Experiencia y Valoración del Diamond Princess
PROS y CONTRAS
Doble crucero enlazado (back to back), con salida/llegada en Sidney (Australia) e itinerario por Nueva Caledonia (Lifou Isle y Noumea), Vanuatu (Port Vila), Fiji (Dravuni Island, Suva, Savusavu y Lautoka) y Nueva Zelanda (Auckland, Tauranga, Napier, Wellington, Akaroa Harbour, Dunedin y Fiordland National Park), para un total de 26 días entre enero y febrero de 2018. En camarote doble con ventana. Tres noches de gala en el primer crucero y dos en el segundo.
Experiencia y Valoración del Diamond Princess por el Pacífico
Expericiencia en el embarque / desembarque y puertos
Aunque aparentemente caótico el embarque en Sidney no fue así en la realidad ya que había mucho personal de Princess Cruise atendiendo a los muchos cruceristas que se aglomeraban, a lo mejor casualmente, justo en el momento en que también llegamos nosotros. Tuvimos un problema con la tarjeta de embarque que se solucionó con bastante rapidez. Había 34 puestos para el embarque del pasaje. Desde la llegada hasta la entrada al barco pasaron 20 minutos, incluyendo emigración, con colas aceptables.
Buen horario de estancia en puertos, aunque los de Savusavu y Noumea pienso que convendría ampliarlos en, al menos, una hora mas. Al visitar bastantes puertos naturales protegidos con arrecifes de coral, en el primer crucero, fue frecuente el uso de “tender”, servicio realizado con diligencia, pero sin embargo ineficaces para el traslado de personas con discapacidad o dificultades de movilidad.
El día de tránsito entre cruceros, en Sidney, fue ágil, tanto en salida como en el retorno. Se podía desembarcar desde las 7.30 de la mañana.
Los puertos de Nueva Caledonia, decepcionantes, y caros para compras.
Puertos de Auckland y Napier (Nueva Zelanda). Mal. No por los destinos sino por estas otras razones: se llega en horas del mediodía, por lo que es difícil compaginar las visitas con el almuerzo. ¿Resultado?: aglomeración en el buffet a media mañana. Además, muy poco tiempo en puerto. De hecho hasta cuatro excursiones de la propia compañía llegaron en hora límite de salida en Auckland y otras dos, por encima del horario establecido en Napier, con todo preparado para la inmediata partida. Estos puertos necesitan y se merecen, al menos, dos horas más de estancia.
Puerto de Akaroa (Nueva Zelanda): suspendido por inclemencias meteorológicas, el ciclón tropical Fehi.
Puerto de Chalmers (Dunedin). ¡Mucha atención! El transporte entre el puerto y Duniden, de pago (15 $NZD por persona), horrible: media hora esperando, y fuimos rápidos en bajar del barco, de pie y con mucho frío; los autobuses tienen que hacer maniobras complicadas para llegar en marcha atrás a la cola de pasajeros y, para remate, una advertencia, ¡paguen con moneda neozelandesa! porque nos cobraron 15 $US sin que nos dieran cambio alguno, es decir un ROBO de 8 $US para dos personas. A la vuelta, otra espera de 20 minutos de pie, mismo frío y además bajo la lluvia. Princess Cruise no es responsable directo ya que el servicio lo realiza Puerto de Otago y, según nos dijeron, no permiten que la naviera lo haga. De ahí que el personal del puerto campe a sus anchas y, según parece, sin control, ya que el pago debe hacerse en efectivo y no con tarjeta de crédito/débito y no dan recibo alguno.
Cabinas en el Diamond Princess
Amplísimo y con mucho espacio en armarios y para guardar cosas. En contraposición, un baño pequeñísimo, con una ducha ridícula, baste decir que sus medidas son escasamente 60×70 cm. Cama ancha pero no muy larga, confortable. Champú y gel con dispensadores. Buena limpieza. Solo 8 canales de televisión, inestables con frecuentes cortes y, como ya es habitual, ninguno español o hispano; además estuvo inoperativo durante dos días consecutivos. La información en cabina, como siempre, a través del boletín informativo diario que dejan todas las noches en la habitación, en inglés, no existiendo la posibilidad en español. El personal de cabina, correcto, sin más. La situación de nuestro camarote era en proa, porque a veces se oían ruidos de máquinas del barco.
