Diario a bordo del Celebrity Solstice: Túnez
Dia 3:explorando La Goulette
Celebrity SolsticePuerto de salida: Barcelona Naviera: Celebrity Cruises Año construcción: 2008 Tonelaje: 122.000Tn Pasajeros: 2.850 Tripulación: 999 |
Siguiendo la costumbre habitual, decidimos hacer la excursión por nuestra cuenta. En esta ocasión el precio de ésta en el barco no era muy caro, pero a mi marido y a mí nos gusta ir a nuestro aire parando en los lugares que nos parecen más interesantes…
Túnez, es una ciudad histórica, marcada por una Medina de callejuelas laberínticas, pasajes cubiertos y varios palacios, mezquitas, mausoleos y fuentes. Si las paredes de la Medina hablaran…
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Hemos llegado a Túnez a la hora prevista saliendo del barco a las 7:00am, imagínense el madrugón que nos dimos, ya que desayunamos antes de salir, la vuelta al barco sería a las 12:30pm y zarparíamos a la 1:00pm.
Fuimos los primeros en salir, porque sabiendo el calor que haría preferimos empezar cuanto antes nuestra visita. Un pequeño autobús gratuito del puerto nos esperaba trasladándonos a unos pocos metros, tampoco había mucha distancia se puede ir andando perfectamente. Desde que pisé Túnez pude experimentar un pesado calor que me acompañaría durante toda la jornada y solo eran las 7:00 de la mañana. El autobús nos dejó en la puerta de la Goulette, allí agazapados se encontraban varios camellos que indicaban con claridad en la ciudad en la que nos encontrábamos, esperaban de forma paciente que algún turista quisiera montar en su lomo… Al atravesar el puerto para dirigirnos hacia la salida pudimos ver que todas las tiendas estaban cerradas. Nos dirigimos a las mesas de inmigración y nos sellaron el visado pasando a la otra parte del puerto.
Cuando salimos nos dimos cuenta de que no nos habíamos fijado en que en el interior había unas hojas informativas donde se podían ver los precios ya estipulados de los taxis, eso lo vimos a la vuelta. Sus opciones eran para 4, 6 u 8 personas. Siendo el precio de 60€ para 4 persona, en el mismo entraba el recorrido que quisiéramos hacer durante 4 horas y el taxista también haría de guía. Me pareció muy caro pero no teníamos otra opción, lo ideal hubiera sido ir 4 personas en el taxi y pagar a medias pero en solo una noche no nos dio tiempo de conocer a nadie en el barco que también quisiera hacer la excusión de esta manera.
Sin más demora y después de entregarnos una especie de contrato el coordinador de los taxistas que había en la salida, nos subimos al taxi.
Los lugares recomendados para esta visita eran, la propia ciudad de Túnez, la Medina, Cartago, el Museo nacional del Bardo, Sidi Bou Said, el Zoco, la Mezquita…. Le indicamos al taxista que nos llevara al Zoco y hacia allí nos dirigimos. Durante el camino nos estuvo explicando que al ser Ramadán nos encontraríamos con todos los comercios relacionados con la alimentación y servicios cerrados. Una vez llegamos al Zoco, aparcó el taxi en la acera de enfrente, solo teníamos que cruzar para acercarnos a este pintoresco barrio comercial, aunque aún había tiendas sin abrir, nosotros empezamos nuestro laberintico paseo.
Nada más entrar en las estrechas calles, el taxista nos indicó que visitáramos una de las primeras tiendas con la que nos topamos y una vez dentro, el tendero nos empezó a preguntar, que de donde éramos, si estábamos de luna de miel…etc e inmediatamente te muestran todos los artículos de la tienda. Yo no tenía intención de comprar, al menos de momento, pero el comerciante insistió en que éramos sus primeros clientes y para ellos es mala suerte que no se lleven nada de la tienda, por lo que tuve que comprarle un par de regalos después del consabido regateo. Fui consciente en todo momento de que no regateé lo suficientemente bien, pero no me apetecía alargar más la situación… Además de que había empezado a comprar de forma imprevista, había que sumar el calor tan insoportable que hacía, así que le dijimos al taxista que queríamos terminar de forma rápida la visita al Zoco. Después de callejear por sus confusos laberintos y de que el taxista-guía nos hiciera entrar en 4 o 5 tiendas más, insistimos en decirle que queríamos que nos llevara a Sidi Bou Said. Este es un pueblo costero a 20 kilómetros de Túnez. El taxista durante el trayecto nos iba enseñando los monumentos más representativos de la ciudad, a la vez que nos contaba que el pueblo al que nos dirigíamos estaba pintado de blanco y azul debido a una ley que aprobaron hacía muchos años y que debían de hacerlo de forma obligatoria.
