Cuando me ofrecieron trabajar como consignatario o port agent, me asaltaron las primeras dudas.¿Que tendré que hacer? Que voy hacer con ellos? ¿Qué puedo aportar yo?. Así me levanté un día a finales de junio de 2005.
Había una vacante en una empresa en el puerto de Palma de Mallorca y amigos míos me informaron que buscaban una persona que podía encajar con mi perfil y fue así como me incorporé a Verlio Shipping como consignatario.
Ya conocía el puerto de Palma de Mallorca porque en mi anterior ocupación había realizado algunas excursiones como guía acompañante con pasajeros de cruceros de compañías como Costa Cruceros y MSC Cruceros y es ahí donde descubrí estos “bichos” grandes y elegantes que flotaban en el agua.
Pero no sabía nada de la profesión de consignatario y sus funciones.
¿QUE ES UN CONSIGNATARIO ?
Hay varias maneras para responder y explicarlo. Consultando la R.A.E. (Real Academia Española) encontamos varias definiciones al buscar por el término:
1. m. y f. Persona que recibe en depósito, por auto judicial, el dinero que otra consigna.
2. m. y f. Acreedor que administra, por convenio con su deudor, la finca que este le ha consignado, hasta que se extinga la deuda.
3. m. y f. Com. Persona para quien va destinado un buque, un cargamento o una partida de mercaderías.
4. m. y f. Com. Persona que en los puertos de mar representa al armador de un buque para ocuparse de los asuntos administrativos que se relacionan con su carga y pasaje.
La definición número 3 puede quizás indicar su origen.
Pero el término más adecuado y correcto para definir la función de un consignatario es sin duda la número 4,
“Persona que en los puertos de mar representa al armador de un buque para ocuparse de los asuntos administrativos que se relacionan con su carga y pasaje.”
El mundo de los cruceros es relativamente joven, pero el negocio marítimo lleva siglos en marcha. Y no siempre estuvimos tan cerca o tan comunicados como lo estamos hoy en día.
Un consignatario fue (y es) como un representante permanente y local del armador (la naviera). El punto de contacto, y de responsabilidad, con el puerto y las autoridades fiscales y judiciales.
Un Consignatario o Port Agent es el representante legal de cara al puerto y la Autoridad Portuaria y en su extensión a otros Autoridades involucradas en la actividad (Capitanía Marítima, Policía Nacional, Guardia Civil, Aduanas, Sanidad Exterior, etc. etc.)
Seguro que, en alguno de vuestros cruceros, habéis visto acercarse al bote de los Prácticos, o en tierra a algunas personas que reciben los cabos y amarran o fijan el barco.
Quizás hasta os hayáis encontrado en el ascensor del barco o en el buffet con alguien que claramente no es un tripulante pero que es evidente tampoco es otro pasajero que está de vacaciones o cruzado con algunos policías de uniforme con una persona vestida de civil.
Si eso te ocurrió en Palma, puede ser que fuera yo mismo o un compañero mío, o en otro puerto del mundo, el Consignatario, Port Agent o Ship Agent.
• La labor del consignatario
Nuestra tarea no empieza ni termina con la llegada del buque, al contrario, nuestro trabajo empieza de 2 a 3 años antes de la llegada del barco a puerto.
En ese tiempo ya hemos realizado, a petición e instrucción del armador o de su departamento de planificación, la reserva de un puesto de atraque para este día y este puerto concreto.
Algo complicado e importante en caso de puertos pequeños que tienen pocos muelles de atraque, ya que puede obligar a la naviera a modificar su itinerario o el orden de los puertos de destino.
Si no se reserva, en lugar de tener un atraque seguro puede obligar a la naviera a realizar la escala en fondeo, lo cual implicaría el uso de los “tenders” o barqueo para que los pasajeros puedan desembarcar.
Días antes de la llegada, se reconfirma con el puerto el muelle o terminal que finalmente se le ha asignado al buque y se informa a la compañía y al barco del atraque que le corresponde.
En teoría se avisa antes, pero siempre puede haber cambios por diferentes circunstancias.
Una avería en la terminal, un daño en el muelle, otro buque que por avería o retraso no se pueda mover y por ello ocupa un muelle asignado previamente a otro buque pueden afectar.