Restaurantes y Bares en el Diamond Princess
Buffet (Horizon Court) a ambos lados del barco, pero incomunicados entre si. Dos buenas sorpresas:
Sorpresa nº 1: comida no repetitiva en el almuerzo, es más con muchos platos diferentes de un día para otro.
Sorpresa nº 2:¡por fin un horario “para españoles”!
Y es que para el desayuno está abierto hasta las 11.00 h y el del almuerzo hasta las 15.30 h, sin restricción de comida alguna hasta el final, si bien uno de los dos lados cierra a las 14.00 h. Por la noche, igualmente, hay de todo hasta las 23.00 h. En cambio, me pareció que el horario de cierre a las 21.00 h en los restaurantes es bastante temprana; bastaría media hora mas para compaginar bien con los espectáculos en el teatro.
El espacio del buffet es bastante pequeño pero ciertamente nunca vimos que se crearan colas de espera a excepción de los puertos con llegada a las 12.00 h. La calidad en general de la comida, sobresaliente; número de platos a escoger, aprobado; variedad en cada sección (pastas, carnes, pescado, fruta, panadería, etc) casi suspenso, a excepción de la repostería, excelente y variadísima. Los pescados, como es habitual, poco y malo (a ver cuándo un cocinero de cruceros se decide a poner algo de la riquísima carta marina española). Una parte del buffet se transforma por la noche en el restaurante Sterling Steakhouse, con cargo adicional.
Hay cinco restaurantes para las cenas, en dos turnos (5.00-7.30 pm y 7.30-9.00 pm) aunque con algunas variaciones: Savoy, Vivaldi, Pacific Moon y Santa Fe (para Club Class) en las cubiertas 5 y 6 estratégicamente situados en el centro del barco, lo que no es habitual, y un quinto, el International, más separado, en la popa, cubierta 6. El concepto, por tanto, no es de un enorme restaurante sino de una mayor intimidad para los comensales con la sensación de que nos encontramos en un restaurante privado. Buen servicio y, además, muy rápido. Todos sirven el mismo menú. El Santa Fe (Club Class) y el International también sirven desayunos y almuerzos.
Entre las dos piscinas principales, el Trident Grill (bueno), la Pizzería (regular) y el Swirls Ice Cream Bar (notable).
Restaurantes de especialidad: no muchos, pero parecían suficientes, el Sabatini´s y el Kai Sushi, además del Sterling Steakhouse por las noches.
En la mayor parte de los bares no tienen para servir café. Si lo pides, te lo traen, pero han de ir a buscarlo a los pocos que sí tienen.
Entretenimiento y diversión a bordo del Diamond Princess
Extraordinaria animación, especialmente en horas de tarde y noche, en los bares, clubes y lounges, casi todos con alguna actuación en determinadas horas. Son el Wheelhouse Bar, el Club Fusión y el Explorers todos con escenario, y el Crooners con pianista. A veces con dificultad para conseguir un asiento. Con más privacidad, el Churchill´s Lounge (whisky bar), al lado del Teatro, y que antiguamente era utilizado en la naviera como bar de fumadores, ahora no.
Buena parte de la actividad se desarrollaba en la cubierta 14 (donde están las piscinas) por lo que es normal que en ella se agruparan nada menos que 4 bares: Calypso, Mermaid´s Tail, Outriggers Margarita y Tradewinds.
Casino: en este apartado es el barco donde menos expectación he visto en todos los que he realizado. Muy poca gente. Permite fumar con restricciones (puros y en pipa, no) pero nunca vi a nadie fumando en esta zona. En cambio, la asistencia a los bingos y loterías era masiva, siempre.
Aunque no muy variadas, bastantes opciones durante todos los días, pero igualmente muy repetitivas. Ya hemos comentado el apartado, especialmente musical, en los bares, clubes y lounges.
Buenas proyecciones de películas en la pantalla gigante de la piscina. Entre ellas varias de la factoría Disney y también del Cirque du Soleil.
