Opinion ms Ryndam
Valoración de cruceristas

ms Ryndam
Bandera Holanda
55.819 Tn
1.627 pasaj.
Construido 1994
Tipo de camarote: Interior
Itinerario: Fiordos Noruegos
Mi experiencia navegando en el Ryndam
Han sido los momentos puntuales en los que me he sentido feliz y emocionada; Zarpando de la preciosa terminal de Rotterdam, con una banda de música tocando canciones populares y la gente que nos decía adiós con sus pañuelos. Tomando el sol en la piscina de popa con una cerveza mientras navegábamos entre bonitas islas. El riquísimo zumo de naranja recién hecho y los crujientes croissants en el desayuno. Las risas durante la cena en el Rotterdam con las bromas de los camareros o el sumiller. Abrir los ojos después de un masaje en el spa y encontrarme con un maravilloso paisaje de montañas nevadas que casi podía tocar con mis manos, poco antes de llegar a Tromso. Contemplar el sol de media noche desde la cubierta, ver como baja hasta el mar y vuelve a subir sin atreverse a sumergirse en sus frías aguas. Atrapar el amanecer en el Fiordo de los Sueños y deslizarse a través de sus aguas hasta llegar a Flam. Las conversaciones con compañeros de viaje mientras compartíamos un aperitivo. El desfile de los cocineros y personal del comedor en la cena de despedida, aunque conocido de anteriores travesías, no por ello menos emotivo.
Lo que menos me gustó fue el no poder disfrutar del Crow’s Nest, mi lugar preferido en los barcos de HAL, sobre todo en las rutas por el Norte, debido al humo y el fuerte olor a tabaco que había en el. No puedo entender como HAL permite fumar en un lugar tan concurrido por pasajeros de todas las edades y así lo manifesté. La explicación que me dieron fue que la política de HAL con respecto al tabaco era aun muy permisiva, pero que iba a cambiar en breve. En los anteriores cruceros con esta compañía, solo vi fumar en sitios un poco apartados, como el bar de los deportes en el Eurodam. Otra de las cosas que en ocasiones llego a molestarme bastante, fue el no poder leer tranquilamente en la biblioteca, había varios grupos que se reunían de tertulia a tomar sus cervezas y con las risas y las voces no podías concentrarte en la lectura. Por último resaltare el tema de internet, por la ruta o por lo mal que funcionaban las comunicaciones en el barco, conectarse de forma satisfactoria era misión imposible y los minutos contratados desaparecían sin haber podido hacer un buen uso de ellos.
La atmosfera a bordo del Ryndam
Cada viaje es una experiencia irrepetible, aunque sea la misma ruta, la misma naviera o incluso el mismo barco, hay algo que marca sustancialmente el curso de nuestra experiencia a bordo; el pasaje. En este caso fue muy determinante. El barco partía del puerto de Rotterdam circunstancia que favoreció que más del 60 % de los pasajeros fueran holandeses, lo que obligo a la HAL a adaptar el crucero a las características del pasaje mayoritario. Contrataron a un director de crucero holandés para presentar los espectáculos y dar las comunicaciones en este idioma, todo estaba duplicado en ambas lenguas y hasta en la comida hubo mucha influencia holandesa, por cierto los quesos y el pudín buenísimos. De 1000 personas aproximadamente que componíamos el pasaje, solo 20 españoles, algún chileno, un pequeño grupo de portugueses, una encantadora familia maltesa, mas de 600 holandeses y el resto americanos que andaban un poco desorientados, ya que el ambiente del barco no era el que suele reinar en los cruceros de esta compañía, habitualmente público en su mayoría americano y el resto mas internacional. Los holandeses por lo general se han mezclado poco con el resto del pasaje y apenas participaban en las actividades programadas. Por decirlo de otro modo eran bastante aburridos, les costaba hasta contestar al saludo. Por estas circunstancias, aunque había un número importante de jóvenes y adolescentes, al cuarto día suspendieron las actividades programadas para ellos, ya que apenas asistían. Por otra parte había muchos fumadores, por lo que después de alguna queja, tuvieron que dar aviso para que se limitaran a fumar en las zonas permitidas, que ya eran bastantes. En consecuencia tuvimos un crucero Holland Holland, con un ambiente muy distinto al esperado.
El barco
17 años desde su construcción no han pasado factura a este barco de mediano tamaño, pero con un estupendo ratio espacio- pasajero. Actualizado recientemente para adaptarse a los estándares de “Signature of Excellence” de la compañía, el resultado es acogedor, elegante y fresco. Como es habitual en HAL, las obras de artes y las flores frescas están diseminadas por todas las zonas comunes, la madera clara y los tonos cálidos en tapicerías, son la tónica general a bordo.
