Crucero fluvial Sena Honfleur y Costa de Alabastro, Día 3
Explorando Normandia

Ms France
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Escala Honfleur y Costa de Amabastro, Francia
Día 3, el puerto mas bonito de Normandia
Mientras desayunábamos atracamos en uno de los puertos más bonitos de Normandía, en la villa marinera de Honfleur, situada en el estuario del Sena, en el departamento de Calvados. Tras un azaroso pasado de guerras y revoluciones, hoy es una ciudad comercial y turística y desde el siglo XIX hasta nuestros días, un centro de actividad artística. En una pequeña posada La Ferme Saint-Simeón, hoy reconvertida en hotel, se daban cita pintores como Boudin, Monet y Courbet, dando lugar al nacimiento de la escuela de Honfleur, origen del movimiento impresionista.
Comenzamos nuestra visita por su pintoresco puerto conocido como Vieux Bassin, al que se asoman las estrechas casas de colores que forman la postal de Honfleur. Allí encontramos la Lieutenence una antigua fortaleza, el Hotel de la Villa y como seña de identidad de muchas ciudades francesas, un alegre tiovivo que ponía un toque nostálgico. A continuación, nos adentramos por sus angostas calles adoquinadas que invitan al paseo y llegamos a la iglesia de Santa Catalina, considerada la iglesia de madera más grande de Francia, construida en el Siglo XV por carpinteros de barcos, tiene un curioso campanario exento, con forma de cúpula invertida.
También vimos la iglesia más antigua, San Esteban, reconstruida en piedra calcárea. A lo largo del recorrido encontramos casas de entramado de madera cuyos bajos ocupan galerías de arte, tiendas de recuerdos y de delicatessen, en las que se exhiben los productos típicos de la zona: mermeladas, quesos y su famoso aguardiente el Calvados. Otro de los lugares recomendables son los Graneros de Sal, unos almacenes del siglo XVII reconvertidos en sala de exposiciones y conciertos.
Tras la visita guiada y el recorrido por las tiendas de la zona en busca del recuerdo perfecto, recalamos en una de las terrazas que salpican el puerto para refrescarnos con una cerveza y un aperitivo típico a base de mejillones, antes de volver al ms France , donde nos esperaba una deliciosa comida. Al acabar, un rato de descanso, a las dos de la tarde, partíamos en autocar para otra apasionante visita.
LA CÓTE D’ALBATRE
Nuestro autobús se dirige Al norte de la desembocadura del Sena y pasando Le Havre, nos encontramos una costa, con espectaculares riscos y grandes acantilados de blancas rocas calcáreas, que le dan nombre “La Costa de Alabastro“.
Nuestra primera parada es en Fecamp, esta pequeña ciudad industrial, fue en otro tiempo el primer puerto francés para la pesca del bacalao. En esta localidad, sin duda con muchos encantos y visitas interesantes como la Abadía de la Sainte-Trinitè o el palacio de los Duques de Normandía, apenas hicimos una parada técnica, en la que pudimos fotografiar uno de los edificios más emblemáticos el Palacio Benedictine, construido en 1898 este edificio de arquitectura imaginativa, alberga un museo y una destilería, la del famoso licor Benedictine. Retomamos nuestro autobús rumbo a Etretat, un pueblecito costero que se convirtió en uno de los lugares preferidos de los pintores impresionistas que perpetuaron en sus lienzos sus paisajes y acantilados. El autobús nos dejó en las afueras del pueblo y esto nos dio la oportunidad de contemplar su casco antiguo mientras nos dirigíamos a la playa, en el corto trayecto pasamos por una pequeña plaza y viejas casas de entramado de madera y tejados de pizarra, con muchas tiendas de artesanía y recuerdos en sus bajos, lo cual deslucía un poco el conjunto. Al llegar al paseo marítimo nos encontramos con una blanca playa de guijarros redondos por los que era difícil caminar, aunque el día caluroso invitaba al menos a meter los pies en el agua. Desde este lugar la vista de los acantilados era impresionante, a la izquierda la Falase D’Aval con su gran arco y detrás el Aiguille d’Etretat, un obelisco que se alza en solitario sobre el mar. Al fondo de la playa encontramos un búnker perfectamente conservado que fue construido por los alemanes para la defensa del puerto. A la
derecha la Falase D’Amont, a la que Guy se Maupassant describió como el elefante hundiendo su trompa en el agua. Desde el paseo marítimo tienes varias opciones de senderos que suben por encima de los acantilados o hasta la pequeña capilla situada en lo alto. Acompañando el paseo, cormoranes, albatros y sobre todo gaviotas acostumbradas a posar para la foto, La vuelta fue muy entretenida, pasamos por típicas aldeas con casas de estilo normando, por la ciudad de Le Havre, desde donde pasamos, el inmenso puente de Normandía que atraviesa el estuario del Sena, uniendo esta ciudad en la orilla derecha con Honfleur en la orilla izquierda.
Tras el regreso al barco, nos preparamos para la cena, al terminar ningunos nos queríamos perder como zarpaba el ms Francecon la marea, cruzando las dos barreras de puentes giratorios hasta llegar al estuario del Sena. Pasamos bajo el puente de Normandía, en un momento mágico, alineados con la puesta de sol. Volvíamos a navegar por el río rumbo a Duclair. ¡Qué gran día!
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