En el Atrium las actuaciones me parecieron excesivamente repetitivas y con escasa llamada a participar, con incidencia machacona en melodías pura y exclusivamente clásicas. Muy extraño teniendo en cuenta la cantidad de personas que se agolpan en este lugar sobre todo en horario de cenas, porque a su lado están los restaurantes lo que, por otro lado, redundaba en que el ruido de las personas hablando apagaba los sonidos musicales, y prestando mínimo interés a lo que, por cierto, eran interpretaciones de buena calidad. Un desprecio a los músicos. Lo curioso es que Princess lo titula “Music and Dancig”: ¿bailar música clásica-clásica? Lo absurdo elevado al infinito. Sin embargo, un día pusieron clase para bailar tango y otro música rock y había un lleno increíble así como un montón de personas viéndolo desde los tres niveles del Atrium. Repito, algo a lo que no encuentro explicación.
Si bien estaba bastante apartado, en la cubierta más alta, el Skywalkers Nightclub, como su nombre indica, era una buena opción para terminar el día con música variada y tomar alguna copa con cierta tranquilidad. El resto del día, prácticamente inutilizado
El teatro es de regulares dimensiones pero, a cambio, sillones cómodos y amplitud de espacio entre las filas (se pueden estirar las piernas). Siempre estaba a rebosar en las dos sesiones diarias de actuaciones que empezaron siendo muy flojas y mejoraron con el paso de los días. Las dos orquestas (8), cantantes habituales (8), escenografía (6), coreografía (8), vestuario (8), decorados (4), iluminación (8) y sonido (3).
Valoraciones individuales de las actuaciones en el Teatro: Welcome (comediante Sam McCool, y poco más, 5), The Adele (6), I Got The Music (7, pese al técnico de sonido), Amber Jade (9), Greg Andrew (The Elton John Experience, 7), Born to be wild (7, pese al técnico de sonido), Donna Campbell (mucho hablar y poco cantar, 2), Piano Man (8, musical variado y alegre, lleva 15 años en Princess), Donna Campbell y Greg Andrews (4), Duo Aaura (8), Bravo (bravísimo, pese al técnico de sonido, 9), The Everly Brothers (por Robertson Brothers, 9), Cameo Rascale (7), Daniel Koek (5, bueno para un concierto pero monótono para un espectáculo de crucero, “plano”), Steve Larkins is Mercury Rising (9, fantástico y cómico), Farewell Variety Show (8, entretenido con participación del personal de animación).
Los jóvenes no encontrarán aquí toboganes o pistas de karts, pero si entretenimientos a través de múltiples actividades, especialmente concursos en la piscina y los exclusivos Youth & Teen Center: Pelican´s (3-12 años) y Beach Club (13-17 años). Pero no parece ser un barco destinado a satisfacer a los jóvenes.
La participación de “los embajadores maoríes”, Maori Cultural History y otras actividades, floja. Y el “Haka Legend” lo realizaron en horas de un día de visita corta en un puerto; ¿no tenían posibilidad de otro horario y fecha?.
Piscinas en el Diamond Princess
Bastante espacio para piscinas; una al aire libre, Neptune´s, más larga de lo habitual, con visión directa a la pantalla gigante; otra cubierta, Calipso; una tercera pequeña, casi privada por estar situada en un extremo del barco (popa) pasado el buffet y otra, también apartada, solo para adultos, con una singular tranquilidad justo al lado del Spa y el gimnasio, aunque con solo diez hamacas. En el resto, hamacas y espacio suficientes. Para las proyecciones nocturnas de películas había mantas, almohadas y colchonetas especiales para las hamacas y servicio gratuito de palomitas.
Existe la opción (de pago pero no caro) para utilizar el Izumi Japanese Bath, una exclusividad de Princess Cruise que sólo tiene en este barco, incluso con horario (8 a 10 de la mañana) para nudismo. El Izumi se enclava en el denominado Sanctuary, que Princess denomina “pocket of tranquility”, con espacio limitado y algunas secciones con cargo nominal adicional de $20 por medio día o $40 por día completo.
