables que encontramos, no ya solo para usar el ordenador, sino para leer, descansar, o mirar el mar desde sus magníficos sillones frente a las enormes cristaleras de suelo a techo.
Verdaderamente el día se pasa volando y hay que arreglarse para cenar. Era día de cena de gala, con lo que por todo el barco te ibas encontrando gente estupendamente vestida.
|
Nosotros cenamos en el Pinnacle Grill: Es un restaurante no muy grande, ideal para una cena íntima para dos, o de celebración. La vajilla es de Bvlgari, los cubiertos Riedel y la mantelería finísima. Todo un conjunto muy agradable. Se paga suplemento de 10 dólares en la comida y de 25 en la cena.
Cenamos:
-Entrante de gazpacho en vasito de chupito: muy bien presentado, pero nada que ver con nuestro gazpacho; era tomate con algo de pan y chiles, poco batido, con lo que se le notaban todas las semillas y la piel, y picaba mucho.
-Pastel de cangrejo -Salmón ahumado y otra loncha marinado
-Salmón plancha con guarnición de arroz y crema de espinacas
-Filete Mignon con guarnición de setas y cebolla caramelizada
-Creme Brulee de café, vainilla y chocolate (una delicia de postre, no solo para el paladar, sino para la vista).
-Sorbete de mango.
-Botella de vino blanco Reislig, suave, dulce y afrutado.
El restaurante está muy bien puesto, con un excelente servicio, atento, agradable y dispuesto a que te resulte todo perfecto. Nos preguntaron multitud de veces si todo estaba bien, el maître varias veces más; y todos tenían curiosidad de saber de dónde éramos. Al decirles que de Madrid, siempre la misma contestación: Real Madrid, qué bueno…
El maître es hindú, los camareros mejicanos y, la única chica, muy eficiente, con una sonrisa maravillosa y muy simpática, filipina.
Después fuimos al teatro, había un “Show de canciones Broadway”, que estuvo muy conseguido en música y actuaciones. Sus sillones son muy cómodos.
Continuará…
MªAngeles y Vicente
¿Pensando en un Crucero por Alaska?
Comprueba el calendario de cruceros con descuentos, itinerarios y disponibilidad de camarotes. Aprovechate de las ofertas de ultima hora que van apareciendo
Mª Ángeles Ruiz y Vicente Cañón
Desde siempre viajar ha sido una de las cosas que más nos ha gustado. España la conocemos bastante, y poco a poco vamos ampliando con otros países Nuestra primera experiencia con los cruceros fue en el 1998, con el buque D. Juan, una pieza ya casi histórica en ése momento, con el encanto de un barco sumamente marinero y adornado con maderas oscuras. Era un crucero por el Mediterráneo, en el mes de noviembre, y durante toda la semana que duró, no hubo un día en que el mar estuviera tranquilo. Las olas eran tan grandes que parecían sobrepasar el barco y, se movía tanto, que era imposible caminar bien ni siquiera agarrado. A pesar de ello, nos enamoramos de esa forma de viajar y, afortunadamente, seguimos disfrutándola. Ya hemos realizado 14 cruceros. Y desde que con internet se puede diseñar mejor cada escala, parece que se empiece a vivirlas mucho antes de llegar a ellas. En barco hemos conocido todo el Mediterráneo; Noruega y Cabo Norte; el Atlántico hasta Casablanca y Agadir, la Patagonia desde Buenos Aires hasta Santiago de Chile; Islas de Grecia y Turquía con un velero de Star Clippers; bastantes islas del Caribe; el Báltico; y últimamente un transatlántico Barcelona-Miami. Nuestros próximos proyectos son Alaska y Canadá costa Oeste, o Canadá costa Este. Aunque la lista es muy larga, y cada día se van añadiendo nuevas posibilidades. Mª Ángeles Ruiz y Vicente Cañón | |