Diario de a bordo: Transatlantico en el Norwegian Epic
Día 1: Embarcando en Barcelona rumbo a Miami.
![]() | Norwegian EpicNaviera: Norwegian Cruise Line Año construcción: 2010 Tonelaje: 153.000 Tn Pasajeros: 4.200 Tripulación: 1.690 Itinerario: Barcelona, 3 días navegación, Azores, 5 días navegación, St Thomas, 2 días navegación, Miami |
Llegamos al puerto a embarcar sobre las 13,30 para no encontrarnos colas, pero nos recogen las maletas, y no nos dicen que la ESTA, el documento para entrar en EEUU, hay que enseñarlo para hacer los trámites de embarque. Yo lo llevo dentro de la mía.
A pesar de que tienen un dispositivo montado estupendamente para volver a reimprimir el documento en casos parecidos, o, incluso para sacarlo si no lo has hecho antes; “una jefecilla” a la que le preguntan (española, catalana, y no sé si trabajadora de NCL, o del puerto de Barcelona), decide que se dé orden de que nos vuelvan a traer las maletas que ya están siguiendo el camino para pasar el control de policía y subir al barco.
Nos sentamos a esperar, y tras una hora, y ya desesperados, vuelvo a insistir y afortunadamente la persona que nos atiende nos indica que hagamos la cola para reimprimir el papel. Ya había poca gente en ella, y en un cuarto de hora tenemos la ESTA y hecho el embarque, con foto, tarjeta y todo, con lo que nos encaminamos al barco.
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Es el Norwegian EPIC, que ya conocemos del Caribe del año pasado, el segundo barco más grande, de momento, con 4200 pasajeros; un monstruo muy reciente, pues está estrenado en el 2010, en el que estuvimos muy bien en nuestro anterior viaje, y en el que no tuvimos ningún problema de colas ni de agobio de gente; cosa que en barcos más pequeños si nos ha pasado.
Esta vez nadie nos recibe con copa de champán como ha sido siempre, pero nos vamos directamente hacia nuestro camarote, que es el 13041, en la cubierta 13, en proa y estribor; y enfrente del camarote del año pasado, que era el 13028, en babor.
Como habíamos embarcado tan tarde, nuestra primera intención que era comer algo, tuvimos que desecharla porque eran las cuatro menos cuarto y el simulacro de salvamento era a las cuatro, con lo que todos los bares y restaurantes estaban cerrados y las bandejas retiradas.
Vamos dando un paseo hacia la estación de reunión que nos corresponde, que es la A, en el BLISS la discoteca del barco. Poco a poco se va llenando y cuentan el simulacro en inglés y alemán solamente (posteriormente nos enteramos que hubo un problema técnico, y no se oyó en más idiomas). El año pasado también lo contaron en español y en francés, pero como ya nos sabemos de memoria lo que dicen, no nos importa. En cuánto acaban de hablar salimos todos disparados, nosotros de los primeros, pues el hambre apretaba y el estomago llevaba un rato protestando; al fin y al cabo eran casi las cinco de la tarde y, desde el desayuno a las 9,30, ya había pasado muchas horas.
Comimos en la piscina, con un poco de lluvia de vez en cuándo y muy nublado.
Dejamos Barcelona con aspecto de ir a caerle un buen temporal encima, y nos fuimos al camarote para deshacer las maletas; otra de las cosas que odio, detrás de la de hacerlas.
El CAMAROTE es bastante pequeño. Han querido hacerlo de diseño, y en mi opinión lo que más han conseguido es sacar metros para hacer más cantidad de ellos. Las paredes y los muebles son curvos, en forma de S, con lo que la cama está colocada en la zona que se mete, y el sofá adaptado a la curva que sobresale. Pero la cama es tan corta que a los americanos altos y anchos de los que tanto hay en el barco, deben salírseles los pies casi desde las rodillas. El baño, como espacio independiente no existe. Al entrar te encuentras, a la izqda, un bloque curvo y cerrado con puertas de cristal que es la ducha, y a la dcha, otro, mas rectangular, que es el water. Esta zona tiene una cortina de cortesía que se separa del resto, que está inmediatamente a continuación. La cama con un cabecero forrado de piel sintética, con unas pequeñas estanterías, a los lados, en las que apenas caben unas gafas, que son las mesillas de noche.
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El sofá, prácticamente pegado a la cama, con dos cajones bajo él para meter la ropa en caso de que se utilice como sofá-cama y, al lado, las cristaleras de la terraza, que tiene un tamaño estupendo y, con dos sillones y una pequeña mesita.