Otros detalles sobre el viaje
● En la visita a Lifou las condiciones meteorológicas retrasaron la llegada de muchas excursiones en horas de comida. El buffet, con horario de cierre habitual a las 15.30, siguió abierto una hora más tarde, con servicio completo. Una muy agradable y acertada decisión.
● Una de las actuaciones en el teatro tuvo que aplazarse el mismo día, según anunciaron por megafonía debido a que a los artistas no le llegaron las maletas al aeropuerto de Suva, en Fiji, donde se incorporaban al barco. Se realizó unos días después.
● Este crucero no es especialmente fácil para los discapacitados porque hay varios descensos en puertos a través de “tender” y tampoco hay muchas facilidades para el movimiento en los atraques y lugares a visitar.
● Los interruptores, fuera de los camarotes, son todos en formato australiano.
● ¡Atención!: si tiene mesa asignada para las cenas. Algún día (la información sólo aparece en el Diario de a bordo) la naviera lo señala como “libre”. Eso significa que si alguien llega antes que usted y escoge su mesa a usted le asignarán otra mesa y otros camareros distintos a los que le corresponde a diario.
● No recomiendo los camarotes L300 al L312 en la cubierta 14 (Lido) por estar en el paso de pasajeros entre el ascensor y la piscina y camino del buffet, además de que es una zona de pasillo donde entra mucho calor/frío desde el exterior por el continuo abrir y cerrar de las puertas de acceso.
● Princess Cruise aplica un cargo del 1,1 % en los gastos en el barco si se paga con tarjeta de crédito
En todos los conceptos, incluso las propinas. Desconozco si esto es política general de la naviera. La moneda oficial utilizada en estos cruceros es el dólar australiano. Por eso el cargo diario de propinas es de $AUD 17,30 equivalentes a unos $US 13 o 11,50 €.
● Durante dos días consecutivos no hubo televisión en los camarotes, pero sí en los salones del barco. No supieron dar explicaciones convincentes a este fallo, ni el por qué en los lugares públicos del barco si y en las habitaciones, no. Al día siguiente, Relaciones Públicas envió una carta disculpándose por las molestias y ofreciendo un crédito a bordo de $50 por pasajero.
● Justo la primera noche de crucero tuvimos problemas con unas goteras en el camarote, en el espacio entre el armario y el baño, y también saliendo agua por el piso de la ducha. Se solucionó después de varias horas de espera, según nos explicaron porque los fontaneros estaban trabajando en otro problema más urgente. El personal de recepción hizo seguimiento del problema incluso una vez solucionado; nos presentaron disculpas y una compensación posterior sin que la hubiéramos solicitado.
Valoración Final
El barco parece especialmente estructurado para cruceros de este tipo y turistas de esta zona geográfica. De regulares dimensiones le permite llegar a puertos naturales, entre arrecifes, pero eso mismo obliga a utilizar muchas veces los tender y las consiguientes dificultades para viajeros con dificultades de movilidad.
En ambos cruceros la mayor parte de los viajeros eran australianos y neozelandeses, y entre medio, estadounidenses y japoneses. Le seguían canadienses e ingleses.
Decoración clásica, elegante, predominando los tonos ocres, marrones y auríferos, muy agradables, nada ostentosos. Muchos pequeños espacios y casi siempre todos con alguna actividad; los cruceristas son muy participativos en ellas. Los mejores apartados, sin duda, el culinario y los horarios, junto con el personal, así como el crucero escénico por los fiordos neozalendeses y algunas islas de Fiji.
La navegación, pese a algunos días con mal tiempo y uno con ciclón tropical, fue muy tranquila
VÍDEO TOUR a bordo del Diamond Princess:
Experiencia y Valoración del Diamond Princess: Galería de Fotos:
Manuel Negrín
Editor Regional – España
¿Tienes dudas o preguntas sobre el Diamond Princess?
¿Te gustó el artículo?
Puedes encontrar más en nuestra sección de VALORACIONES DE BARCOS CRUCEROS
https://cruceroadicto.com/valoracion-barcos-crucero.html
Experiencia y Valoración del Diamond Princess:/h3>
Manuel Negrín para CruceroAdicto.com.
Fuente y Fotos CruceroAdicto.com.