Camarotes
Los camarotes se han beneficiado de esta puesta a punto y presentan colchones nuevos, al igual que tapicerías y complementos. El espacio en los mismos es muy generoso y bien distribuido, contando con buenas zonas de almacenaje. De igual modo, los baños han sido completamente reformados y es el primer barco de HAL en el que he encontrado, instalados en la ducha, dispensadores de gel, champú y acondicionador, lo cual me parece más cómodo y sostenible, sin perder la calidad, ya que los productos siguen siendo de la marca Elemis, al igual que la crema corporal y el jabón de tocador que ofrecen en sus envases tradicionales. El asistente de cabina amable y servicial, aparecía en el momento justo y mantenía la habitación impecable. Ninguna noche faltaron las chocolatinas ni los entrañables animales de toalla.
Zonas comunes
De las zonas comunes cabe destacar el Crow’s Nest, dominando toda la proa, con cómodas butacas reclinables donde relajarse y ver el paisaje. La zona del Exploration’s Café, compuesta por tres ambientes; el área de internet, otra parte para juegos de mesa y puzles y por último la biblioteca bien provista de libros en varios idiomas. Como en otras ocasiones, hice mi aportación al castellano, donando el último libro que leí a bordo.
Gastronomía
La gastronomía es uno de los puntos fuertes de HAL y en el Ryndam no iba a ser menos. Una oferta menos variada que en otros barcos más grandes, pero suficiente y de calidad. El comedor principal Rotterdam, está distribuido en dos niveles y rodeado de amplias cristaleras, algunas noches cenamos contemplando magníficos paisajes. Aquí la oferta es variada, a mí me divertía pedir dos o tres aperitivos y el plato principal, ya que no soy muy amante de sopas. Las carnes exquisitas y el marisco bastante bien en brochetas y otras preparaciones, como la langosta Termidor. Los postres ricos, aunque los encontré menos brillantes que en otras ocasiones. Había dos turnos de cena y el turno libre, que funciono muy bien, sin esperas durante todo el crucero. La amabilidad y simpatía del personal del comedor contribuyeron a hacer de las cenas una experiencia deliciosa. Durante la travesía hubo 4 noches formales, en las que no brillaron las “galas” apenas caballeros con esmoquin ni trajes largos en las señoras. Chaqueta y corbata y vestidito tipo cóctel para cubrir el expediente.
Los desayunos en el buffet Lido eran una buena manera de comenzar el día. Platos calientes de huevos, etc., embutidos y carnes frías, frutas frescas de calidad, un delicioso zumo de naranja recién exprimida, bollería recién hecha y gran variedad de panes, cereales, etc. El buffet a la hora de la comida, lo encontré bastante repetitivo. El restaurante Canaletto ubicado en un rincón del Lido solo disponible para las cenas, no me gusto mucho, creo que por lo conocido de la oferta, no variaba ni un plato de cuando lo conocí en el Eurodam y más tarde en el Oosterdam . En cuanto al restaurante de pago “Pinacle Grill” en esta ocasión no reservamos, a mi hija le encantaba cenar el el Rotterdam, pero por solo 20 $, la experiencia vivida en otros barcos fue excelente.
Animación a bordo
Sobre la animación, asistí a pocos espectáculos, el teatro era pequeño y en la segunda planta la visibilidad bastante mala. No programaron ningún musical de calidad, solistas, magos, humoristas, etc. además del típico show filipino. El espacio más concurrido era el Crow’s Nest, de imposible visita durante la noche, por la gran cantidad de fumadores que se juntaban en el mismo. El Ocean Bar, agradable para tomar una copa y disfrutar con una pequeña y concurrida pista de baile que amenizaba un pianista cantando conocidas melodías a veces acompañado de otros músicos. El espacio denominado MIX, compuesto de tres zonas diferentes: el piano bar, otra zona donde degustar distinto tipos de Martini y champan además de una tercera con gran variedad de cervezas. La novedad de esta zona eran unas mesas con tableros táctiles, donde te podías entretener con variedad de juegos.
Otros detalles a bordo
El gimnasio luminoso y bien equipado. La zona de Spa pequeña, pero suficiente para ofrecer gran cantidad de masajes y tratamientos. La piscina principal, con cubierta retráctil, era una de las zonas más concurridas por niños y jóvenes. La situada en popa, llena en los días soleados sobre todo mientras se permanecía en puerto, también mientras navegábamos por debajo del Círculo Polar.
La tripulación amable y eficiente, siempre recordaban tu nombre y tus preferencias.
En cuanto a la asistencia en español, sólo el menú del comedor principal, pero había muchos miembros de la tripulación de habla hispana repartidos por los distintos servicios. Ningún problema.
Las excursiones con HAL siempre son carísimas y en este caso las ofrecían en ingles y holandés. Sólo contratamos con ellos el traslado a Cabo Norte, el resto de las escalas las hicimos por nuestra cuenta sin ninguna dificultad..
Mi opinión del Ryndam
Un crucero de 15 días da para muchas vivencias, en este caso mi conclusión es que repetiría con HAL sin dudarlo, pero evitando en lo posible los cruceros que salgan de Holanda.
Araceli del Barrio
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