En el lado de enfrente, el lavabo, muy pequeño, de forma ovoidal y sobre un mueble con un departamento abajo para toallas usadas y, sobre él, un armario para cosméticos y accesorios, con espejo. Continúa con una balda con puertas bajo ella para guardar cosas y el mini frigorífico y, sobre él, un armario que tiene tres baldas, una de ellas con la caja fuerte. El armario con la barra para colgar ropa, y abajo los chalecos salvavidas, y, en nuestro caso, una cortina que oculta la puerta de comunicación con el camarote de al lado, ya que son de los que se pueden conectar.
En resumen muy poca zona para guardar ropa y objetos.
Menos mal que los hombres llevan menos cosas que nosotras, que si hubiésemos llevado los dos la misma cantidad, la hubiésemos tenido que dejar sin guardar encima de la balda frente a la cama, o encima del sofá.
De todas formas, en cuánto consigues colocarlo todo, te das cuenta de que es más cómodo que la impresión que da al entrar, y que el tener los espacios del baño independientes es muy práctico.
Por la tarde, paseos de reconocimiento del barco, y cena en el buffet, ya que al haber comido tan tarde no teníamos hambre.
Las camas y las almohadas de NCL, hasta ahora, han sido para mí una maravilla. No he encontrado otro hotel, o compañía de cruceros, en los que me hayan resultado tan cómodas, y eso que soy bastante difícil de contentar en éste sentido, por un problema de salud. Sin embargo, inexplicablemente, ésta cama no me ha resultado igual de buena, y ni siquiera las almohadas lo han conseguido. A lo mejor el año que ha pasado desde mi anterior visita las ha deteriorado mucho, o, a lo mejor, yo estoy más dolorida ésta vez.
El caso es que le pregunté al camarero de planta por la posibilidad de que no tuviera puesto el colchoncillo que suelen tener siempre sobre el colchón, y, como no me entendía del todo, por teléfono me pasó a otro compañero sudamericano, al que le expliqué mi problema de dolores de cadera, y me envió un accesorio de látex para ponerlo sobre el colchón, que es como una plancha con forma de huevera gigante. De momento parece que está siendo efectiva y, sobre todo, es de agradecer a NCL el detalle de llevar estos accesorios.
Aunque no es de extrañar que lo haga, ya que el termino medio de edad que hay en éste crucero es de unos 56 años, y hay americanos increíblemente mayores con andadores, cochecitos eléctricos y sillas de ruedas, que ya hemos visto en todo tipo de cruceros anteriores, pero que en éste te parece admirable por la cantidad de días que hay de navegación y en alta mar. Claro que, 14 días de vacaciones en octubre no es fácil que gente con otras edades y niños en colegios pueda coger fácilmente.
Continuará…
Mª Angeles y Vicente
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Mª Ángeles Ruiz y Vicente Cañón
Desde siempre viajar ha sido una de las cosas que más nos ha gustado. España la conocemos bastante, y poco a poco vamos ampliando con otros países Nuestra primera experiencia con los cruceros fue en el 1998, con el buque D. Juan, una pieza ya casi histórica en ése momento, con el encanto de un barco sumamente marinero y adornado con maderas oscuras. Era un crucero por el Mediterráneo, en el mes de noviembre, y durante toda la semana que duró, no hubo un día en que el mar estuviera tranquilo. Las olas eran tan grandes que parecían sobrepasar el barco y, se movía tanto, que era imposible caminar bien ni siquiera agarrado. A pesar de ello, nos enamoramos de esa forma de viajar y, afortunadamente, seguimos disfrutándola. Ya hemos realizado 13 cruceros. Y desde que con internet se puede diseñar mejor cada escala, parece que se empiece a vivirlas mucho antes de llegar a ellas. En barco hemos conocido todo el Mediterráneo; Noruega y Cabo Norte; el Atlántico hasta Casablanca y Agadir, la Patagonia desde Buenos Aires hasta Santiago de Chile; Islas de Grecia y Turquía con un velero de Star Clippers; bastantes islas del Caribe; el Báltico; y últimamente un transatlántico Barcelona-Miami. Nuestros próximos proyectos son Alaska y Canadá costa Oeste, o Canadá costa Este. Aunque la lista es muy larga, y cada día se van añadiendo nuevas posibilidades.
Mª Ángeles Ruiz y Vicente Cañón | |
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