Cruceroadicto.com en YouTube
Experiencia y Valoración del Diamond Princess
PROS y CONTRAS
Doble crucero enlazado (back to back), con salida/llegada en Sidney (Australia) e itinerario por Nueva Caledonia (Lifou Isle y Noumea), Vanuatu (Port Vila), Fiji (Dravuni Island, Suva, Savusavu y Lautoka) y Nueva Zelanda (Auckland, Tauranga, Napier, Wellington, Akaroa Harbour, Dunedin y Fiordland National Park), para un total de 26 días entre enero y febrero de 2018. En camarote doble con ventana. Tres noches de gala en el primer crucero y dos en el segundo.
Experiencia y Valoración del Diamond Princess por el Pacífico
Expericiencia en el embarque / desembarque y puertos
Aunque aparentemente caótico el embarque en Sidney no fue así en la realidad ya que había mucho personal de Princess Cruise atendiendo a los muchos cruceristas que se aglomeraban, a lo mejor casualmente, justo en el momento en que también llegamos nosotros. Tuvimos un problema con la tarjeta de embarque que se solucionó con bastante rapidez. Había 34 puestos para el embarque del pasaje. Desde la llegada hasta la entrada al barco pasaron 20 minutos, incluyendo emigración, con colas aceptables.
Buen horario de estancia en puertos, aunque los de Savusavu y Noumea pienso que convendría ampliarlos en, al menos, una hora mas. Al visitar bastantes puertos naturales protegidos con arrecifes de coral, en el primer crucero, fue frecuente el uso de “tender”, servicio realizado con diligencia, pero sin embargo ineficaces para el traslado de personas con discapacidad o dificultades de movilidad.
El día de tránsito entre cruceros, en Sidney, fue ágil, tanto en salida como en el retorno. Se podía desembarcar desde las 7.30 de la mañana.
Los puertos de Nueva Caledonia, decepcionantes, y caros para compras.
Puertos de Auckland y Napier (Nueva Zelanda). Mal. No por los destinos sino por estas otras razones: se llega en horas del mediodía, por lo que es difícil compaginar las visitas con el almuerzo. ¿Resultado?: aglomeración en el buffet a media mañana. Además, muy poco tiempo en puerto. De hecho hasta cuatro excursiones de la propia compañía llegaron en hora límite de salida en Auckland y otras dos, por encima del horario establecido en Napier, con todo preparado para la inmediata partida. Estos puertos necesitan y se merecen, al menos, dos horas más de estancia.
Puerto de Akaroa (Nueva Zelanda): suspendido por inclemencias meteorológicas, el ciclón tropical Fehi.
Puerto de Chalmers (Dunedin). ¡Mucha atención! El transporte entre el puerto y Duniden, de pago (15 $NZD por persona), horrible: media hora esperando, y fuimos rápidos en bajar del barco, de pie y con mucho frío; los autobuses tienen que hacer maniobras complicadas para llegar en marcha atrás a la cola de pasajeros y, para remate, una advertencia, ¡paguen con moneda neozelandesa! porque nos cobraron 15 $US sin que nos dieran cambio alguno, es decir un ROBO de 8 $US para dos personas. A la vuelta, otra espera de 20 minutos de pie, mismo frío y además bajo la lluvia. Princess Cruise no es responsable directo ya que el servicio lo realiza Puerto de Otago y, según nos dijeron, no permiten que la naviera lo haga. De ahí que el personal del puerto campe a sus anchas y, según parece, sin control, ya que el pago debe hacerse en efectivo y no con tarjeta de crédito/débito y no dan recibo alguno.
Cabinas en el Diamond Princess
Amplísimo y con mucho espacio en armarios y para guardar cosas. En contraposición, un baño pequeñísimo, con una ducha ridícula, baste decir que sus medidas son escasamente 60×70 cm. Cama ancha pero no muy larga, confortable. Champú y gel con dispensadores. Buena limpieza. Solo 8 canales de televisión, inestables con frecuentes cortes y, como ya es habitual, ninguno español o hispano; además estuvo inoperativo durante dos días consecutivos. La información en cabina, como siempre, a través del boletín informativo diario que dejan todas las noches en la habitación, en inglés, no existiendo la posibilidad en español. El personal de cabina, correcto, sin más. La situación de nuestro camarote era en proa, porque a veces se oían ruidos de máquinas del barco.
