Lo que se suponía que iba a ser un viaje de placer, ha terminado con una desagradable sorpresa.
Y es que después de un minicrucero desde el puerto alemán de Kiel, hasta la capital de Noruega, Oslo, una familia de cruceristas alemanes ha recibido una factura de su operador de telefonía por un valor que supera los 12.000€.
¿El motivo? Parece ser que el pequeño de la familia activó los datos de su terminal y pasó un tiempo viendo vídeos online.
Al estar en alta mar, el teléfono ya no estaba conectado a su red habitual y sí al satélite que estaba conectado el barco, por lo que la nueva legislación europea, que elimina las tarifas de itinerancia, no se podía aplicar.
Las leyes alemanas permiten cobrar hasta 30€ por mb consumido cuando un terminal se conecta a un satélite de este tipo.
Finalmente el niño consumió 470 mb durante el viaje, y aunque la operadora no cobró el máximo, sí que es cierto que la tarifa aplicada es de unos 26€ por mb.