A pesar de que el calor seguía siendo sofocante Sidi Bud Said se veía diferente. Nuestro guía nos esperó en una especie de parada de taxis mientras que nos daba libertad para visitar el pequeño pueblecito solos. Nada más empezar a andar subiendo sus empinadas calles, te encuentras a cada lado numeroso tenderetes donde venden de todo, pieles, plata, adornos, perfumes… Subimos sin parar hasta llegar a una explanada encontrándonos con una especie de plaza repleta de tiendecitas, en donde por cierto, volví a ver el conjunto de plata que compré en el zoco por menos de la mitad de precio, (sin comentario)… por lo que pensé que mi compra había sido algo más que desastrosa, no se puede comprar con prisas!!! Decidimos que haríamos unas cuantas fotos y que no compraríamos nada más. Sinceramente yo estaba muy cansada y no podía soportar el calor, creo que agosto no es la mejor época para conocer esta ciudad, así que nos sentamos unos minutos en una de las terrazas que allí se encontraban para hidratarnos con unos refrescos, que no sé si me hidratarían pero no me refrescaron para nada. Después de este leve descanso bajamos las callejuelas y nos volvimos a subir al taxi. Sidi Bou Said me pareció bonito, me recordaba una extraña mezcla entre Marbella y Santorini pero con una gran diferencia de temperatura….
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La siguiente parada fue la Gran Mezquita principal de la ciudad, Ez.Zitouna, a continuación visitamos las ruinas de Cartago antigua colonia Fenicia que ocupa una enorme extensión de terreno. La vimos desde fuera, no llegamos a entrar por el calor asfixiante que ya hacía a esas horas y teniendo en cuenta que no había sombra sobre ella. Hicimos las fotos pertinentes y nos volvimos a subir al taxi, que nos llevó al museo de Cartago. Bajamos e hicimos fotos de nuevo, pero tampoco entramos. Cuando regresamos al taxi nos comentó que si queríamos ir a algún sitio más pero le dijimos que nos llevara al barco. No podía disfrutar de la visita porque cada vez el calor era más sofocante, por lo que nos dirigimos al barco. Volvimos tras los pasos que habíamos dado al salir, esperando que el personal de inmigración nos pidiera los papeles para entrar, pero no lo hicieron.
Eran las 11:30am y a esta hora vimos que las tiendas de la Goulette estaban ya abiertas notando un cierto frescor en esta zona que no había en los lugares que habíamos estado visitando. Aquí me sentí mucho más relajada, incluso me apetecía entrar en algunas de las coloridas tiendas.
La amable tripulación del Celebrity Solstice nos esperaba con toallas heladas y refrescos, no sabéis lo agradecida que me sentía con tan refrescante detalle.
Nos fuimos al camarote a ducharnos antes de comer y después nos quedamos en las tumbonas disfrutando de la piscina, hoy más que nunca me apetecía introducirme en sus frescas aguas.
En pocas horas nos encontrábamos dirigiéndonos de nuevo al espectáculo del Solstice Theatre, en esta ocasión se trataba de un gran humorista que aunque hablaba solo inglés gesticulaba mucho, haciéndonos reír con el universal lenguaje de los gestos.
Como cada noche la cena en el restaurante Grand Epernay nos esperaba, poco a poco fuimos llegando todos los comensales de nuestra mesa y mientras cenábamos compartimos una agradable conversación donde cada uno contaba la experiencia vivida en ese día. Nuestras compañeras de mesa gallegas habían decidido hacer la excursión con el barco, mientras que las dos parejas de Barcelona también lo hicieron por su cuenta, visitando solo el puerto de la Goulette.
Una vez terminamos de cenar, nos fuimos a la discoteca Quasar a nuestra hora de baile latino, posteriormente intentamos buscar otros lugares para escuchar Jazz pasando por todos los pubs y discotecas, Sky Observation Lounge, Ensemble lounge, Molecular Bar, Low Club bar, Martini Bar… nos paseamos por todo el barco buscando diferentes lugares donde nos parecía que podríamos encontrar algún entretenimiento, pero al ver que todo estaba muy tranquilo decidimos irnos a dormir. Queríamos descansar porque al día siguiente tocaba Roma, la ciudad eterna. Repetíamos por tercera vez, pero no nos importó ya que más que una ciudad es un inmenso museo de arte, como la mayoría de las principales ciudades Italianas
y mañana más..
Mª Angeles
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