Restaurantes y Bares en el Diamond Princess
Buffet (Horizon Court) a ambos lados del barco, pero incomunicados entre si. Dos buenas sorpresas:
Sorpresa nº 1: comida no repetitiva en el almuerzo, es más con muchos platos diferentes de un día para otro.
Sorpresa nº 2:¡por fin un horario “para españoles”!
Y es que para el desayuno está abierto hasta las 11.00 h y el del almuerzo hasta las 15.30 h, sin restricción de comida alguna hasta el final, si bien uno de los dos lados cierra a las 14.00 h. Por la noche, igualmente, hay de todo hasta las 23.00 h. En cambio, me pareció que el horario de cierre a las 21.00 h en los restaurantes es bastante temprana; bastaría media hora mas para compaginar bien con los espectáculos en el teatro.
El espacio del buffet es bastante pequeño pero ciertamente nunca vimos que se crearan colas de espera a excepción de los puertos con llegada a las 12.00 h. La calidad en general de la comida, sobresaliente; número de platos a escoger, aprobado; variedad en cada sección (pastas, carnes, pescado, fruta, panadería, etc) casi suspenso, a excepción de la repostería, excelente y variadísima. Los pescados, como es habitual, poco y malo (a ver cuándo un cocinero de cruceros se decide a poner algo de la riquísima carta marina española). Una parte del buffet se transforma por la noche en el restaurante Sterling Steakhouse, con cargo adicional.
Hay cinco restaurantes para las cenas, en dos turnos (5.00-7.30 pm y 7.30-9.00 pm) aunque con algunas variaciones: Savoy, Vivaldi, Pacific Moon y Santa Fe (para Club Class) en las cubiertas 5 y 6 estratégicamente situados en el centro del barco, lo que no es habitual, y un quinto, el International, más separado, en la popa, cubierta 6. El concepto, por tanto, no es de un enorme restaurante sino de una mayor intimidad para los comensales con la sensación de que nos encontramos en un restaurante privado. Buen servicio y, además, muy rápido. Todos sirven el mismo menú. El Santa Fe (Club Class) y el International también sirven desayunos y almuerzos.
Entre las dos piscinas principales, el Trident Grill (bueno), la Pizzería (regular) y el Swirls Ice Cream Bar (notable).
Restaurantes de especialidad: no muchos, pero parecían suficientes, el Sabatini´s y el Kai Sushi, además del Sterling Steakhouse por las noches.
En la mayor parte de los bares no tienen para servir café. Si lo pides, te lo traen, pero han de ir a buscarlo a los pocos que sí tienen.
Entretenimiento y diversión a bordo del Diamond Princess
Extraordinaria animación, especialmente en horas de tarde y noche, en los bares, clubes y lounges, casi todos con alguna actuación en determinadas horas. Son el Wheelhouse Bar, el Club Fusión y el Explorers todos con escenario, y el Crooners con pianista. A veces con dificultad para conseguir un asiento. Con más privacidad, el Churchill´s Lounge (whisky bar), al lado del Teatro, y que antiguamente era utilizado en la naviera como bar de fumadores, ahora no.
Buena parte de la actividad se desarrollaba en la cubierta 14 (donde están las piscinas) por lo que es normal que en ella se agruparan nada menos que 4 bares: Calypso, Mermaid´s Tail, Outriggers Margarita y Tradewinds.
Casino: en este apartado es el barco donde menos expectación he visto en todos los que he realizado. Muy poca gente. Permite fumar con restricciones (puros y en pipa, no) pero nunca vi a nadie fumando en esta zona. En cambio, la asistencia a los bingos y loterías era masiva, siempre.
Aunque no muy variadas, bastantes opciones durante todos los días, pero igualmente muy repetitivas. Ya hemos comentado el apartado, especialmente musical, en los bares, clubes y lounges.
Buenas proyecciones de películas en la pantalla gigante de la piscina. Entre ellas varias de la factoría Disney y también del Cirque du Soleil.