También se coordina con el barco sus necesidades, que lógicamente dependerán del tamaño del buque, del número de pasajeros y de los medios de transporte que hacen falta para transportar a todo ellos – las excursiones y el servicio de autocares de “shuttle” o lanzadera, que lleva a los pasajeros desde el muelle de atraque hasta un punto de encuentro más próximo o céntrico para acceder al centro de la ciudad donde el barco se encuentra ese día.
Pero también nos encargamos de supervisar el suministro de otros servicios básicos como electricidad, seguridad, recogida de residuos o conexión de agua.
Algunos de estos servicios eran más demandados antes, o mejor debo decir su demanda se ha visto notablemente reducida. Por ejemplo ahora hay más recogida de residuos debido a las estrictas regulaciones internacionales y la conexión de agua cada vez está menos demandadas ya que hoy en día los ultra modernos buques producen su propia agua potable.
• Un dia en la vida de un Consignatario
El mismo día de la llegada del buque a puerto, controlamos el muelle asignado, y coordinamos con los Prácticos y amarradores (los que hemos mencionado antes y que quizás hayan visto algún día).
Una vez que el barco pone su “gangway” (rampa o plancha) o se conecta el finger (pasarela) somos los primeros en acceder al interior del buque con el permiso, y muchas veces la presencia, de Sanidad Exterior, la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Todo ello depende del puerto, de sus protocolos y costumbres, ya que cada puerto tiene sus procedimientos que no siempre son ni iguales ni lógicos, pero una cosa en el sector náutico es sagrada, se respetan las jerarquías y las costumbres.
Una vez a bordo, lo primero y más urgente es “despachar” el barco y obtener su “clearance” o “libera practica”.
Esto es la autorización para que los pasajeros y tripulantes tengan luz verde para bajar del barco e ir a tierra y empezar su visita en el puerto de destino.
Lógicamente se entiende que tanto la compañía,como los pasajeros que están ansiosos esperando, quieren hacerlo lo más pronto y rápido posible.
Dependiendo del puerto se tendrán que presentar unos documentos y listados de pasajeros, tripulantes, mercancías o artículos a bordo, en base al último puerto visitado o la ruta la documentación a presentar puede variar.
Una vez este trámite se ha realizado y las autoridades han bajado del barco, se relaja un poco todo y se combina la coordinación y supervisión de la actividad en la terminal con la visita a bordo de los contactos importantes: el capitán, el hotel director, el médico a bordo y el immigration (oficial de inmigración) o documentation Purser.
Durante la escala estamos continuamente en contacto con todos ellos, para supervisar todas las actividades y si todo está a su gusto o como ellos consideran debe hacerse.
Lógicamente y lo entenderán, que a partir de ahí todo puede pasar (y os aseguro que de todo pasa, y en el futuro habrá más ocasiones para entrar en estos detalles en próximos artículos).
Cuando el fin de la escala se acerca, se realizan las visitas, pero al revés para despedirse y para controlar que todo el mundo está otra vez a bordo, firmar los documentos y despedir al buque, igual que fuimos los primeros en subir, a la hora de zarpar somos los últimos en bajar.
Pero nuestra tarea no termina aquí, ya que hay que coordinar la salida, y después en los siguientes días todo el tema de facturación (sobre todo controlar que se factura al barco el precio justo, acordado y correcto) y se realizan las declaraciones a las autoridades del Puerto y gubernamentales.
A veces mis amigos me preguntan qué hago con los barcos, les digo informalmente que somos el “canguro del barco” una vez que este está en puerto, aunque nuestras tareas empiezan mucho antes y se extienden mucho más.
A finales de junio de 2005 me levanté un día y me comprometí con este trabajo de consignatario y desde entonces ningún día ha sido igual. He tenido la suerte de trabajar con cientos o miles de buques, oficiales, capitanes, autoridades y un buen equipo de compañeros.
Fue y es un trabajo duro, pero al mismo tiempo un trabajo divertido y muy diverso.
Nunca sabes lo que te va traer cada lelgada de barco, cuando piensas que va ser complicado y difícil al final no era para tanto, y el día que pienso que estaré tranquilo algo pasa y se complica. Pero aun así siento que soy afortunado porque trabajo con cruceros, disfruto y aprendo cada día.