Han pasado casi dos años desde que pisara la moqueta de un barco de cruceros por última vez. En aquel lejano 18 de diciembre de 2019, el motivo fue, igual que ahora, una visita a un buque, casualmente también de Costa Cruceros.
En aquella ocasión era la presentación oficial en España del Costa Smeralda.
Un barco que había levantado muchas expectativas, puesto que era el primero que Costa Cruceros había construido sin la supervisión de Joseph Farcus, que llevaba ligado a la naviera desde que diseñara el Costa Atlantica, buque que fue inaugurado en el lejano 2000.
El Costa Smeralda cumplió con creces las expectativas y el nuevo Costa Firenze, aunque muy distinto en cuanto a estilo y decoración, no le va a la zaga.
El primero tiene un estilo muy moderno y en el segundo destacan unas líneas decorativas más clásicas, trasladando la bella ciudad toscana Firenze (Florencia) a un barco de cruceros
Pero antes de hablar del último buque de Costa Cruceros, merecen especial atención los cambios llevados a cabo para poder acceder al barco en una visita.
Las facilidades y medidas de control para visitar el nuevo Costa Firenze han cambiado sensiblemente con respecto a las que había anteriormente.
En aquel momento acceder a un barco era sumamente sencillo.
Ahora no. En la terminal, toma de temperatura a todas las personas que acceden a ella y el temido test de antígenos, que todos los pasajeros deben pasar y que también es obligatorio para las visitas.
Por si no fuera poco con esto, se debe presentar un test PCR (nasofaríngeo o de saliva), obviamente con resultado negativo, realizado previamente al viaje al puerto de embarque.
Después de recibir el resultado del test de antígenos, el acceso al barco se realiza en grupo, quedando prohibido separarse del mismo durante toda la visita.
VISITANDO EL COSTA FIRENZE EN BARCELONA
Después de tanto tiempo volver a entrar en un barco de cruceros produce una sensación indescriptible; era como volver a ser crucerista primerizo, en el que todo en el buque te sorprende y te deja boquiabierto.
Sorprende también comprobar cómo han cambiado los atrios de los últimos barcos de Costa Cruceros. Si hasta el Costa Diadema los barcos de la compañía de cruceros italiana destacan por sus atrios altos y con ascensores panorámicos, la inauguración en el año 2019 del Costa Smeralda cambió por completo este concepto.
En el Costa Firenze continúa la tónica de un diseño de atrio menos monumental que ocupa tan solo tres cubiertas (de la 3 a la 5), aunque exhibe una elegante y clásica decoración con moqueta roja y pasamanos de madera.
En el centro del atrio, llamado Piazza Della Signoria, igual que una de las plazas más célebres de Florencia, se ubica una columna coronada por un león que emula los dos leones de la Logia Della Signoria o dei Lanzi. Sin embargo, si los leones de la Logia apoyan su pata sobre una esfera de mármol, el del Costa Firenze hace lo propio sobre el escudo de la ciudad italiana.
Como en otros barcos este atrio vertebra las zonas comunes interiores del Costa Firenze. De hecho solo hay camarotes en proa de la cubierta 3 y en popa en la cubierta 5. El resto de los espacios de esas tres cubiertas son de uso público.
Aquí se hallan los dos restaurantes principales del barco. El elegante Ponte Vecchio, que es capaz de ofrecer muchos ambientes íntimos gracias a los elementos decorativos que fragmentan la estancia, y el espectacular Ristorante Dei Medici (cubierta 3 y 4), con una decoración que recuerda a la del Baptisterio de San Juan en la Piazza del Duomo de Florencia u otros edificios religiosos italianos.
En estas cubiertas también hay más oferta gastronómica, puesto que la mayoría de restaurantes de especialidades se hallan distribuidos en este lugar. Los hay para todo tipo de paladares.
En nuestra visita solo probamos las excelentes carnes o las no menos notables langostas de La Fiorentina Steak House, pero los cruceristas tendrán la posibilidad de probar clásicos orientales como el Teppanyaki; el Casanova, que aunque es para los pasajeros de las suites, también pueden ir el resto del pasaje previa reserva; otras opciones de las cubiertas interiores son Frutti di Mare, Linai BBQ, Sushino at Costa o el curioso Hot Pot, en el que los pasajeros se convierten en chefs al cocinarse su propia comida.
La oferta de entretenimiento de estas cubiertas se completa con diferentes salones (Toscany, Viareggio o Della Moda), galería de tiendas, bares como el Bella o el situado en el atrio que rodea el león con el escudo de Florencia, el casino o el coqueto Teatro Rosso.
Al igual que en el atrio la decoración de todas estas zonas comunes sigue una misma pauta en el que se alternan elementos clásicos con imágenes de Florencia o la región de la Toscana, de la cual es capital la ciudad italiana.
La mala suerte de perder tanto tiempo en la terminal de cruceros a causa de los protocolos de seguridad, ocasionó que la visita fuese incompleta y, por lo tanto, muchas cosas se quedarán en el tintero, sobre todo lo relativo a las zonas comunes de las cubiertas exteriores.
Después de nuestra excursión por las cubiertas interiores, nuestra primera toma de contacto con el exterior fue en la zona de popa de la cubierta 5.
Aquí se ubican algunos de los camarotes que más pueden gustar a los cruceristas, puesto que tienen un balcón extra grande y con acceso directo al bello Lounge Della Moda, así como a un bar exterior al que pueden acceder a través de una puerta cerrada con llave y que solo poseen los pasajeros de estas cabinas.
El resto de zonas comunes exteriores se encuentran a partir de la cubierta 10. Si en el interior despunta el Ristorante dei Medici, en el exterior es el Giardino Delle Rose (Jardín de las Rosas) el lugar más llamativo. Ideal para la celebración de todo tipo de eventos, destaca su colorida decoración florida.
Curiosa la gran afluencia de cruceristas en este lugar; por un momento parecíamos regresar a la tan ansiada normalidad aunque fuese solo por un instante.
La piscina con cubierta retráctil es otro hermoso espacio del Costa Firenze, porque aunque atenuada con respecto a los locales interiores, el buen detalle decorativo también está presente en la misma.
También los pasajeros más activos del buque tienen en estas cubiertas superiores propuestas muy interesantes. Muy vistoso el completo parque acuático, que hará las delicias de los cruceristas (con zona destinada a los más pequeños de la casa incluida), pero no menos interesantes son el Fitness Garden, la pista multideportiva, el gimnasio o el minigolf.
Lamentablemente no estaba prevista la visita al bufé y el resto de oferta culinaria (Seafood Shack, Pizza Napoli o Burger Bar) de la cubierta 10, por lo que poco puedo escribir sobre ella.