En el Atrium las actuaciones me parecieron excesivamente repetitivas y con escasa llamada a participar, con incidencia machacona en melodías pura y exclusivamente clásicas. Muy extraño teniendo en cuenta la cantidad de personas que se agolpan en este lugar sobre todo en horario de cenas, porque a su lado están los restaurantes lo que, por otro lado, redundaba en que el ruido de las personas hablando apagaba los sonidos musicales, y prestando mínimo interés a lo que, por cierto, eran interpretaciones de buena calidad. Un desprecio a los músicos. Lo curioso es que Princess lo titula “Music and Dancig”: ¿bailar música clásica-clásica? Lo absurdo elevado al infinito. Sin embargo, un día pusieron clase para bailar tango y otro música rock y había un lleno increíble así como un montón de personas viéndolo desde los tres niveles del Atrium. Repito, algo a lo que no encuentro explicación.
Si bien estaba bastante apartado, en la cubierta más alta, el Skywalkers Nightclub, como su nombre indica, era una buena opción para terminar el día con música variada y tomar alguna copa con cierta tranquilidad. El resto del día, prácticamente inutilizado
El teatro es de regulares dimensiones pero, a cambio, sillones cómodos y amplitud de espacio entre las filas (se pueden estirar las piernas). Siempre estaba a rebosar en las dos sesiones diarias de actuaciones que empezaron siendo muy flojas y mejoraron con el paso de los días. Las dos orquestas (8), cantantes habituales (8), escenografía (6), coreografía (8), vestuario (8), decorados (4), iluminación (8) y sonido (3).
Valoraciones individuales de las actuaciones en el Teatro: Welcome (comediante Sam McCool, y poco más, 5), The Adele (6), I Got The Music (7, pese al técnico de sonido), Amber Jade (9), Greg Andrew (The Elton John Experience, 7), Born to be wild (7, pese al técnico de sonido), Donna Campbell (mucho hablar y poco cantar, 2), Piano Man (8, musical variado y alegre, lleva 15 años en Princess), Donna Campbell y Greg Andrews (4), Duo Aaura (8), Bravo (bravísimo, pese al técnico de sonido, 9), The Everly Brothers (por Robertson Brothers, 9), Cameo Rascale (7), Daniel Koek (5, bueno para un concierto pero monótono para un espectáculo de crucero, “plano”), Steve Larkins is Mercury Rising (9, fantástico y cómico), Farewell Variety Show (8, entretenido con participación del personal de animación).
Los jóvenes no encontrarán aquí toboganes o pistas de karts, pero si entretenimientos a través de múltiples actividades, especialmente concursos en la piscina y los exclusivos Youth & Teen Center: Pelican´s (3-12 años) y Beach Club (13-17 años). Pero no parece ser un barco destinado a satisfacer a los jóvenes.
La participación de “los embajadores maoríes”, Maori Cultural History y otras actividades, floja. Y el “Haka Legend” lo realizaron en horas de un día de visita corta en un puerto; ¿no tenían posibilidad de otro horario y fecha?.
Piscinas en el Diamond Princess
Bastante espacio para piscinas; una al aire libre, Neptune´s, más larga de lo habitual, con visión directa a la pantalla gigante; otra cubierta, Calipso; una tercera pequeña, casi privada por estar situada en un extremo del barco (popa) pasado el buffet y otra, también apartada, solo para adultos, con una singular tranquilidad justo al lado del Spa y el gimnasio, aunque con solo diez hamacas. En el resto, hamacas y espacio suficientes. Para las proyecciones nocturnas de películas había mantas, almohadas y colchonetas especiales para las hamacas y servicio gratuito de palomitas.
Existe la opción (de pago pero no caro) para utilizar el Izumi Japanese Bath, una exclusividad de Princess Cruise que sólo tiene en este barco, incluso con horario (8 a 10 de la mañana) para nudismo. El Izumi se enclava en el denominado Sanctuary, que Princess denomina “pocket of tranquility”, con espacio limitado y algunas secciones con cargo nominal adicional de $20 por medio día o $40 por día completo.
Otros detalles sobre el viaje
● En la visita a Lifou las condiciones meteorológicas retrasaron la llegada de muchas excursiones en horas de comida. El buffet, con horario de cierre habitual a las 15.30, siguió abierto una hora más tarde, con servicio completo. Una muy agradable y acertada decisión.
● Una de las actuaciones en el teatro tuvo que aplazarse el mismo día, según anunciaron por megafonía debido a que a los artistas no le llegaron las maletas al aeropuerto de Suva, en Fiji, donde se incorporaban al barco. Se realizó unos días después.
● Este crucero no es especialmente fácil para los discapacitados porque hay varios descensos en puertos a través de “tender” y tampoco hay muchas facilidades para el movimiento en los atraques y lugares a visitar.
● Los interruptores, fuera de los camarotes, son todos en formato australiano.
● ¡Atención!: si tiene mesa asignada para las cenas. Algún día (la información sólo aparece en el Diario de a bordo) la naviera lo señala como “libre”. Eso significa que si alguien llega antes que usted y escoge su mesa a usted le asignarán otra mesa y otros camareros distintos a los que le corresponde a diario.
● No recomiendo los camarotes L300 al L312 en la cubierta 14 (Lido) por estar en el paso de pasajeros entre el ascensor y la piscina y camino del buffet, además de que es una zona de pasillo donde entra mucho calor/frío desde el exterior por el continuo abrir y cerrar de las puertas de acceso.
● Princess Cruise aplica un cargo del 1,1 % en los gastos en el barco si se paga con tarjeta de crédito
En todos los conceptos, incluso las propinas. Desconozco si esto es política general de la naviera. La moneda oficial utilizada en estos cruceros es el dólar australiano. Por eso el cargo diario de propinas es de $AUD 17,30 equivalentes a unos $US 13 o 11,50 €.
● Durante dos días consecutivos no hubo televisión en los camarotes, pero sí en los salones del barco. No supieron dar explicaciones convincentes a este fallo, ni el por qué en los lugares públicos del barco si y en las habitaciones, no. Al día siguiente, Relaciones Públicas envió una carta disculpándose por las molestias y ofreciendo un crédito a bordo de $50 por pasajero.
● Justo la primera noche de crucero tuvimos problemas con unas goteras en el camarote, en el espacio entre el armario y el baño, y también saliendo agua por el piso de la ducha. Se solucionó después de varias horas de espera, según nos explicaron porque los fontaneros estaban trabajando en otro problema más urgente. El personal de recepción hizo seguimiento del problema incluso una vez solucionado; nos presentaron disculpas y una compensación posterior sin que la hubiéramos solicitado.
Valoración Final
El barco parece especialmente estructurado para cruceros de este tipo y turistas de esta zona geográfica. De regulares dimensiones le permite llegar a puertos naturales, entre arrecifes, pero eso mismo obliga a utilizar muchas veces los tender y las consiguientes dificultades para viajeros con dificultades de movilidad.
En ambos cruceros la mayor parte de los viajeros eran australianos y neozelandeses, y entre medio, estadounidenses y japoneses. Le seguían canadienses e ingleses.
Decoración clásica, elegante, predominando los tonos ocres, marrones y auríferos, muy agradables, nada ostentosos. Muchos pequeños espacios y casi siempre todos con alguna actividad; los cruceristas son muy participativos en ellas. Los mejores apartados, sin duda, el culinario y los horarios, junto con el personal, así como el crucero escénico por los fiordos neozalendeses y algunas islas de Fiji.
La navegación, pese a algunos días con mal tiempo y uno con ciclón tropical, fue muy tranquila
VÍDEO TOUR a bordo del Diamond Princess:
Experiencia y Valoración del Diamond Princess: Galería de Fotos:
Manuel Negrín
Editor Regional – España
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Experiencia y Valoración del Diamond Princess:/h3>
Manuel Negrín para CruceroAdicto.com.
Fuente y Fotos CruceroAdicto.com.
Cruceroadicto.com en YouTube
VALORACIÓN
Diamond Princess
Experiencia y Valoración del Diamond Princess realizada por Manuel Negrín a partir de sus propias vivencias. Cada valoración es única y personal. Te recomendamos leas varias valoraciones y saques tu propias conclusiones.